No perder la calma ante la tormenta

La política no debiera caer en el cono de incertidumbre y desorientación que envuelve el mundo económico, cuyas variables más feroces sin la sujeción de la política, suelen actuar como fieras escapadas de la jaula en un zoológico un domingo por la tarde. Para ello, la política tampoco debe comportarse como un domador desalmado.

El azaroso escenario político que se vislumbra a nivel nacional en todos los frentes – incluido el gobernante, pese a la rígida conducción de su líder, la Sra Presidente – trasiega hacia la Provincia de Santa Fe, por más que Reutemann insista en que el peronismo vernáculo debe aislarse de los avatares nacionales. Imposible. El único que alambró la Provincia durante casi dos décadas fue él mismo apalancado en su casi millón de votos en su mejor momento electoral.

Curiosa aura paranormal irradia aún el senador nacional, que entusiasma la angustiada militancia peronista, y renueva desconfiadas esperanzas dirigenciales, que se aferran a su canónica invocación pacificadora para sacar a relucir propuestas que hace un par de meses, impulsadas por el presidente de la Cámara de Diputados Luis Rubeo naufragaron en las mezquinas aguas de los intereses personales. ¿Por qué ahora habrá de ser distinto?.

¿Adónde quedó aquel documento de unidad que iban a elaborar los diputados y senadores?. Lo decapitó la feroz interna entre “kirchneristas”, “massistas” y “bielsistas”.

Quitarse las bolillas negras. Primer paso hacia la unidad del PJ

¿Podrá Reutemann ser prenda de unidad entre estos aparentemente irreconciliables sectores del peronismo nacional?. En primer lugar, si el senador nacional quiere la unidad del peronismo debería comenzar con un acto de contrición por haber tratado de “HdP” a Duhalde, a quién literalmente acusó de estar “trabajando para Scioli” (o sea el FPV) mientras él lo hacía para Massa. Y Duhalde debería devolverle gentilezas disculpándose por haberlo mandado a jugar a las damas a la plaza con la clase pasiva.

Tampoco ayuda demasiado a la pacificación del peronismo que Reutemann haya reconocido que ayudó a Massa a ganar las elecciones del año pasado “para evitar la reelección de Cristina”. Ni tampoco que el “massismo” provincial aluda al kirchnerismo poco menos que como el anticristo, y busque aliarse con su exorcista: el Pro.

Vale decir que unos y otros deberían pararse frente a los venerados retratos de Perón y Evita para encarar sacramentalmente la reconciliación, con posterior entonación enjundiosa de la marcha peronista, resaltando la estrofa “todos unidos venceremos”.

De todos modos, Reutemann alumbró el camino a seguir

El propio Presidente del peronismo provincial José Luis Freyre recogió el guante fraternal reutemista y prometió trabajar en ese sentido. El dirigente sindical “Pipi”Andrada (Recolección y Barrido) pidió un Congreso partidario; mientras el senador “massista” Danilo Capitani aludió a la conformación de una Mesa de Unidad. Luis Rubeo (principal referente institucional del kirchnerismo) le pidió al peronismo “tener la vocación de recuperar el gobierno de Santa Fe sobre un acuerdo que sustente la unidad de acción partidaria”; aunque dejó en claro que “la jefa del movimiento justicialista a nivel nacional es la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y que el Peronismo se va a mover de acuerdo a las políticas que ella defina”.

Capitani y Andrada no hicieron más que reproducir nuestro escrito de hace una semana.

Claro, otros sectores, como el Movimiento Evita aseguran que “a nosotros no nos convoca el Lole, hace rato que venimos trabajando en ése sentido”, mientras aseguran que presentarán listas propias.

Mientras, no pocos se preguntan por qué Carlos Reutemann no alinea al peronismo detrás de su candidatura a Gobernador. De última, como algunos se esperanzan, encabezando una lista de diputados provinciales.

Voces destempladas en las catacumbas políticas santafesinas aseguran que si Reutemann ingresa al peronismo cierto sector del rossismo, el Evita, la CGT-CTA mas kirchnerista (Leoni, Hoffmann, Bayugar, etc) emigrarían.

Barletta -Del Sel: Una foto que vale mil interpretaciones

La significativa – y provocativa- fotografía entre los presidentes Mario Barletta por la UCR y Miguel Torres del Sel del PRO en medio del armado preelectoral abrió el mágico juego del Jumanji en el submundo de la política santafesina, que podría acarrear imprevisibles derivaciones.

Tal como anticipábamos la semana pasada, el simulacro de café entre Barletta y Del Sel abrió grietas en el seno del radicalismo, pues algunos sectores le reprocharon a su presidente haber embarcado al Partido en una peligrosa jugada con un sector -el Pro – que horas antes venía reuniéndose con una facción del peronismo – el massismo- para arrebatarle la gobernación al FPCyS, del cual el radicalismo es uno de los principales signatarios.

Quienes auspiciaron la fotografía aducen a cambio que en verdad lo hicieron para preservar el Frente santafesino ante una supuesta unidad del peronismo. Aseguran que una eventual alianza con el Pro le quitaría al peronismo la expectativa de la candidatura de Miguel del Sel en aquel firmamento de unidad que propugna Reutemann.

Pero básicamente el radicalismo “barlettista” presiente que los acuerdos que el presidente nacional del Partido Ernesto Sanz está tejiendo con Mauricio Macri en no menos de una docena de Provincias inexorablemente comprometerían a la UCR provincial.

«Hay al menos diez candidatos que quieren abrir las puertas en sus distritos a alianzas lo más amplias posibles», dijo esta semana el jefe del radicalismo, Ernesto Sanz.

Pero da la casualidad que Sergio Massa teje un acuerdo con la UCR en seis provincias, avanzando en negociaciones con candidatos a gobernador del radicalismo en Neuquén, Tucumán, Santa Cruz, Formosa, La Rioja y Tierra del Fuego.

El radicalismo se parece a una solterona poco agraciada pero adinerada, que con tal de casarse no anda con demasiados escrúpulos sobre sus pretendientes. Y los buenos mozos tampoco. Al fin y al cabo de llegar al poder se trata.

En las Provincias donde Mauricio Macri acuerda con radicales no gobiernan los radicales, y por lo tanto la sinergia podría potenciarlos. En Santa Fe los radicales gobiernan dentro del FPCyS, y para que prospere un acuerdo con el Pro necesitan que Miguel del Sel renuncie a su candidatura a Gobernador, a cambio del acompañamiento de su Partido a Barletta (junto a Giustiniani) en una interna contra el candidato socialista Miguel Lifschitz.

“Todo es posible en política y Mauricio (Macri) está dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para ser Presidente”, reflexionaba un dirigente radical, en consonancia con lo que transcribíamos la semana pasada de Norberto Nicotra. ¿”Hasta sacrificar las ambiciones gubernamentales de Miguel del Sel?”, preguntamos. “Hasta eso”; respondió. Posibilidad que se encargó de dinamitar con su habitual vehemencia la diputada nacional santafesina del Pro Gisela Scaglia: “eso es imposible; si Barletta quiere una alianza que se vaya del FPCyS y se venga al Pro”.

El socialismo optó por no echar leña al fuego, escudándose en el modo infinitivo: “aún falta mucho para el cierre de las listas y la agenda de la gente que tenemos que atender como gobierno va por otro lado”, se excusó un alto funcionario del gobierno.

A todo esto, el Frente Renovador de Sergio Massa le ofreció al ruralista Eduardo Buzzi un menú de opciones electorales para cuando finalice su mandato en septiembre próximo al frente de la Federación Agraria Argentina, que deambulan entre una diputación nacional o senaduría nacional y el premio mayor: la gobernación. Según nos explicó el miembro de la Mesa de Enlace está encargando una encuesta antes de tomar cualquier decisión.

La inquietante espiral económica nacional con sus oscilantes vaivenes desorienta y apura los tiempos políticos. Los tiempos que se vienen no son para desaforados. Solo quienes mantengan la calma en medio de la tempestad podrán sostener el barco a flote.