Rivoira valoró el triunfo de Central ante Belgrano, pero aclaró: «No sentía que me tenía que ir»

Los tres puntos que Rosario Central cosechó el sábado ante Belgrano significaron una bocanada de oxígeno para un plantel que lejos estaba de lograr buenos resultados, aunque, se sabe, esa alegría significó mucho más para el técnico Héctor Rivoira, quien siempre trató de bajarle el perfil al tema de su continuidad. “Eso es algo que se había instalado en los medios de que podía tomar alguna decisión, pero a mí la comisión directiva siempre me brindó su apoyo constante y mucha tranquilidad. Siempre me hicieron sentir que esto termina en junio”. Contundente las palabras del Chulo, quien sin tomar rutas discursivas alternativas, argumentó que nunca sintió que su puesto estuviera en duda.    ¿Cuáles fueron, según el DT, las variables a tener en cuenta? El resultado, la forma de juego, la respuesta de los jugadores y, por supuesto, de los hinchas, por nombrar algunas. “No pensé nada hasta el partido porque quería verlo. Quería ver el contagio y la respuesta de los jugadores y también de la gente. En lo particular con los hinchas estoy muy bien. No me siento hostigado, sino todo lo contrario. Porque al margen de que las cosas no venían bien siempre me demostraron cariño”, dijo el Chulo. Y agregó: “Viendo que la comisión apoya y que los jugadores se matan en todos los partidos no sentía que me tenía que ir. Nunca me puse a pensar qué pasaba si perdíamos porque lo que quería era esperar el partido y después analizar muchas cosas”.

    Claro que el desahogo llegó no sólo para el entrenador, sino para el grupo. Eso ya había quedado reflejado en el entrenamiento del domingo y ayer Rivoira se encargó de resaltarlo. “Cuando se gana las caras son diferentes. El otro día empezamos a pagar la deuda que tenemos con la gente y eso para nosotros también es importante. Por supuesto la autoestima también cuenta. Igual sigo pensando que este equipo tiene menos puntos de los que merece. Estoy muy convencido de lo que estamos haciendo y veo que el grupo está muy fuerte y los resultados ayudan a potenciar esto”, apuntó.

    Y como suele ocurrir con un triunfo bajo el brazo “parece que se viera todo desde otra óptica”, según puntualizó el técnico, quien vio “un equipo con volumen de juego, que está bien y que ganó bien, más allá de que en los últimos minutos Belgrano se nos vino un poco, aunque sin crearnos muchas situaciones. Tuvimos el mismo fútbol que contra San Martín de San Juan y la entrada de Rivero nos dio la posibilidad de llegar por el medio con sorpresa”.

    —¿Entonces la diferencia estuvo sólo en el resultado?
   —Sí, porque ahora convertimos. Si ante San Martín de San Juan hubiésemos marcado el 20 por ciento de lo que generamos hoy seguramente estaríamos hablando de otra cosa. En este partido fuimos efectivos, al margen de que también creamos muchas situaciones y además jugamos. Ahí creo que está la gran diferencia con los otros encuentros.

    —¿Algo no te gustó?
   —Mirá, en el primer tiempo el equipo estuvo muy bien y en el segundo, hasta el 2 a 1, estuvimos sólidos en defensa porque Belgrano prácticamente no nos inquietó. Estuvo esa jugada de Vázquez, pero nada más. Lógicamente después nos aferramos al resultado por las ansias de ganar y de darle un triunfo a la gente y a nosotros mismos. Realmente estoy muy conforme porque los chicos dieron todo lo que tenían y en eso nadie nos puede reprochar.

    —¿El tema es fijarse sólo en lo que hace Central o de reojo miran lo que pasa con el resto?
   —Nosotros tenemos que mirar lo nuestro. No sirve de nada mirar los demás si nosotros no ganamos. Ahora vamos a Tucumán y tenemos que pensar en volver a sumar de a tres. Quedan 16 fechas y ganando potenciamos un montón de cosas. Queremos potenciar lo que estamos haciendo, que sin dudas es una buena proyección. Tenemos que seguir creyendo en lo que hacemos, tener la confianza y convicción. Todo eso no tiene que variar en nada.