Memorias de un 3 de noviembre en rojo y negro

Newell’s Old Boys (Asociación Civil fundada en 1903) cumple su 108 aniversario de vida. Seguramente por aquél entonces nadie imaginó que esto se convertiría en un fenómeno social, capaz de despertar las pasiones más desmedidas. Por eso, lo que comenzó como una institución orientada a la práctica del deporte, termina siendo lo que es hoy.

Pero este relato no trata solo de sentimientos nobles, amor, y pureza. Porque en Newell’s también hay una parte oscura y vergonzosa. Lo que generó el futbol a medida que transcurrió el tiempo, no le fue ajeno al querido club del parque. Y gracias a quienes transformaron al deporte más lindo del mundo, en el negocio más redituable, empezó a verse la peor faceta de muchos hombre vinculados a la institución.

Parece que el hecho de pertenecer y tener responsabilidad sobre el club que se ama, no alcanza para lograr la gloria personal. Y entonces se comienza a ir también por la gloria económica. Hay un ejemplo muy claro: Dirigentes, jugadores, representantes, etc., ganan fortunas a costa de las entidades deportivas, y las mismas están fundidas, y en un profundo déficit.

¿Ésto es lo que se imaginaron los grandes referentes de Newell’s?: Negocios ocultos, muerte, violencia, barras pagos, droga, y vandalismo (la lista sigue). ¿Qué tiene que ver con la vida social y deportiva de un club?. Algunos echan culpas a la incapacidad, y en parte es cierto. Pero indudablemente hay cosas que se hicieron con premeditación y alevosía, y no se puede negar.

Y de esta manera llegamos al delicado momento que vive la lepra por estos días. Donde en el marco de los 108 años, el clima es de incógnitas y no de festejos. A todos aquellos que quisieron y/o quieren adueñarse del club y vivir a costa de él, sepan que son la peor escoria dentro de la vida social de la institución. Y van a pagar algún día por todos los males que le hicieron a Newell’s.

Pero si hay algo que de verdad importa en este momento, es llamar a la unidad de todo el pueblo leproso. Tomar el compromiso de sumar, y empujar para adelante. Exigir a cada una de las partes, que asuman el compromiso correspondiente sin priorizar intereses mezquinos. En pocas palabras: Hay que volver a las fuentes (del trabajo duro y desinteresado, de la transparencia, de querer hacer algo sólo por amor). Así Newell’s Old Boys podrá volver a posicionarse como un pionero del deporte en la historia, o caer a la más absoluta mediocridad. La lepra es grande… Entonces hay que demostrarlo.