A plena luz del día: Roban 45 mil dólares en un misterioso escruche en Pichincha

Ocurrió a plena luz del día en una vivienda de una pareja que había salido. La dueña de casa no se explica cómo los ladrones tuvieron el dato

Sin realizar maniobras violentas y con datos precisos, desconocidos ingresaron el domingo a plena luz del día a un departamento del séptimo piso de un edificio de barrio Pichincha, ubicado en Alvear entre Brown y Güemes, y se apoderaron de al menos 45 mil dólares de una pareja que residía en el lugar, y tenían destinados a una operación inmobiliaria. «Vinieron directo al dinero, no se llevaron otra cosa de valor salvo una cámara de fotos y tres teléfonos celulares», dijo sorprendida la mujer víctima del hecho.

Era el mediodía del domingo cuando Guillermo, de 47 años, le dijo a su novia Andrea que le dolía la muela. La mujer apeló a su memoria y recordó que una amiga odontóloga reside a pocas cuadras del lugar y le podía aliviar ese malestar con alguna medicina específica y sin dudarlo decidieron recurrir a la profesional.

Entonces la pareja, que convive hace un año, salió del departamento A del 7º del edificio ubicado en Alvear al 47 bis para recorrer esas pocas cuadras. «Fuimos hasta lo de mi amiga con la intención de volver rápido, pero al final nos quedamos un rato más, hasta la tardecita. Al regresar encontramos todo revuelto», explicó Andrea.

Mientras le flanqueaba el paso al gabinete Científico de la Policía de Investigaciones (PDI) para que tomara posibles rastros de los intrusos, la mujer atendió LaCapital visiblemente conmocionada y confundida. «Fueron directo al dinero, no se llevaron otras cosas de valor», describió mientras señalaba los cajones revueltos de los placares del dormitorio.

Es que trataba de entender de qué manera ingresaron primero al edificio, luego accedieron al séptimo piso y a la vivienda, pero sin ejercer violencia, sobre todo en ninguna de las dos puertas de acceso, una principal que desemboca en el living y otra auxiliar de la cocina.

Con más interrogantes que certezas, no digería cómo los hampones pudieron contar con la información tan precisa, primero sobre el dinero, luego conocer sus movimientos, que en realidad fueron repentinos e improvisados. Porque el malestar de su novio apareció en el momento, y la visita a la amiga fue improvisada. «Tal vez mi novio le contó a alguien o se le escapó, no lo se», vaticinó.

Un tornillo menos

Para mayor seguridad, el edificio cuenta con una doble puerta de ingreso. Primero de rejas que permite el paso y luego otra de chapa con blindex tradicional para llegar al hall, donde hay un sólo ascensor que recorre los nueve pisos con departamentos en frente y contrafrente. En Brown y Alvear hay una estación de GNC y varias viviendas particulares que cuenta con sistema de cámaras.

«Para mí que no usaron la llave auxiliar que solemos dejar debajo de la maceta del pasillo, porque cuando anoche (por el domingo) vino el cerrajero notamos que a la manija de la puerta de la cocina le faltaba un tornillo. Y nosotros la dejamos sin llave por dentro. Para mi que la desarmaron y entraron», razonó Andrea, aunque sin estar demasiado segura sobre ese aspecto.

Lo cierto es que mientras la PDI arrojaba reactivo sobre superficies de distintos objetos en comedor, dormitorio y sacaba fotos de la escena para pesquisar rastros, Andrea explicaba con mucha amargura a este diario que el dinero era fruto de «ahorros» de la pareja y estaba destinado a concretar el sueño de la vivienda propia para «dejar de alquilar».

Según el relevamiento que hizo la pareja y denunció Guillermo ante la policía, le robaron 45 mil dólares, tres teléfonos celulares y una cámara de fotos. Ahora, la Fiscalía de Investigación y Juicio deberá echar luz sobre el sigiloso y misterioso escruche. (La Capital)