La Ribera: Camioneros autoconvocados restringieron el acceso a las plantas

Pasaban 15 vehículos de carga cada media hora

Las rutas de acceso al cordón industrial y portuario que se extiende al norte de Rosario se vieron invadidas ayer por una innumerable cantidad de camiones que llegaron a hacer colas de hasta tres kilómetros. La autopista a Santa Fe, la 11 y las rutas que conectan ambas vías se llenaron de vehículos pesados que ocuparon las banquinas y, en algunos casos, el ancho mismo de la calzada. Un operativo policial puso filtros de accesos en distintos sectores, pero esto no impidió las interminables filas de rodados.

El motivo: una protesta de camioneros autoconvocados que impedían el ingreso de los camiones a las mismas terminales, para reclamar el pago de tarifas correspondientes a las cartas de porte (detalle de carga) que se les expiden en origen. Argumentan que no se les abona lo que dice la ley nacional y que tienen que hacer frente a muchos gastos, los que les deja una ganancia exigua, y piden el control de la Afip sobre las operaciones de descarga.

A esto se sumó una protesta sobre la ruta 11 a la altura de Fray Luis Beltrán en reclamo de la reincorporación de siete empleados municipales despedidos en enero. De la movilización, en las puertas de la Fabrica Militar, participaron empleados nucleados en la Federación de Trabajadores Municipales (Festram) junto a gremios de CGT San Lorenzo. Todo esto generó un parate sobre esa vía. El tránsito se vio enrarecido y las filas de camiones se convirtieron en una postal, sobre todo en inmediaciones de Timbúes. La medida de fuerza de los camioneros había comenzado el mediodía del martes, pero se hizo sentir muy especialmente a primera hora de ayer, con la llegada masiva de vehículos a las terminales.

Ya en la autopista, cerca del ingreso a La Ribera, donde la policía había dispuesto el primer retén del operativo de seguridad, empezaba a verse el amontonamiento.

Testimonios durante la espera

Un móvil policial impedía el paso y allí esperaban pacientemente los camioneros que iban a descargar. Entre ellos, Oscar Paret, que venía de Teodelina, y Guillermo Arias, proveniente de La Pampa. Ambos transportaban cereal. Arias esperaba desde la 1; Paret, desde las 4. «Es la primera vez que nos toca esperar tanto», le contó uno a este diario. «Dicen que hay un paro de camioneros, pero la verdad ni sé qué están reclamando», se asombró el otro.

El panorama se repetía sobre el puente que atraviesa la autopista con destino a La Ribera y en la ruta 91, donde los camiones ocupaban parte de la calzada (sobre todo en zonas sin banquina) y obstaculizaban todo el ancho de los puentes. Carlos Sandoval y Darío Retamoso venían del Chaco. Ellos esperaban desde hacía dos horas. Comiendo semillas de girasol, e intentando no perder el buen humor, contaron que nadie se había acercado a dar ninguna explicación. «Vino la prensa, sí, pero nadie más. Ni un sandwichito nos trajeron», dijo uno con sorna.

Cien camiones parados

Camino ya a la ruta 11 el tema se ponía aún más complejo. Allí, un nuevo retén mantenía a los vehículos parados para no colapsar la ruta principal. Y luego, en el camino principal de ingreso a las plantas de Dreyfus, Cofco y Nidera, La Capital contabilizó cien camiones parados al costado de la vía ripiada. Al principio de la hilera estaban los camioneros autoconvocados que retenían el ingreso y dejaban pasar 15 vehículos cada media hora. «Lo que estamos pidiendo es que abonen las tarifas que corresponden por ley nacional al transporte de granos, que está estipulado en la carta de porte», Abraham Leguizamón, quien llevaba la voz cantante, pero a quien no tardó en sumarse un grupo de compañeros. «Queremos que se respete la tarifa de referencia», abundó Eduardo Tavechio.

Los autoconvocados son en general propietarios de sus propios camiones, que ellos mismos manejan. «Estamos poniendo un capital de entre uno y cuatro millones de pesos, lo trabajamos nosotros mismos, trasladamos mercadería cientos y hasta miles de kilómetros y nos queda menos que a un empleado de una granja», protestó otro. Y agregó: «Hace 15 días que no viajo porque nos fundimos trabajando».

Las voces empezaron a mezclarse y se escuchó decir «nos pagan menos de lo que corresponde por tonelada y estamos perdiendo más de 9 mil pesos por viaje». Aseguran que su reivindicación es común a todos, aunque sea un grupo, no alineado con el gremio, el que se anima a hacer la protesta.

La semana pasada, los mismos manifestantes se habían hecho escuchar casi en el mismo lugar, sobre la calle Cacique Mancoré, acceso que conduce hacia las terminales portuarias y hacia las termoeléctricas. (La Capital)