Lograr una paz relativa y limitada sería el objetivo de Putin

Mientras la invasión rusa a Ucrania sigue adelante por mandato del presidente de la Federación Rusa Vladimir Putin, los analistas internacionales que siguen los hechos diariamente, como esta columna, han comenzado a estimar que el objetivo más cercano que moviliza al autócrata como objetivo a corto plazo es lograr una paz relativa, aunque sea apoyada de manera muy limitada por países que están de acuerdo con él.

Ese mecanismo bélico se remonta a hace tres décadas, cuando primaba la denominada Guerra Fría, pero, en este caso con un marcado descontrol e imprevisión respecto de los acontecimientos por parte de los militares rusos.

Esos mismos analistas consideran que lo realizado hasta el momento por parte de Putin y sus generales asesinos no es otra cosa que un manual de violaciones a la estrategia de guerra y de la utilización política de la misma.

A tal punto se han generado errores casi insalvables que el gobierno chino de Xi Jin Ping, no ha querido apoyar la invasión por el alto costo que la misma va a implicar, aún si los rusos se apoderaran de Ucrania, un Estado que hasta el presente mantuvo un vínculo con la República Popular China de 3 décadas.

La incertidumbre no es para la comunidad internacional cuando Rusia vencerá militarmente a Ucrania, con su consecuente eliminación del gobierno democrático ucraniano, sino como ocurrirán los hechos que luego se sucedan.

Hay un temor subterráneo en Occidente sobre cuál será la influencia de Rusia, para mal, en el desarrollo del orbe, pero con el dominio absoluto sobre Ucrania, con 44 millones de habitantes que están siendo atormentados y asesinados sin piedad.

Putin sabe que la resistencia ucraniana no se detendrá a pesar de la dominación territorial que obtenga, ya que Estados Unidos, Europa –fundamentalmente-, y una parte de Asia, continuarán apoyando subterráneamente la rebelión, generándole a la Federación un enorme costo económico – ya invirtió en la invasión 1 billón de dólares-, político y de vidas humanas. Ni hablemos del odio que se ha ganado de los familiares de los miles de soldados rusos abatidos por los ucranianos, a pesar de que, popularmente hablando-, tienen “la manzana rodeada”, y la crisis energética, alimentaria y de salud se está haciendo sentir.

Amenazas de guerra abierta

El presidente ruso Dimitri Medvedev amenazó con el riesgo de una guerra abierta a Occidente si la presión sobre Rusia se sostiene y repitió el concepto de poner en funcionamiento la locura de utilizar su arsenal nuclear. Los comentaristas de política internacional estiman que ello no ocurrirá.

Los especialistas en la materia saben que el primer afectado por ese acto demencial –si se concreta-, afectará en primer lugar a Rusia, que quedará destruida por la contaminación nuclear, en un nivel irrecuperable por cientos de años.

Putin, entendemos, puede haber creído que Occidente se iba a quebrar ante la necesidad de alimentos y la falta de energía en Europa, a lo que debe agregarse la desaparición de los negocios globales.

Como Putin piensa dividir a Ucrania

Putin, con su actitud belicista pretendió dividir a Ucrania, en primera instancia de norte a sur, desde la frontera bielorrusa y la capital Kiev a la Península de Crimea en el sur, sobre el Mar Negro –que Rusia anexó hace 8 años-, con lo que controlaría el este de Ucrania, sobre el Mar de Asov.

Además, retendría un corredor desde Crimea a Moldavia y el valle Dombas, en el este, sobre el límite con Rusia y Transnitria, obviamente si la resistencia se lo permite, ya que debemos recordar que la misma volteó el gobierno, considerado corrupto de Vícktor Janucovich.

Polonia intuye que Putin no se quejará de que los polacos ayuden a los ucranianos abriendo su frontera, ya que los rusos están sufriendo una crisis económica por los costos de la guerra.

Error básico

Es más, cualquier militar sabe que con 200.000 soldados no podrá ocupar Ucrania por largo tiempo si la resistencia ucraniana continúa su lucha.

Si logra finalmente dominar el territorio, se verá en la necesidad imperiosa de poner militares interventores en las ciudades y los resistentes le harán la vida imposible.

Conceptos de una embajadora

La embajadora de Estados Unidos en la Organización de las Naciones Unidas no se privó de defenestrar a Putin y llamó al mundo a reflexionar sobre los sucesos en Ucrania sobre si “pretende una recolonización de la población”.

“Es indudable –advirtió-, que se producirán consecuencias alimentarias y se incrementará las pérdidas de vidas, a la vez que la crisis de los refugiados será cada día que pase más difícil de contener”.

“La soberanía debe ser repuesta en Ucrania. Putin rompió el acuerdo de paz y debemos defendernos ante las medidas económicas que producirán graves consecuencias por la ocupación”, explicitó.

Las acciones diplomáticas continuarán a pesar de los delirios de grandeza del presidente de la Federación Rusa.

La CIA dice lo suyo

Un funcionario de primer nivel de la CIA puntualizó: “Seguramente Putin debe estar pensando que hacer en los próximos 3 o cuatro días, ya que su situación internacional se está complicando segundo a segundo.”

Señalamos ello en razón que, antes de la invasión de Ucrania, los servicios de inteligencia de Estados Unidos habían predicho un ataque fulminante por parte de Moscú, que movilizaría rápidamente su vasto poder aéreo para dominar los cielos de Ucrania.

Pero en los días transcurridos se han confundido esas expectativas de la Agencia Central de Inteligencia y, en su lugar, Moscú actuó con mucha más delicadeza con su poder aéreo, hasta el punto de que los funcionarios estadounidenses no pueden explicar exactamente qué es lo que está impulsando el aparente comportamiento de aversión al riesgo de Rusia.

Otro vocero de la Agencia indicó que “los rusos “No están necesariamente dispuestos a correr grandes riesgos con sus propios aviones y sus propios pilotos”.

Un alto funcionario de defensa de Estados Unidos, hablando bajo condición de anonimato argumentó que “La fuerza aérea ucraniana, superada ampliamente por el ejército ruso en cuanto a número y potencia de fuego, sigue volando y sus defensas aéreas se consideran todavía viables, un hecho que desconcierta a los expertos militares.

Los analistas esperaban que los militares rusos intentaran destruir inmediatamente la fuerza aérea y las defensas aéreas de Ucrania. Ese habría sido “el siguiente paso lógico y ampliamente anticipado, como se ha visto en casi todos los conflictos militares desde 1938″, escribió el think-tank RUSI de Londres, en un artículo titulado “El misterioso caso de la fuerza aérea rusa desaparecida”.

Lo que está claro que “Las tropas ucranianas con cohetes tierra-aire son capaces de amenazar a las aeronaves rusas y crear riesgos para los pilotos rusos que intentan apoyar a las fuerzas terrestres”.

“Hay muchas cosas que están haciendo que son desconcertantes”, dijo Rob Lee, un especialista militar ruso en el Instituto de Investigación de Política Exterior. Pensó que el comienzo de la guerra sería un “uso máximo de la fuerza”. “Porque cada día que pasa hay un coste y el riesgo aumenta. Y no lo están haciendo y es realmente difícil de explicar por cualquier razón realista”.

Falta de coordinación

Los expertos militares han visto evidencias de una falta de coordinación de la fuerza aérea rusa con las formaciones de tropas terrestres, con múltiples columnas de tropas soviéticas enviadas hacia adelante más allá del alcance de su propia cobertura de defensa aérea. Eso deja a los soldados rusos vulnerables a los ataques de las fuerzas ucranianas, incluidas las recién equipadas con drones turcos y misiles antitanque estadounidenses y británicos, como ya hemos señalado en anteriores columnas. Los soldados ucranianos, sobre sus espaldas sostienen porta misiles Stinger y causan estragos en aviones y helicópteros rusos.

David Deptula, un general de tres estrellas, retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que dirigió la zona de exclusión aérea sobre el norte de Irak, dijo que le sorprendía que Rusia no se esforzara más por establecer el dominio aéreo desde el principio. “Los rusos están descubriendo que coordinar operaciones multidominio no es fácil”, dijo Deptula a Reuters. “No son tan buenos como presumían”, subrayó.

El peor momento de los oligarcas rusos

La oligarquía rusa está viendo con preocupación el alargamiento en el tiempo de la guerra que nos ocupa, ya que se iniciaron acciones para atacar su poder económico y ello estaría derivando en un enfrentamiento interno con Putin.

Sobre el tema vale apuntar algunos datos esenciales sobre los bienes materiales puestos en riesgo de intervención:

Alexey Alexandrvits Mordaschov: yate Lady M, ubicado en el puerto de Imperia –desde donde se está intentando retirarlo-, con un valor aproximado de 65 millones de euros (alrededor de US$ 71 millones)

Gennady Nikolayevich Timchenko: yate Lena, ubicado en el puerto de San Remo, con un valor aproximado de 50 millones de euros (alrededor de US$ 55 millones)

Alisher Usmanov: La tercera fuerza económica internacional. Posee un compendio inmobiliario ubicado en el Golfo del Pevero, en Arzachena, por un valor aproximado de 17 millones de euros (alrededor de US$ 18 millones)

Vladimir Roudolfovitch Soloviev: Posee propiedades ubicadas en la provincia de Como, por un valor aproximado de 8 millones de euros (unos US$ 8,7 millones)

Oleg Savchenko: Dueño de una propiedad del siglo XVII llamada «Villa Lazzareschi» ubicada en la provincia de Lucca, valorada en unos 3 millones de euros (unos US$ 3,3 millones)

Igor Schin. Fue vicepremier de Rusia que, aunque parezca poco creíble, hizo un imperio comercial a partir de la venta a nivel nacional de los conocidos “panchos”.

Boris Rotenberg. Un ex agente de la KGB que se desempeña como guardaespaldas y jefe del aparato de seguridad de Putin. Se dice que anda siempre con una pastilla de cianuro encima.

Estas medidas restrictivas se producen después de que el Consejo de la Unión Europea impusiera sanciones a varias personas y entidades por la agresión militar de Rusia contra Ucrania.

Los oligarcas rusos están viendo con preocupación la devaluación acelerada del rublo a partir del 24 de febrero pasado. La misma alcanzó el 40% y el valor de 1 dólar (blue ruso) alcanzó a104 rublos.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com