UTA: No circularon ómnibus el domingo por «falta de seguridad»

El gremio que grupa a los choferes también advirtió que el 9 de julio «hubo más de cien colectivos rotos» y «cantidad de robos».

La gente que llegó al centro en ómnibus desde los barrios para ver la final Argentina-Alemania pensando en estar más cerca del Monumento no pudo volver a su casa hasta la madrugada de ayer por un paro imprevisto que lanzó la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Desde una hora antes del partido y hasta bien pasada la medianoche, los ómnibus literalmente desaparecieron de la ciudad y miles de personas quedaron varadas y sin información. «Tomamos esa decisión por la terrible inseguridad que se vivió el miércoles pasado y que nadie de la Municipalidad hizo pública en su real dimensión», afirmó el titular del gremio, Manuel Cornejo, quien detalló que la noche en que la selección ganó la semifinal «hubo más de cien colectivos rotos y cantidad de choferes y pasajeros robados».

El dirigente advirtió que no dudarán en repetir la medida si no se les garantizan condiciones de seguridad a bordo de los micros, «como de hecho ya se hace siempre que hay partidos calientes o muy picantes», reconoció.

Pese a que ese había sido el «acuerdo» tomado previamente entre la dirigencia de la UTA y los delegados de las empresas que brindan el servicio de transporte público en la ciudad (Rosario Bus y las estatales Semtur y La Mixta), nadie de la Municipalidad se dio por enterado ni informó de la situación a los usuarios hasta que el parate ya llevaba horas.

Por eso la gente que había ido al centro en ómnibus temprano desde los barrios a ver el partido en casa ajena o en algún bar para estar más cerca del Monumento a la Bandera, indiscutido escenario de los festejos, sencillamente debió esperar horas antes de poder volver a su casa.

Así, sobre las calles por donde habitualmente circulan muchos colectivos (San Luis, Rioja, Santa Fe, San Lorenzo, Corrientes, Maipú, Laprida, por nombrar sólo algunas) empezaron a juntarse grupos de pasajeros, que esperaron desconcertados la llegada del que los llevaría de regreso a sus hogares.

Recién ayer a la mañana, horas después del paro, la secretaria de Servicios Públicos del municipio, Clara García, ensayó una tímida interpretación de lo sucedido.

«La UTA tomó una medida que quizá haya sido de prevención, pero que efectivamente trajo inconvenientes», admitió la funcionaria, para recordar incluso que «por esa misma preocupación» medidas similares se decretaron en otras grandes ciudades del país, como Córdoba, Mar del Plata y Mendoza.

En compensación, aseguró, existió «un alto grado de presencia de taxis en la calle».

García reconoció que la medida tuvo como antecedente una «semana complicada» en materia de seguridad para el transporte y recordó que el miércoles, tras la victoria argentina sobre Holanda, hubo «muchos coches con diferentes tipos de agresiones, e incluso unidades que al día siguiente no pudieron salir a la calle».

«Durante el horario del partido (con Alemania) estaba claro que las unidades no iban a circular, pero inmediatamente después nos comunicamos y la verdad es que allí nos transmitieron una honda preocupación por la posibilidad de que se dieran hechos de violencia», dijo la funcionaria, para asegurar que aunque intentaron que se retomara «inmediatamente el servicio» no tuvieron éxito.

Cornejo justificó la decisión al recordar que el 9 de julio hubo «más de cien coches rotos» (García sólo refirió 20) y todo tipo de robos. «La falta de seguridad es un problema que ningún gobierno quiere reconocer», sentenció el gremialista, aludiendo también a los incidentes que se produjeron antenoche tras los festejos en el obelisco porteño.

Para el dirigente, «tanto si se ganaba como si se perdía iba a pasar lo mismo: robos, destrozos y vandalismo, ganas de romper por romper», con la consiguiente «falta de seguridad para los compañeros choferes, e incluso los pasajeros».

Y, por eso, dijo, «sencillamente se decidió no salir a trabajar», medida que suele tomarse «en todos los partidos calientes o muy picantes», pero que no se hizo pública antes.

La posibilidad de que se los sancione ni lo inmutó. «¿Por no trabajar ante semejante falta de seguridad?», ironizó el dirigente.

(La Capital)