En Italia acusan a Techint de ser responsable del desastre de contagios masivos de COVID-19

El holding presionó para evitar un parate productivo y sacó provecho de su expansión en el negocio de la salud.

La provincia de Bérgamo es, sin lugar a dudas, una de las zonas más afectadas por el coronavirus en todo el mundo. Si bien la OMS aseguró que el partido por la Champions League entre el Atalanta y el Valencia fue uno de los principales «aceleradores» de la enfermedad, otro de los grandes motivos radicó en el lobby empresario que logró demorar el inicio de la cuarentena.

En ese sentido, el Grupo Techint tuvo un rol protagónico con su fábrica de tubos sin costuras que emplea a más de 1.700 operarios y su presencia en el negocio de la salud.

A diferencia de otras provincias, en Bérgamo, el poder de la Confederación General de la Industria Italiana pudo evitar la declaración de «zona roja» que hubiese paralizado la producción de este importante polo industrial.

En plena propagación del virus, empresarios y políticos lanzaron una campaña con el lema «Bérgamo no se detiene» e incluso cuando la situación había llegado a niveles alarmantes y el primer ministro italiano tuvo que declarar la cuarentena en todo el país, la influencia de esta cámara patronal consiguió que un gran número de actividades «no esenciales» sean agregadas a la lista de los rubros exceptuados al parate para seguir trabajando.

Pero el holding de la familia Rocca se benefició por partida doble. Además de mantener su actividad, sacó provecho de su expansión en la sanidad privada.

A través del Grupo Humanitas que preside Gianfelice Rocca -hermano mayor de Paolo- la compañía maneja institutos clínicos, centros de investigación y enseñanza, universidades y una gran red de hospitales por toda la región.

Concretamente en la ciudad de Bérgamo, son propietarios de la Clínica Castelli, una de las dos más grandes de toda la urbe y de mayor facturación, según el portal Ctxt.

El problema es que en la región de Lombardía se dieron cuenta que la hegemonía del capital privado en el ámbito sanitario dificultó la coordinación y disminuyó la capacidad de la salud pública. De hecho, en Lombardía un tercio de las camas pertenece a la sanidad privada, mientras que en Bérgamo -provincia perteneciente a dicha región- la mitad de los servicios sanitarios corresponde a los privados.