Central encontró el camino ante Boca Unidos y se trajo una victoria necesaria

Despúes de la derrota de local ante Sarmiento, la victoria 2 a 1 sobre el conjunto correntino representa un guiño cómplice, un nuevo punto de partida para los auriazules en esta B Nacional.

Central llegó a Corrientes cubierto bajo un manto de incertidumbre. La derrota ante Sarmiento fue un golpe inesperado que desestabilizó la plataforma de despegue y que obligó a instalar retoques tempraneros. Por eso la victoria 2 a 1 sobre Boca Unidos representa un guiño cómplice, un nuevo punto de partida para los auriazules en esta B Nacional. Que tomó forma además con goles de Gagliardi, el refuerzo que más rápido se adaptó, y de Nery Domínguez, un pibe de la cantera que se transformó en el héroe ocasional en su debut.

   La apuesta canalla llevaba sobre los hombros cinco cambios nominales y una variación de sistema táctico (utilizó un 4-4-1-1). Cirugía de base para verse mejor. También una pesada carga anímica por el tropiezo en el Gigante. En ese contexto, todo lo que pasó anoche tuvo un valor adicional ya que sirvió para romper las ataduras del pasado reciente.

   Y fue en este escenario en donde Central mostró una versión interesante. Sobre todo en el primer tiempo, que fue el lapso en el que sacó chapa de equipo serio. Con Méndez trabajando como doble cinco y revelando que en esa zona suma virtudes y potencia al equipo. Con el Pipi García más adelante, Jesús se sintió más liberado de responsabilidades y su incidencia fue mayor.

   Además, Gagliardi y Lagos surcaban las bandas con sacrificio y criterio y provocaban errores en la última línea correntina a base de desbordes.

   Así, Central encontró la receta para jugar estos partidos. Con los dientes apretados, con pierna firme y una pizca de picardía y decisión en los últimos metros para sacudir al adversario. Fue en este último aspecto en el que se destacaron Pipi García y Méndez.

   Con este marco de acción, no fue extraño que Central abriera el marcador. Más allá de que sufrió un disparo en el palo de Bastianini (29’), la realidad del trámite evidenciaba una superioridad canalla, desde la disposición y la actitud. Y eso tuvo su correlato en el marcador a los 34’, después de un centro milimétrico de Lagos desde la izquierda que aprovechó Gagliardi con un cabezazo oportuno en el segundo palo que decretó la apertura.

   En el complemento, Central bajó un cambio. Trató de mantener su fórmula pero los intérpretes ya no tuvieron el resto necesario para seguir con la misma intensidad. Y allí se lució la viveza de Méndez para esconder la pelota, para que corra el tiempo y que se acomode el equipo.

   Pero en esa etapa Boca Unidos tenía más la pelota y se arrimó a la cercanía de Caranta. De esa manera, a los 77’ Ríos recibió solo en el área y señaló la igualdad con un remate bajo. Parecía que las complicaciones podían volver a aturdir la apuesta auriazul, pero esta vez hubo una rápida reacción, con un tiro venenoso de Toledo que Sessa no contuvo y el ingresado Nery Domínguez vistió de victoria el rebote a los 78’.

   Sobre el final pasó algunos sobresaltos, pero sólo sirvieron para dimensionar el logro obtenido. Anoche Central dio en la tecla con cuestiones de forma y de fondo. No cayó en ambiciones desmedidas. Supo jugar ante su adversidad y ante sus inquietos fantasmas. Con espíritu laborioso encontró las huellas en el camino que le permitieron descubrir su primer triunfo del torneo.

(La Capital)