Luego de la polémica, Diputados discute un nuevo régimen para los pasajes

La Cámara baja busca implementar un sistema más transparente para que no se puedan canjear por dinero. Aún no hay acuerdo en las bancadas

En medio de la polémica por el sistema de canje de pasajes aéreos, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, comenzó ayer a reunirse informalmente con los jefes de bloque de las distintas fuerzas parlamentarias para analizar cambios en el cuestionado régimen.

Por el despacho del diputado del PRO comenzaron a entrar y salir varios titulares de bancada, tanto del oficialismo como de la oposición, en el marco de reuniones que continuarán hoy y mañana en pos de una salida política para un tema sensible a la opinión pública.

A su vez, Monzó se reunió en su despacho con el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, para contemplar la posibilidad de una decisión conjunta.

Fuentes de la Presidencia de la Cámara baja aseguraron que «no hay un medida resuelta» y que se evalúan distintas alternativas, como la supresión lisa y llana de los pasajes para diputados de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires (quienes figuran al tope del ránking de canjes), o bien la eliminación de los canjes para cualquier diputado y su reemplazo por un sistema de disponibilidad de pasajes a demanda, con posterior rendición.

En el caso de que prosperase el primer camino, se estudia incorporar un «mecanismo de compensación por movilidad» para los diputados porteños y bonaerenses que cubra los gastos en sus viajes.

Según refirieron las fuentes consultadas, Monzó impulsa desde el principio de su gestión un reordenamiento del sistema que genera un importante presupuesto para la Cámara baja e ingresos de hasta 40.000 pesos mensuales extra para los diputados, aunque las resistencias tanto en bancadas oficialistas como opositoras impidieron hasta el momento introducir cambios de fondo.

«Es muy difícil cambiar de un plumazo un sistema que funciona hace 30 años», destacaron, tras lo cual reconocieron que hay que ir hacia una política de «mayor transparencia» y «rendición».

Con todo, Monzó logró introducir algunas modificaciones, como la eliminación de los llamados «aerocheques», es decir, vouchers innominados que «permitían un revoleo de pasajes indiscriminado».

«Ahora los pedidos deben hacerse de manera digital y se estableció que de los diez pasajes ida y vuelta, seis tengan que ser utilizados por el diputado. El resto de los pasajes pueden ser utilizados por un máximo de ocho colaboradores que deben estar autorizados en un registro, el cual se puede modificar una vez al año. Además se reemplazó el cobro del canje en un sobre por un sistema bancarizado. Ahora la Cámara lleva un control mucho más riguroso», ponderaron.

Disparador

El escándalo que estalló a raíz de la respuesta a un pedido de acceso a la información pública de la fundación Directorio Legislativo, que inmediatamente pasó a los portales web y a las tapas de los diarios, y ahora las distintas bancadas aceptarían una reformulación del sistema.

A diferencia de la izquierda, que propone bajar la dieta de un diputado a un nivel cercano a los cuatro salarios mínimos, en charlas íntimas la mayoría de los diputados y senadores se queja de que sus ingresos son ostensiblemente menores a los del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo y, en consecuencia, abonaba a una suerte de pacto no explícito para que no se toque esta fuente de recursos adicionales.

Este martes, al salir de un encuentro en la Casa Rosada de los jefes del bloque del Senado con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el justicialista Miguel Pichetto evaluó que «hay que tener una equiparación con los otros poderes del Estado».

«Un funcionario importante de Aduana cobra el doble de lo que percibe un senador o un diputado. Tiene que haber una equiparación con el poder Judicial y el Ejecutivo», dijo.

Y agregó: «Hay que trabajar de una manera más clara en términos de las remuneraciones y que eso sea equiparable a los otros poderes del Estado y terminar con cualquier tipo de situación que tenga que ver adicionales al haber del legislador».

En la misma línea, el senador de Proyecto Sur Fernando Pino Solanas se quejó de que «no puede ser que el sueldo de los senadores no tenga relación con el de los otros funcionarios» estatales y que «no cobran antigüedad, título, ni aguinaldo».

La polémica por el canje de pasajes escaló a tal punto que el propio presidente Mauricio Macri pidió al Congreso que anule este sistema de beneficios y que, en todo caso, si se considera que los haberes son insuficientes que «sinceren» esta necesidad.

Fiel a su estilo, Elisa Carrió (quien encabeza la lista de los que más cobraron por canje de pasajes en los últimos años) se plantó frente a Macri y con una ironía defendió la continuidad del sistema: «El viaja en helicóptero desde chiquito, no tiene problema».

Desde que el escándalo se instaló en la agenda mediática, los diputados José Luis Ramón (Partido Intransigente), Luis Contigiani (Partido Socialista) y Fernando Iglesias (PRO) renunciaron formalmente a este beneficio, en tanto que este martes siguieron los mismos pasos Federico Zamarbide (Mendoza-Cambiemos) y Claudia Najul (Mendoza-UCR), y el radical Hugo Marcucci anunció que presentó un proyecto para «eliminar los canjes de pasajes para todos los legisladores». (La Capital)