Se complica la situación social en Chile

El Gobierno de Sebastián Piñera ha encendido Chile con la represión de una protesta estudiantil, como en los tiempos del régimen militar, que acabó con 874 detenidos.

«Hemos retrocedido 30 años«, se repite en la calle. Esa vuelta hacia atrás quedó condensada en una imagen: la de un niño zarandeado por un carabinero [policía militarizada]. Los líderes estudiantiles se han querellado contra el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien se amparó en un decreto de Augusto Pinochet para evitar que los estudiantes se acercasen al centro de la capital.

La prohibición, seguida de gases lacrimógenos y porrazos, convirtió las marchas en favor de una reforma educativa en otra cosa y prendió la mecha del descontento colectivo en un país que crece al 6% anual pero que sufre otros problemas. Se levantaron otra vez barricadas. Un grupo de estudiantes tomó la estación de Chilevisión durante 40 minutos y grabó una proclama.

Las ollas y sartenes no sonaron solo en las poblaciones populares de la periferia. Se sintieron en las esquinas de Providencia, La Reina y Nuñua, barrios donde la derecha gobernante tiene parte de sus bastiones electorales. Hubo 90 carabineros heridos y muchos más civiles.

Piñera, mientras, con su popularidad hundida, participó en un acto ecuménico en homenaje a los 33 mineros que el año pasado quedaron atrapados en una mina de San José de Copiapó. Los 33 sobreviven hoy con trabajos en precario o en el paro.