Triaca fue respaldado por el Gobierno nacional

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, admitió el «error», pero sostuvo que el exabrupto no le costará el cargo.

El gobierno nacional respaldó ayer al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, a pesar de que consideró un «error» que haya nombrado a su empleada doméstica como parte del gremio intervenido Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (Somu), situación por la que la Oficina Anticorrupción (OA) puso en marcha una investigación.

«Si bien es un error, no sentimos que sea algo que tenga que costarle el cargo», aseguró el jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, para quien también estuvo «mal» el «exabrupto» de Triaca al dirigirse a la empleada Sandra Heredia en un audio que trascendió días atrás.

El jefe de ministros aseguró que el «error» de Triaca «no invalida su calidad como ministro, su calidad personal y todo lo que ha logrado» en su gestión al frente de la cartera laboral.

«Consideramos que es un excelente ministro y respaldamos» su tarea, resaltó Peña. Además, evaluó que el nombramiento de Heredia en la delegación de San Fernando del Somu durante su intervención fue «un error», pero «no por la funcionalidad, porque (la mujer) fue a trabajar».

Al respecto, Peña argumentó que, en realidad, Triaca «privilegió la confianza por ahí a otras cuestiones», ya que el sindicato intervenido no era «un lugar sencillo».

Sobre el audio que detonó la polémica, en el que el ministro de Trabajo llama «pelotuda» a su empleada, Peña dijo que «está mal» y resaltó que Triaca «pidió disculpas» porque «no refleja quién es».

«Es un error, se ha elevado la vara y tenemos que estar a la altura de la vara que nos ponemos», subrayó respecto del maltrato a Heredia, quien sostiene que fue despedida hace diez días sin causa y reclama la indemnización correspondiente.

Tras respaldar a Triaca en su cargo, sostuvo también que el hecho «tiene que ser un alerta» para los demás funcionarios porque «la sociedad no quiere que se tenga un estándar bajo».

El caso derivó, además, en la apertura de una investigación por parte de la Oficina Anticorrupción, que encabeza la ex diputada nacional macrista Laura Alonso.

El objetivo de la pesquisa es determinar si existió un delito en la designación de Heredia como interventora en el Somu.

La ex casera de la quinta de Triaca denunció que estaba en negro en ese empleo y que el ministro le consiguió un cargo en la intervención de una seccional del sindicato que lideraba Omar Caballo Suárez, actualmente detenido. El caso ya comenzó a ser investigado por las «áreas correspondientes» del organismo.

Más actores

Paralelamente, el diario La Nación publicó que otros familiares y empleados del ministro fueron nombrados en 2016 en la intervención del Somu, en tanto que allegados al juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien dispuso la detención de Suárez, pasaron a formar parte de la obra social sindical.

Tras conocerse el audio que despertó polémica, la empleada afirmó que el «hijo del jardinero de Triaca» había ingresado al gremio: sería José Romano, de 23 años, y contador público.

Sergio Borsalino, el cuñado del ministro, también tiene un rol activo en el Somu, aunque su sueldo lo paga el Ministerio de Trabajo como asesor externo, mientras que Roberto Porcel, su abogado de confianza, fue «director general».

En tanto, Canicoba Corral, responsable de la intervención judicial del gremio, avaló la designación de su cuñado y del hijastro de su amigo Guillermo Scarcella en la Obra Social del Personal Marítimo (OSPM).

Sergio Ramiro Tejada, el cuñado del magistrado, fue designado interventor de la obra social, con un sueldo de 150 mil pesos por mes, según consta en el expediente.

Scarcella, amigo del juez, habría ubicado en la intervención a Gregorio Goyo Laulhe Harguindeguy, hijo de su ex pareja y otrora socia. Y también habría ingresado otro hombre de confianza de Canicoba Corral.

Aval público. Peña descartó la salida de Triaca del Ejecutivo por el exabrupto con una ex empleada.

El ex juez de la Corte Suprema de Justicia nacional Eugenio Zaffaroni afirmó ayer que le gustaría que el gobierno de Mauricio Macri «se fuera lo antes posible» para minimizar los «daños» en el país.

«Quisiera que se fueran lo antes posible para que hagan menos daño, pero es un deseo personal», resaltó Zaffaroni.

El actual juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos consideró que la continuidad del gobierno de Cambiemos más allá de 2019 dependerá «de la rapidez con que entre en crisis el programa económico».

«Lo decisivo será la crisis del programa económico inviable. Por otra cosa, no se van a ir», evaluó el magistrado.

Zaffaroni, quien dejó el máximo tribunal en 2014 por cumplir los 75 años, llamó a «resistir cada uno desde el ámbito que le corresponde».

«A la resistencia no violenta me refiero. No deprimirse. Tiempo, todo pasa. Esto también va a pasar, como pasamos la dictadura militar, el menemismo, a Domingo Cavallo. Quién crea que es eterno en el poder, está loco. Eso no ocurre. Esto va a pasar, porque el plan económico que tienen es inviable», resaltó el ex juez de la Corte.

Asimismo, advirtió: «En un momento dado, pasará lo mismo que pasó con la tablita de (José Alfredo) Martínez de Hoz, lo mismo que en 2001. Hay que tener mucho cuidado, porque cuando un aparato de poder de esta naturaleza se ve frente a una crisis de esa naturaleza, toma medidas locas en el último momento».

«Esas medidas locas son peligrosas. Nos costó la guerra de Malvinas, el estado de sitio en 2001, los muertos en Plaza de Mayo. Hay que tener mucho cuidado, porque puede haber violencia y muertos, y los muertos siempre los ponemos nosotros, lamentablemente».

En ese sentido, añadió: «Hay que tener cuidado con el colapso final, que será económico. Esto no tiene salida. Que van a venir las inversiones y el derrame es una estupidez que sabemos que no ocurre».

«Inversiones productivas, no está viniendo ninguna. Y no va a venir ninguna, a nadie se le va a ocurrir hacerlo. Por más que hagan una flexibilización laboral, que espero que no les salga. Nunca nuestros trabajadores aceptarán las condiciones de Corea del Sur o China. Los inversionistas no son tontos», sentenció Zaffaroni. (La Capital)