Comenzaron los aprestos para la batalla de junio

Cuando el Gobernador Lifchitz estampe su firma en el decreto que enumerará la cronología del calendario electoral, junio es el mes clave: habrá que oficializar las listas de precandidatos para las PASO de Agosto. Comenzará formalmente la batalla electoral. Por ahora son solo aprestos en busca de soldados y logística.

Inconmensurable en su voluntad militante, el «Chivo» Rossi desde hace año y medio largo camina, en soledad y manejando su auto, pueblos y ciudades de la Provincia cual samaritano del kirchnerismo, atendiendo a los heridos y afligidos con el consuelo espiritual de la santa palabra: volveremos.

Rossi es el único candidato cierto a Diputado nacional que exhibe hoy día el peronismo santafesino que, dicho sea de paso se debe un Congreso partidario para definir las estrategias. «Si Rossi va por adentro, nosotros vamos por afuera», pregona a viva voz más de un aspirante a integrar eventuales – no parece que vayan a existir tantas – listas de candidatos a Diputados nacionales. Para las grillas locales es menos complicado.

Para colmo, aparece el jefe de los senadores peronistas, Armando «Pipi» Traferri, viejo lobo de mar que supo cazar tiburones con la mano en épocas de esplendor peronista, a proponer una alianza con el socialismo gobernante, basado en una lógica política a futuro inspirado en el presente innegable: «los argentinos tendrán que optar entre dos grandes frentes, conformados por peronistas, massistas y socialistas por un lado, y el macrismo por el otro. Y con radicales en ambos», apologó.

Desorientado y sin cartas de navegación con el mar encrespado, el titular del PJ Ricardo Olivera echó mano al manual de conducción peronista a manera de respuesta personal a Traferri: «el Justicialismo siempre ha sido frentista pero no furgón de cola; históricamente hemos hechos frentes, con diversos partidos, pero siempre conducimos, y esa es la idea», adoctrino.

Rubén Galassi, mesa chica del socialismo y voz referencial en el FPCyS dijo lo suyo: «es verdad que hay un nuevo escenario a nivel nacional, que hay una reconfiguración política, y nuestra aspiración es consolidarlo y trabajar para ampliar las bases de sustentación, sumando a todos los santafesinos que puedan sentirse representados por este proyecto político que al mismo tiempo tiene una acción de gobierno que queremos replicar en la Nación; esto no quiere decir que estemos imaginando acuerdos súper estructurales para conformar un nuevo frente. Estamos pensando en acuerdos políticos más allá de los partidos que nos puedan permitir desarrollar acciones en beneficio de los santafesinos», esclareció.

Traferri sacó del ostracismo inducido a Omar Perotti, quien trató de ordenar la media cancha para el que el cinco no le pase la pelota a los contrarios: «quiero gobernar Santa Fe con una propuesta superadora a la de socialistas y radicales», se paró de manos, para advertir que se encuentra trabajando en la «preparación de equipos y generando las alertas necesarias». «Bueno, que vaya y se lo diga a los compañeros que todavía no se entraron y no saben para adonde agarrar», se escuchó en el fondo a un veterano dirigente peronista.

¿Qué quiso decir Armando Traferri?. La traducción no requiere complicados análisis filológicos: hay solamente dos cajas para hacer política: la nacional que la maneja el PRO y la provincial que es de los socialistas. El peronismo quedó afuera definitivamente desde Diciembre del 2015 cuando Macri se apoderó de la billetera nacional y la de la Provincia de Buenos Aires (que le fue de gran utilidad a Omar Perotti en su campaña gubernamental del 2015 a expensas de Daniel Scioli).

Sergio Massa se valió de los insondables recursos de «El Tigre» para sostener su campaña nacional a Presidente en el 2015. Esta vez los utilizará sólo para la «madre de las batallas»: Buenos Aires. «En Santa Fe tendremos un massismo sin Massa», filosofó Oscar «Cachi» Martínez a quien algunos radicales lo quisieran ver jugando en la ciudad de Santa Fe.

El «massismo» hizo una visita estratégica la semana pasada en esta capital y otras ciudades con el actual diputado nacional Alejandro Grandinetti a la cabeza y el empresario rosarino y seguramente primer candidato a Diputado nacional Eduardo Romagnoli. Grandinetti descree de la «doctrina Traferri» (mucho menos la de Oscar Martínez) y piensa que el massismo hará una muy buena elección en la Provincia (sin «caja»), y que Sergio Massa tendrá una presencia activa en el territorio acompañando a sus candidatos, sin necesidad de aliarse con el socialismo. Nota de la redacción: el socialismo tampoco quiere aliarse con el massismo.

Uno de los fundadores del Frente Renovador Alberto Assef, pondrá en marcha esta semana en Santa Fe capital la mesa de conducción de su Partido UNIR, con la cual dicen que competirá también en las PASO por un lugar en la Cámara de Diputados de la Nación. La actual panelista televisiva Amalia Granata encabezaría la lista, toda vez que es oriunda de Rosario.

Radicales en debate en la tierra de la peperina

El radicalismo nacional reafirmó su pertenencia a Cambiemos en el encuentro nacional llevado a cabo este fin de semana en Villa Giardino (Cba), preludio de lo que será la Convención nacional de abril en La Plata.

Algunas frases escuchadas en el serrano complejo de Luz y Fuerza fueron sentenciadoras. El gobernador de Jujuy Gerardo Morales advirtió que «no hay espacio para más errores», a la vez que reconoció que «si no le va bien al Gobierno, no le va ir bien tampoco a la Argentina. No tenemos Plan B».

Martín Tetaz, economista y panelista de Lanata fue menos tangencial: «la realidad no importa; importa la percepción de la realidad. Y si la percepción de la realidad sigue siendo mala, vamos a perder», advirtió.

El intendente santafesino y presidente de la UCR nacional mostró un espíritu más abarcador: «esperemos que Cambiemos se conforme en todo el país, que tengamos listas en todos los distritos, y aspiramos a protagonizar como radicales”. Para que comprarse más problemas de los que hay; ya tendrá Corral que lidiar con sus correligionarios y el socialismo en su comarca cuando en junio dé comienzo la primera etapa de la contienda. Se sabe que en cuando comienzan las batallas no hay lugar para ambigüedades: habrá que elegir bando.

El Gobernador Lifschitz fue definitorio a la hora de parar la tropa: «a Corral no lo contamos» (dentro del FPCyS). Corral apeló a la diplomacia discursiva señalando que el radicalismo estará junto al socialismo apoyándolo. Desde la agrupación radical NEO le hicieron notar al líder de Cambiemos en Santa Fe que ellos apoyan de manera «incondicional» al gobierno de Lifschitz.

El PDP también fijo posición y avisó que no lo involucren partidariamente en cuestiones no conversadas: «en Santa Fe el Partido forma parte del FPCyS y aún no definimos que postura adoptaremos en cuanto a la alianza nacional, por lo tanto no nos encasillen antes de tiempo», advirtió el diputado provincial Gabriel Real, ofuscado con el diputado nacional radical Hugo Marcucci quien dio por descontado que el Partido de Lisandro de la Torre formará parte de Cambiemos.

Cavallo advierte: «cuidado con Massa, su estrategia opositora es más peligrosa que la del kirchnerismo»

Dice Mingo: «la instrucción de Massa a sus seguidores twitteros sugiriendo que Macri está rebajando las jubilaciones como, según él, lo hiciera De la Rúa en 2001 no es inofensiva. Tampoco lo es la propuesta de De Mendiguren de «aumentar la facturación en lugar de bajar el gasto¨. Y mucho peor si ambas fórmulas se combinan con el tradicional elogio de Lavagna a los «superavits gemelos» de Duhalde. Estos tres ingredientes me hacen temer que si Macri y su equipo no consiguen convencer a la gente que se necesita hacer un ajuste fiscal transparente y explícito, los argentinos volveremos a soportar un ajuste brutal como el del 2002″.

Agrega el economista que «obviamente Massa ataca aviesa e injustamente tanto a De la Rúa como a Macri, siendo que la gran reducción de las jubilaciones se produjo por decisión de Duhalde y sus colaboradores, entre los que se destacan sus dos laderos económicos más importantes: De Mendiguren y Lavagna.

SanCor en su momento más difícil

Fundada en la hoy ciudad de Sunchales en 1938 por 16 cooperativas de Santa Fe y Córdoba, la cooperativa lechera lleva como nombre el acrónimo que le dio origen para pelear contra “The River Plate Dairy Co. Ltda.” que en ese momento ejercía el monopolio en la fabricación y comercialización de manteca.

Hoy, a casi 80 años de aquella gesta épica, la cooperativa está frente al reto más importante de su vida institucional: transformarse en una SA (como su prima hermana Milkaut de Franck); pasar a manos privadas o seguir bajo el sistema cooperativista. SanCor arrastra un pasivo inconmensurable (nadie sabe a ciencia cierta la magnitud) acompañado por una estructura empresarial desacoplada con los tiempos que se viven.

Hoy la supervivencia de SanCor (que al fin y al cabo no desaparecerá) depende de un crédito de 400 millones de dólares, que en las últimas horas algunas fuentes orientaban hacia China. Sin ese pulmotor peligra hasta la continuidad fabril. Sus asociados se quejan por cheques devueltos del pago de la producción; lo mismo los proveedores de insumos y distribuidores.

El mismísimo Secretario General del gremio ATILRA Héctor Ponce fue definitorio: «SanCor tiene problemas económicos y financieros tan grandes que no van a salir sin una alianza» con otra empresa» descerrajo, a la vez que cuestionó severamente a la actual conducción: «tiene salida» pero «no bajo este esquema de dirección». Y ante la posibilidad de conseguir un préstamo, afirmó: «nadie te va a dar 400 millones de dólares para que después veas si te fue bien o mal ¿el crédito soluciona el problema de fondo?», se preguntó tremendamente.

La Serenísima también cierra planta en Santa Fe

La Serenísima anunció que el 31 de julio cerrará su planta clasificadora de la ciudad santafesina de Rufino debido a que no recibe la cantidad de leche suficiente para que el funcionamiento de la misma pueda ser sustentable.

Mastellone Hermanos citó un “estancamiento” de 20 años en la producción lechera que llevó a que el año pasado Argentina produjera 9.500 millones de litros, una cifra menor a la de 1998; el impacto de empresas que operan en la marginalidad a las que, según la empresa, en los últimos 7 años fue casi un 50% de la leche que dejó de recibir la planta de La Serenísima en Rufino; y la adversidad climática, que redujo la cantidad de tambos remitentes.

Consecuencias de un mundo comercial aguerrido y el cambio climático que comienza a estragar los sistemas productivos.