Comó es el plan de «modernización laboral» de Gustavo Béliz que pone en alerta al sindicalismo

Gustavo Béliz elabora papers para Alberto Fernández en temas sensibles como justicia, seguridad, y en hacer un estado más moderno y eficiente.

Gustavo Béliz impulsa con el visto bueno del próximo presidente de la Nación, Alberto Fernández una «justicia social tecnológica» y plantea, frente a los principales líderes sindicalistas de la CGT, la posibilidad de usar robots, inteligencia artificial, para mejorar la producción y las condiciones laborales.

Propone una «modernización laboral» y cambios en las tareas y eventualmente, nuevas formas de contratación y empleo, como ocurre en los países más desarrollados, señala Infobae.

La inmensa mayoría de los sindicalistas observa con recelo las disertaciones que por estos días realiza el ex ministro de Justicia ya que, como lo dice públicamente el camionero Hugo Moyano al ser consultado sobre el tema, «atenta contra los puestos de trabajo obrero».

De hecho, el ex líder de la CGT y el bancario Sergio Palazzo mantienen una disputa abierta con varias empresas de plataformas digitales, ya sea por el encuadramiento legal de las Fintech, o por la reducción de empleos a manos de firmas tecnológicas.

Béliz sostiene que la irrupción de la inteligencia artificial en el mundo laboral, «requiere de un nuevo contrato social tecnológico, capaz de conjugar esfuerzos de Estados inteligentes, actores privados dinámicos y una comunidad laboral y científica que articule más plenamente sus tareas».

Béliz, que entre otros temas elabora papers para Fernández en temas sensibles como justicia, seguridad, y en hacer un estado más moderno y eficiente, oficia de articulador entre gremios y el próximo gobierno.

Desde esa posición, tanto él, como el próximo presidente y dirigentes sindicales como Héctor Daer (Sanidad) entienden que la futura reforma laboral no se planteará en el parlamento, como ya intento el macrismo y falló, sino con modificaciones puntuales en los convenios colectivos de trabajo, mucho de los cuales están tremendamente desactualizados.

«La Cuarta Revolución Industrial que comienza a irrumpir en el escenario de América Latina, convive con transiciones ambiguas y no pocas veces contradictorias», comienza la introducción que escribió el ex funcionario del gobierno de Néstor Kirchner, en la publicación «INDUSTRIA 4.0 Fabricando el Futuro», y que está patrocinado por la Unión Industrial Argentina (UIA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Instituto Para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL), del cual Béliz es su director.

En el prólogo del trabajo, precisa que: «Habitamos el continente que da cobijo a nuevas multilatinas que emplean sofisticados algoritmos en sus procesos productivos, a la vez que convivimos con una matriz productiva escasamente diversificada y dependiente de los precios mundiales de los commodities» y abunda: «Producimos innovaciones que nos permiten instalarnos en condiciones ventajosas a nivel internacional, a la vez que padecemos la falta de adaptación de muchos procesos productivos en el escenario de cambio tecnológico acelerado».

El asesor de Fernández sostiene que «Somos en cierto modo habitantes de tres diferentes siglos: el siglo XIX, propio de una economía con escaso valor agregado que sumerge al 30% de la población en la pobreza y en la indigencia; el siglo XX, con enclaves industriales dinámicos y una capacidad de notable resiliencia a los vaivenes macroeconómicos; y el siglo XXI, con innovadores pujantes que pueden insertarse exitosamente en el mundo millennial. Argentina, si bien con características propias, no es una excepción en este panorama».

«En la transición hacia la industria 4.0 -se destaca en las conclusiones del trabajo firmado por Béliz- es crucial la inversión en el desarrollo de nuevas habilidades de los trabajadores que permitan hacer frente a las oportunidades y desafíos de la digitalización».

Para eso es imprescindible la capacitación de los actuales y los nuevos trabajadores y dirigentes.

«La cuarta revolución industrial -amplía Béliz- nos llama a considerar algunos elementos estratégicos (…) Las pequeñas y medianas empresas, por caso, pueden aprovechar mejor las oportunidades del comercio electrónico para su inserción en el mercado-mundo y su internacionalización a través de plataformas tecnológicas, a punto tal de convertirse en micro multinacionales».

Desde el sector pyme, no ven con malos ojos estas propuestas, pero ponen algunos reparos que el mismo ex funcionario toma en cuenta en sus trabajos.

Entre otros puntos, se quejan porque en el país existen «discriminaciones fiscales y crediticias» y la ausencia de reglas comerciales multilaterales que faciliten el comercio y la competitividad.

«El surgimiento de la inteligencia artificial -apunta Béliz- constituye un nuevo factor de producción, al crear una realidad ciber-física de trabajo virtual, en parte humano, en parte desarrollado por máquinas inteligentes, que merced a la capacidad de análisis algorítmico cada vez más sofisticada y al desplazamiento de trillones de datos a súper velocidad, permiten un aprendizaje y autoaprendizaje exponencial».

«Es fundamental crear un nuevo contrato social, tecnológico y humanista. Es lo que pidió (Juan Domingo) Perón cuando volvió a Argentina, una nueva dirección en base al trabajo, con la tecnología como eje central», recordó el ex ministro y agregó que: «Alberto Fernández resaltó que la CGT debe formar su edificio central en un polo tecnológico. Debemos transformar ese pasado glorioso en un futuro glorioso».

Por último, resaltó: «Debemos repensar la formación profesional en Argentina, que es un derecho universal. Es importante lo que tenga para ofrecer la FAECYS en ese sentido, y pensando en futuros acuerdos a nivel regional. No solo hay que prestar atención a los trabajos que se pueden perder, sino a los que se pueden crear. Alinearnos con las profesiones del futuro, con los empleos digitales, enfocados en los servicios y la infraestructura verde».

Hombres como Moyano, pero también como José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Omar Maturano (La Fraternidad), Omar Viviani (Peones de Taxis), entre tantos otros, necesitan, además de las palabras y las promesas, una demostración clara y concreta de que los puestos que ocupe la robótica, la inteligencia artificial, no sea equivalente a un obrero despedido, señala Infobae.

Béliz explica: «La Cuarta Revolución Industrial, finalmente, requiere una Cuarta Revolución Institucional, donde Estados inteligentes 4.0 sean capaces de regular nuevas realidades sin asfixiar procesos de innovación (…); expandir y personalizar políticas en función del big data sin abandonar miradas integrales a través de una mejor calificación de sus recursos humanos».

Es decir, la imperiosa capacitación de buena parte del movimiento obrero con una mirada de proyección a futuro.

El cambio, opina Béliz, no es ni sólo privado, ni sólo público. «Es público-privado, incluyendo a las instancias estatales, como así también al sector empresarial, la academia y la sociedad civil».

Para finalizar, Béliz sostiene: «Esta Cuarta Revolución Institucional posee también el desafío de consolidar una ética social basada en la cultura del trabajo y la producción, en línea con los deba- tes mundiales que ya comienzan a surgir en los centros de pensamiento más calificados, que se interrogan, reflexionan y plantean propuestas de transformación frente a los múltiples impactos económicos y valorativos que implica el avance del cambio tecnológico».