Balearon a madre e hijo frente a una escuela de zona sur

Tal como se informó ayer, no se descarta que sea por presunta disputa narco: Son la mujer y un hijo de un hampón asesinado en 2011 en el marco de una disputa por drogas. Ambos están internados. El violento episodio, en el que se contabilizaron al menos ocho disparos, conmocionó al vecindario.

Una mujer de 35 años y su hijo adolescente fueron baleados ayer al mediodía en la esquina de una escuela de la zona sur. El violento episodio, en el que se contabilizaron al menos ocho disparos, conmocionó al vecindario ya que a esa hora coincidía el ingreso de los alumnos del turno tarde con una jornada especial en un dispensario ubicado a media cuadra en la que se encontraba la intendenta Mónica Fein.

Según fuentes policiales, como consecuencia del demencial ataque Miriam Andrea García resultó gravemente herida de cinco balazos y permanecía internada en grave estado y con pronóstico reservado en el Hospital de Emergenicas. En tanto, su hijo de 17 años sufrió dos balazos que le ocasionaron una fractura expuesta de fémur y también pasó por el quirófano.

Si bien hasta anoche los investigadores no descartaban ninguna hipótesis sobre el móvil del ataque, por el cual minutos después fue arrestado un sospechoso, había un dato imposible de soslayar: las víctimas son la viuda y uno de los hijos de Norberto German Armanino, un antiguo barra brava de Rosario Central violentamente asesinado en mayo de 2011 en Uriburu e Hipócrates.

En la esquina. Eran aproximadamente las 13.40 de ayer cuando sonaron varios disparos en Grandoli y Gutiérrez. Según testigos, había mucha gente en la esquina ya que a esa hora ingresaban los alumnos de turno tarde de la Escuela Nº 1.078 John F. Kennedy. Pero además, a media cuadra de allí había una jornada por el noveno aniversario del Centro de Salud Municipal Rubén Naranjo de la que participaban, entre otros, alumnos del establecimiento y también la intendenta Mónica Fein.

«Cuando se escucharon los tiros justo estaba hablando la intendenta en el dispensario y había alrededor de 30 alumnos de distintos cursos pintando un mural en el frente. Lo primero que hicimos fue meter a los chicos adentro del dispensario. Y después me acerqué hasta la escuela para ver qué había pasado», comentó una docente de plástica que trabajaba en la jornada especial que debía extenderse hasta las 16 pero obviamente fue interrumpida. «Fue sólo un susto —añadió la maestra— pero al final terminó arruindando todo».

Además de la actividad de la que participaba la intendenta, ayer había otro motivo más para que la esquina de la escuela estuviera concurrida. «Había un puesto de (la empresa) Personal que estaba mostrando aparatos, alguna promoción. No suelen estar ahí, pero justo estaban en el momento en que pasó eso», comentaban los docentes.

Según dijeron varios testigos, Miriam y su hijo Germán estaban en la esquina. Hasta ayer no se había establecido si se habían detenido en el puesto de Personal o si estaban caminando por ahí. Lo cierto es que justo en esa esquina, de donde se levantaron seis vainas y dos plomos calibre 9 milímetros, fueron acribillados. Los voceros consultados señalaron que la mujer recibió cinco impactos en la zona de la cintura y el chico al menos dos en las piernas.

Corriendo. Sobre los atacantes, anoche una fuente de la Jefatura de la Unidad Regional II confió que dispararon desde una moto. Y sostuvieron que agentes del Comando Radioeléctrico detuvieron en las cercanías a Brian Jesús A., conocido en el barrio como «Diente de lata», de 20 años y con un pedido de captura emitido por la Justicia de Menores el 13 de julio de 2012 por un homicidio.

«Escuché los disparos y enseguida vi salir corriendo por Gutiérrez hacia el oeste a un pibito, no parecía tener más de 18 años. Llevaba un arma en la mano», relató a este diario Diego, un chofer de colectivo que justo en ese momento llegaba a la punta de línea de su recorrido.

«En la esquina —continuó— había una chica gritando desesperada, así que me acerqué. Estaba muy ensangrentada en la espalda. En un momento dejó de gritar y se quedó inmóvil en el piso. También había un chico, decían que era su hijo, que estaba tirado e inmóvil. A los diez minutos vinieron dos ambulancias y se los llevaron, aunque primero fueron asistidos por un médico que vino desde el dispensario que está en la otra cuadra».

El testigo refirió que no escuchó a nadie decir por qué se había desencadenado el suceso y consideró que, por la cantidad de gente que había en el lugar, «fue una suerte que no hubiera más heridos».