El ocaso de la militancia rentada K en Rosario

Luego del cambio elegido por los argentinos el 22 de noviembre votando a Mauricio Macri, llegaron otros, aunque en este caso no se trata de un cambio de gobierno, sino del fin de una forma de hacer política basada en la militancia rentada sobre la cual muchas organizaciones K no nacieron “desde abajo”, sino mayormente fueron creadas “desde arriba”, con financiamiento proveniente del estado. Entre ellas podemos mencionar a la Corriente de Liberación e Integración Nacional (Kolina), fuerza identificada con la figura de la actual Gobernadora de la Provincia de Santa Cruz y ex Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner. En Rosario, fue inaugurado en su momento un local partidario de Kolina en la calle San Luis a la altura del 1900, el cual a la fecha aparece cerrado y el contrato del alquiler, según pudo averiguar Cuna de la Noticia, ha cesado producto de la imposibilidad de seguir pagándolo por falta de recursos económicos. Cabe recordar que dicha fuerza se financiaba con el dinero del mencionado Ministerio, pero con el triunfo de Cambiemos perdieron dichos fondos.

La autoridad máxima en la Provincia de Santa Fe de Kolina era la Lic. Gisela Wild, la cual jamás pudo hacer pie en el entramado complejo de listas de listas kirchneristas duras a lo largo de estos años. ”Kolina siempre fue una cáscara vacía, había poca militancia supeditada a los contratos que se repartían», expresó a este medio un ex militante territorial de la dicha fuerza.

Pero la crisis K no termina allí, en el último tiempo bajo el gobierno de Cristina Kirchner se produjo un considerable crecimiento de la Agrupación Nuevo Encuentro fundada y dirigida por el ex Diputado Nacional Martín Sabbatella, basada en el reparto de «chapas políticas» en la disuelta Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca). Sabbatella, quien fuera Presidente del Directorio del Afsca, usaba al mismo para colocar personas de su agrupación y les descontaba el 8 % de sus salarios para financiamiento político, según lo denunciado por autoridades macristas. En Rosario, el delegado regional del ente autárquico era Emiliano Albornoz (ver foto de tapa de la nota), militante de Nuevo Encuentro y personaje desconocido para la mayoría de los periodistas y locutores y comunicadores de la ciudad. La ignota sede del Afsca estaba ubicada en San Lorenzo 809. A su vez, esta fuerza política abrió un local partidario en la calle Cerrito 1718, el cuál era solventado con fondos provenientes de este organismo.

Según fuentes cercanas a Nuevo Encuentro, sería inminente el cierre de dicho local partidario por falta de dinero para poder solventar los gastos. Un militante de la fuerza citada declaró off the record a Cuna de la Noticia «Cuando manejábamos el Afsca se acercaban todos a querer militar y enseguida pedían una chapita; ahora que estamos en tiempos difíciles se borran”. Evidentemente se hace difícil militar para muchos sin el apoyo económico del Estado.

Sin embargo, la crisis no es propia solamente de Kolina o Nuevo Encuentro, sino que también empieza a afectar a otras organizaciones como el Movimiento Evita. Es innegable la sangría de militantes que viene sufriendo la agrupación de Emilio Pérsico, producto de la pérdida del favor estatal nacional que les impide colocar militantes en organismos públicos con suculentos sueldos. No es casualidad que la actual vicepresidenta haya tenido que echar a más de dos mil «ñoquis» del Senado de la Nación que habían sido designados por su antecesor en el cargo Amado Boudou.

En fin, llegó un cambio de era al país y a la ciudad de Rosario.