Los primeros estudiantes del país en ir a Malvinas serán rosarinos

El contingente de jóvenes de la Escuela Cristiana Evangélica Argentina(Ecea) participará de un intercambio deportivo y educativo con adolescentes de las islas.

Saben que en Puerto Argentino viven unas 3 mil personas, que la temperatura media en enero es de 10 grados, que el deporte principal es el fútbol y que varios equipos compiten en una liga que no se toma vacaciones. Con esos pocos datos prácticos, y por supuesto muchas clases de historia y de geografía encima, los alumnos de la Escuela Cristiana Evangélica Argentina(Ecea) preparan una experiencia que difícilmente olviden: serán los primeros del país en participar de un intercambio deportivo y educativo con adolescentes de las Islas Malvinas.

El representante legal del colegio, Marcelo Abdala, lleva más de un año detrás del proyecto. A través de contactos con una universidad londinense donde cursó una residencia como médico y de relaciones con autoridades de la Iglesia Evangélica, el profesor consiguió que las autoridades de la isla inviten a los estudiantes del secundario a participar de una jornada deportiva.

Y como el colegio cuenta con equipos de fútbol, tanto femeninos como masculinos, aceptaron rápidamente la propuesta. «Hace mucho tiempo que estamos detrás de esto», cuenta Abdala satisfecho desde su despacho del colegio. «La invitación llegó hace unos meses, por intermedio de la iglesia, recibir ese correo electrónico fue muy emocionante», dice y confiesa que su intención es que después los alumnos de Malvinas puedan conocer Rosario. «Pero vamos paso a paso», apunta.

Tarea extra. Desde que recibieron la invitación para participar del encuentro deportivo, los responsables del colegio están tramitando los permisos para el viaje en el Ministerio de Educación provincial, haciendo reuniones de padres para ponerlos al tanto de la iniciativa y buscando presupuestos en agencias de viajes y sponsors para morigerar el costo de la travesía.

«Más allá de lo que pueda dejar este viaje en nuestros alumnos, nuestro objetivo es crear lazos entre la población de la isla y del continente. Y participar de este encuentro deportivo amistoso es una buena forma de hacerlo», explica la directora del colegio, Jorgelina Amado.

A la profesora de educación física, Cristina Feria, le toca acompañar a los adolescentes en la previa del viaje. «Ellos quieren entrenar, pero lo más importante es que tengan claro que no van a competir, van a compartir, a disfrutar del juego y a conocer otros chicos», señala.

La experiencia tendrá un plus: según confirmaron los anfitriones a los docentes, será la primera vez que un contingente de estudiantes argentinos llegue a la isla. Al menos desde que en 1999 se reanudaran los vuelos entre el continente y el archipiélago, interrumpidos desde la guerra de 1982.

Eso sí: para ingresar a las islas los chicos deberán presentar su pasaporte y son pocas las plazas disponibles que hay en los aviones de LAN que, invariablemente, cumplen una escala previa en Punta Arenas (Chile).

Todos sueñan. La Escuela Cristiana Evangélica Argentina está pegada a la iglesia de Salta al 2300. Se fundó en 1982 como parte de la tarea social cristiana. Actualmente, cuenta con unos 500 alumnos que pueden cursar desde el nivel inicial hasta 5º año del secundario.

El nivel medio tiene unos 170 alumnos. No todos podrán viajar, en la isla la oferta de alojamiento es escasa y la invitación alcanza apenas a 20 personas, pero desde hace algunos meses en las horas de geografía y de historia no se habla de otra cosa que de Malvinas.

Berenice López, Ludmila Aragón y Victoria Ruesca son alumnas de primer año. Y están ansiosas de viajar para «pasarla bien», «disfrutar», «hacer amigos» y «practicar inglés», enumeran rápidamente.

Están convencidas de que las Malvinas son Argentinas. No obstante, aclaran: «No vamos a ir a recrear un conflicto que nos excede. Vamos a participar de un intercambio cultural, sin violencia. Porque sabemos que de ambos lados murieron muchos jóvenes y que, de ambos lados, también se sufrió la guerra».

A Bruno López, de 4º año, la posibilidad de viajar le despierta, sobre todo, mucha curiosidad por ver cómo se vive en las islas. En el 82, su papá estaba haciendo el servicio militar por entonces obligatorio y estuvo cerca de ser convocado a pelear en la isla.

«La historia de Malvinas está muy presente en la generación de mis padres. Y para mí, viajar allí, visitar los lugares donde pelearon, es conocer un poco de esa historia. Pero más que nada me mueve la posibilidad de hacer amigos, no de recordar malos momentos», asegura Bruno.

Entre torneos, cenas y búsqueda de sponsors

Si todo sale como está previsto, los alumnos de Ecea viajarán en enero a las islas y estarán allí siete días en los cuales no sólo participarán del encuentro deportivo, sino también recorrerán lugares emblemáticos de Puerto Argentino, capital y única ciudad de las islas.

Y para que el costo del viaje no sea un impedimento en la experiencia, desde hace varios meses los padres y los profesores están organizando torneos de fútbol, cenas y sorteos, y buscando sponsors que los acompañen en la travesía.

Es que hay que afrontar los gastos de pasaje, seguros de salud y transporte dentro de la isla para los 20 chicos y conseguir la vestimenta adecuada para los dos equipos de fútbol.

Si bien Ecea es una escuela confesional privada cuenta con un subsidio del Ministerio de Educación provincial y gran parte del alumnado recibe una beca educativa.

(La Capital)