Acuerdo de gobernabilidad: Macri incluyó a Cristina y sumó a empresarios, Iglesia y CGT

El Presidente hizo oficial la propuesta del decálogo de gobernabilidad a todo el arco político opositor. En Casa Rosada no creen que Cristina acepte.

Por Liliana Franco/ Ámbito.com

El llamado del Gobierno a un dialogo tiene un motivación central: dar la idea de que los argentinos están dispuestos a ser un “país normal”, explican en la Casa Rosada. Los 10 puntos planteados son una plataforma que considera que, de acordarse en su mayoría daría previsibilidad y se evitaría o morigeraría la inestabilidad que plantea un escenario electoral.

A la tarde del lunes salieron las cartas con sello de la Presidencia de la Nación a los siguientes dirigentes: todos los gobernadores; la senadora nacional Cristina de Kirchner, el senador nacional Miguel Ángel Pichetto, el diputado nacional Daniel Scioli, el exdiputado Sergio Massa; el exministro de Economía, Roberto Lavagna, y los referentes de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña; autoridades del Foro Convergencia, el Grupo de los 6, la Mesa de Enlace, la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). También se remitió a autoridades de las iglesias Católica y Evangélica, del Centro Islámico y de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).

La misiva plantea los puntos a acordar pero no fue acompañado de una convocatoria grupal. “La idea es hacer reuniones bilaterales”, comentaban en la Casa Rosada, “el Presidente ya llamó a casi todos de los convocados”.

El objetivo oficial es lograr al menos un acuerdo que contemple a la mayoría de los puntos y están dispuestos a “agregar aquello que signifiquen aportes para reforzar el mensaje de previsibilidad».

Los puntos que el Gobierno pondrá en la mesa para su discusión son:

  1. Lograr y mantener el equilibrio fiscal, tanto en la Nación como en las provincias.
  2. Sostener un Banco Central independiente en el manejo de los instrumentos de política monetaria y cambiaria, en función de su principal objetivo que es el combate a la inflación hasta llevarla a valores similares a los de países vecinos.
  3. Promover una integración inteligente con el mundo, trabajando para el crecimiento sostenido de nuestras exportaciones.
  4. Respeto a la ley, los contratos y los derechos adquiridos con el fin de consolidar la seguridad jurídica, elemento clave para promover la inversión.
  5. Creación de empleo formal a través de una legislación laboral moderna, que se adapte a las nuevas realidades del mundo del trabajo sin poner en riesgo los derechos de los trabajadores.
  6. Reducir la carga impositiva nacional, provincial y municipal, empezando por los impuestos distorsivos.
  7. Consolidación del sistema previsional sostenible y equitativo que dé seguridad a los jubilados actuales y futuros.
  8. Consolidación de un sistema federal transparente que asegure transferencias a las provincias no sujetas a la discrecionalidad del Gobierno Nacional de turno.
  9. Asegurar un sistema de estadísticas profesional, confiable e independiente.
  10. Cumplimiento de las obligaciones con nuestros acreedores.

Certezas

La razón por la cual el presidente Macri lanza esta convocatoria la explica al comienzo de la misiva al indicar que: «La Argentina logró algunos acuerdos básicos que permitieron fortalecer nuestra democracia” y hace referencia al “consenso democrático que cerró las puertas a experiencias autoritarias, la Asignación Universal por Hijo, el rechazo a la violencia política, la alianza estratégica con el Mercosur, por dar algunos ejemplos”.

Para el Gobierno el problema de la incertidumbre que genera el proceso electoral se explica porque “hemos tenido problemas para acordar sobre cuestiones básicas de nuestro desarrollo económico”. Explica que los “fracasos” en esta materia son los que explican que Argentina “sea una paradoja mundial por la falta de desarrollo y la pobreza pese a nuestros recursos y nuestras potencialidades”.

Siempre desde la visión oficial esta incertidumbre (que trae como consecuencia la paralización de las inversiones y en muchos casos la fuga hacia el dólar) se podría quebrar o minimizar si tanto el mundo como los argentinos puedan tener “certeza de que hemos podido dejar de discutir algunas cosas que ya no se discuten más en la mayor parte de los países”. No en vano entre los puntos figura el tema del “equilibrio fiscal; la independencia del Banco Central, el cumplir los compromisos con los acreedores y el contar con estadísticas profesional, confiable independiente.

Estos puntos, y solo como un ejemplo, parecería raro que los convalide la expresidenta Cristina de Kirchner y ni que hablar de una reforma previsional, comentan en el kirchnerismo. De hecho, en el Gobierno tampoco se imagina que la Cristina acepte el convite de sentarse a discutir.

Quienes piensan que esto podría representarle un costo a la exmandataria sostienen que sus adherentes ven a Macri casi como un “enemigo” con el cual no se debe negociar.

Una de las críticas más recurrentes que se escucharon de los distintos dirigentes de la oposición como por ejemplo, Roberto Lavagna o Sergio Masa fue que la convocatoria era una propuesta marketinera o electoral.

Al respecto, en la carta el propio Macri responde estos cuestionamientos al sostener que “Estos puntos no son un plan de gobierno, ni una propuesta electoral, ni un contrato de adhesión” y les pide “que pueda expresarse sobre estos diez puntos que consideramos imprescindibles para despejar algunas de esas dudas que existen sobre nuestro país”.

Para el Gobierno “la incertidumbre se da básicamente porque existen la polarización entre un modelo (el que lleva adelante Cambiemos) y el que representa el kirchnerismo, que siguen siendo antagónicos.

Respecto de las otras fuerzas, aunque con sus dudas, piensan que sería posible acordar algunos puntos “al menos 8” afirman. Se basan en que en líneas generales dirigentes como Urtubey, Pichetto, Lavagna no tiene una visión diametralmente diferente.

Desde las filas del exministro de Economía, Roberto Lavagna cuestionan al Gobierno el modelo económico, críticas que son compartidas por otros dirigentes. En el Gobierno, sostienen, que esta convocatoria no se basa en el temor de perder elecciones sino más bien en la preocupación que por la incertidumbre se afecte a la economía vía mayor presión hacia el dólar y recesión.

Es más no parecen muy dispuestos a cambiar el modelo (de hecho esto no está en discusión en la lista de puntos) es más creen que es el “único camino posible” y recuerdan que el déficit fiscal se sostiene con inflación o con endeudamiento, algo que muchos dirigentes políticos opositores parecen no comprender, se quejan en los pasillos de la Rosada.

Si bien se podría pensar que esta convocatoria al dialogo se basa en los bajos números de intención de voto que muestran las encuestas, en el entorno presidencial, existe aún confianza de que “pueden ganar”.

Por esta razón es que rechazan la idea de sumar dirigentes de otros partidos “la idea no es amontonarse para no hacer nada”.

En términos de lo que hoy realmente preocupa a la Casa Rosada es que esté bajando el precio de la soja; el posible retorno a la guerra comercial de los Estados Unidos con China; y esta fatiga de la sociedad que se percibe en el pesimismo general, como lo describen.

De alguna manera Cambiemos se siente orgulloso de haber atacado la corrupción y que bajo su Gobierno haya empresarios presos, que la Justicia sea independiente, que con la digitalización en el Estado va quebrando los “kioscos” y agilizando la actividad privada.

A nivel oficial se pensaba que la incertidumbre electoral se sentiría más cerca del 22 de junio cuando se oficializan las candidaturas, sin embargo, el temor se adelantó y en este marco se entiende la convocatoria al dialogo. Al respecto el candidato a vicepresidente que acompañará a Mauricio Macri también se conocerá recién ese día. (Ámbito.com)