Arrancó el 2020 con un nuevo déficit comercial con Brasil

El déficit de enero fue de u$s20 millones, más que revirtiendo el superávit de u$s120 millones del mismo período del año anterior.

Preocupación en el Gobierno: luego de un semestre en terreno positivo, el intercambio comercial con Brasil volvió a arrojar un resultado negativo en enero de 2020.

En concreto, el déficit fue de u$s20 millones, más que revirtiendo el superávit de u$s120 millones alcanzado en el primer mes del 2019.

Según indicaron desde Ecolatina, «la reversión del saldo respondió a la caída exportadora», del orden del 16,5% interanual. En tanto que las importaciones se mantuvieron virtualmente estancadas.

La baja de los envíos a Brasil fue significativa, al punto tal que las ventas externas a este destino alcanzaron su menor valor desde marzo de 2017 y un piso para el mes de enero desde 2016.

Y esto preocupa porque hay dos factores que fueron claves para que se dé esta dinámica:

-Por un lado, que la demanda de la principal economía del Mercosur no terminara de despegar.

-Por el otro, la depreciación nominal del real brasileño (+5,3% durante enero) en un país con baja inflación, encareciendo relativamente los bienes argentinos respecto de los del país vecino.

Es decir, las empresas locales perdieron competitividad cambiaria con respecto al principal socio comercial, un dato clave en momentos en que el Banco Central mantiene estable al tipo de cambio.

Para analistas, esta devaluación controlada, en dosis «homeopáticas», respondería a que el Gobierno apeló en esta etapa del año al billete verde como una de las anclas de la inflación, en momentos en que está en plena negociación de la deuda.

Como consecuencia de esta pérdida de competitividad cambiaria, si bien la caída de las importaciones brasileñas fue generalizada, lo cierto es que la contracción en los envíos por parte de empresas argentinas fue mucho mayor a la del resto de los orígenes (-17% vs. -0,5%, respectivamente).

Como resultado de esto, «la participación argentina en el mercado vecino pasó de casi 5% en el primer mes de 2019 a 4,1% en enero 2020», indicaron desde Ecolatina.

Como contrapartida, por el lado importador, el virtual estancamiento representa una buena noticia para la consultora. Sucede que las compras argentinas a Brasil habían mostrado caídas espectaculares entre julio 2018 y noviembre 2019, siempre superiores al 20%.

En otras palabras, se desaceleró notablemente la caída, lo que podría marcar un principio de recuperación de la demanda minorista local y de la producción.

«Habrá que esperar a la publicación de los datos agregados de nuestro país para saber si esta mejora se trasladó al resto del intercambio comercial o representó una recuperación aislada, tal como sucedió en diciembre, cuando las importaciones desde Brasil crecieron levemente (+0,4%) pero cayeron casi 20% a nivel agregado», aclararon.

De cara a lo que viene, desde Ecolatina proyectaron un superávit menor a los u$s1.000 millones, para el 2020. De esta manera, «el saldo caería levemente respecto del acumulado en 2019», que había sido de u$s1.020 millones.

«Esto se explicaría por exportaciones e importaciones que crecerían tibiamente, por debajo del 2%. En consecuencia, la mejora en el neto se estiraría, pero el flujo de comercio continuaría en niveles muy bajos», indicaron.

Y aclararon que el hecho de que este tibio superávit no se transforme en un equilibrio o, peor aún, nuevamente en un déficit, dependerá que las expectativas de recuperación de la economía brasileña efectivamente se materialicen y que el real no siga depreciándose y el peso argentino, apreciándose.

En cuanto a la balanza comercial total, es decir, consideranto todos los socios comerciales, desde Abeceb prevén un superávit de u$s15.000 millones, ligeramente por debajo de los u$s15.992 millones verificados en 2019.

«Se trata, sin dudas, de un registro elevado en términos históricos constituyéndose así las divisas comerciales en la principal fuente de dólares de esta economía. Dicha evolución sería producto de un relativo estancamiento de las exportaciones totales, donde la mejora esperada en las exportaciones industriales y no agrícolas se verá compensada por la ligera caída esperada en las exportaciones del agro, y una modesta recuperación de las importaciones contenidas, por un lado, por la modesta recuperación esperada del consumo y la actividad económica doméstica y, por otro, por el monitoreo exhaustivo de los flujos de importación, especialmente en los bienes de consumo) que prepara el gobierno con el objetivo de cuidar los dólares comerciales», indicaron.