Otra decepción de la Selección Argentina, y van…

En una infartante definición por penales, el karma de la Selección en los últimos torneos importantes, Argentina quedó eliminada a manos de Uruguay, luego de igualar 1 a 1 en la etapa regular de los cuartos de final de la Copa América 2011.

El volante Diego Pérez abrió la cuenta para los «charrúas», a los 5 minutos del primer tiempo, mientras que Gonzalo Higuaín, de cabeza, empató para el elenco nacional a los 17 del mismo período, tras una excelente asistencia de Lionel Messi.

Después, Argentina no supo cómo entrarle a un Uruguay que jugó durante casi un tiempo con un jugador menos por la expulsión del propio Pérez a los 38 minutos de la etapa inicial.

Hasta que el partido se emparejó con la roja que el árbitro Carlos Amarilla, le mostró a Javier Mascherano cuando faltaban cuatro minutos para el final de los 90 reglamentarios.

En los 30 minutos de alargue fue todo dramatismo en el estadio Brigadier López de Colón de Santa Fe, el conjunto dirigido por Sergio Batista tuvo las mejores chances, incluso un tiro en el palo de Higuaín y un par de arranques de Lionel Messi, pero no pudo encontrar el gol.

Y los penales, una vez más en el camino de Argentina, decidieron que el conjunto albiceleste -vestido de azul- quedara con la esperanza y la ilusión partida.

Los «Charrúas», al igual que en 1987 eliminaron al local, y seguirán su camino el próximo martes en La Plata ante el sorprendente Perú.

Argentina empezó con el dominio del territorio y la pelota, pero no era profundo y trataba de obligar a salir a Uruguay para encontrar mayores espacios.

Pero cuando aún no había tiempo para acomodarse, el árbitro Amarilla vio como foul un limpio salto a cabecear de Burdisso sobre Forlán y la premonición de la previa sobre la peligrosidad de la pelota parada uruguaya se hizo realidad.

Roscazo de Forlán, cabezazo en el segundo palo de Álvaro Pereira, gran reacción de Romero para desviar el balón y el oportunismo de Pérez para capturar el rebote y poner el 1-0.

Sergio Batista pedía tranquilidad desde el banco y los jugadores lo cumplían, ya que prefirieron la paciencia y la posesión antes que la desesperación para construir las situaciones y alcanzar el empate.

Uruguay no salía de su esquema, trataba de presionar cuando lograba superioridad numérica pero el conjunto albiceleste estaba rápido para rotar la pelota, bajo la batuta del omnipresente Fernando Gago y la buena aparición de los laterales como opción de pase.

Así, principalmente por las bandas con el 2 contra 1 que Messi con Zabaleta y Agüero con Zanetti, Argentina empezó a crear opciones y a merecer el empate.

El «Kun» no pudo enviar atrás la pelota luego de llegar casi al área chica apilando camisetas blancas e Higuaín peleaba pero no encontraba su lugar entre los centrales Lugano y Victorino, que lo controlaban bien.

Tampoco aprovechaba los tiros libres que tenía en los costados y que venían por el abuso del juego brusco de Uruguay, que a los 30 minutos ya tenía cuatro amonestados.

Y a los 17, en un doble contragolpe, Messi agarró mal parada a la defensa charrúa por derecha, juntó dos marcas y le puso la pelota al punto del penal para el pique preciso de Gonzalo Higuaín, quien resolvió con un frentazo a un costado de Muslera.

El local era más y dominaba casi todas las facetas del juego, porque también recuperaba rápido la pelota y controlaba a los desconectados Forlán y Suárez.

Pero en las pelotas paradas seguía sufriendo, Uruguay festejó otra vez por esa vía, pero el línea venezolano Luis Sánchez anuló por un offside en la segunda jugada, después de un rebote en el travesaño.

Hasta que a los 38 minutos, Gago intentó salir de contragolpe después de un córner uruguayo y fue derribado por Diego Pérez, un hombre fundamental en el doble cinco de Oscar Tabárez, quien vio segunda amarilla por parte del árbitro homónimo y se fue a los vestuarios.

En el tiempo restante Argentina no logró demostrar su hombre de más, e incluso los corazones albicelestes volvieron a colapsar con un cabezazo que Lugano, desde el borde del área, mandó al horizontal nuevamente.

Durante 26 minutos, los argentinos no supieron encontrar los caminos y facilitaron el trabajo de un Uruguay que con más espacios en el contragolpe complicó demasiado, pese a tener un jugador menos.

Gago no era el eje que había sido en el primer tiempo, por lo que Messi no era abastecido de la manera que esperaba y el equipo estaba partido.

El ingreso de Pastore le dio un socio a Lionel, pero los huecos que se generaban en los costados no eran aprovechados por los de «Checho» Batista, que no tenían ni rapidez ni precisión.

Pero el cambio tampoco hizo cambiar mucho las cosas, más que un par de paredes que ilusionaron.

Higuaín la tuvo al recibir de Messi de espaldas en el punto penal, girar con la marca de Lugano y rematar de zurda, pero Muslera contuvo de manera notable.

Uruguay respondió con un cabezazo de su capitán y una pelota en cortada de Suárez para Forlán que Romero cortó justo antes de que el rubio la punteara.

Y en una nueva polémica en la noche santafesina, Amarilla expulsó a Mascherano por un foul a Suárez sobre la banda izquierda y Batista -que ya había metido a Tevez por Agüero- se quedó sin su motor.

En ese tramo final, Uruguay ratificó su supremacía y pudo haberlo ganado con un cabezazo de Lugano y un desborde de Suárez que Forlán no pudo empujar.

Pero la más clara fue de Argentina: Tevez sacó un fortísimo remate de tiro libre que se desvió, Muslera tapó con el pie y también ahogó el grito en el rebote con una espectacular volada.

Fueron al alargue y, con las piernas cansadas de Argentina, la «Celeste» continuó su dominio por practicidad.

Con Pastore y Tevez jugando como volantes, el ingreso de Biglia por un agotado Gago, los de Batista tuvieron que adaptarse al partido.

Zanetti creció mucho con sus constantes apariciones por izquierda y en una de ellas habilitó a Higuaín que picó en diagonal de derecha a izquierda y definió al primer palo de zurda, pero la pelota impactó en el palo, después en Muslera y salió.

Pastore también probó de volea desde el vértice del área y el balón quedó en el techo del arco.

La tensión y el nerviosismo se sentían en un estadio de Santa Fe que le daba aliento a los jugadores locales.

En el segundo tiempo suplementario, Argentina continuó su levantada y tuvo el triunfo en un par de tiros de afuera de Pastore y la más importante con Higuaín, que alcanzó a desviar con lo justo Muslera.

En ese lapso fue mucho mejor la Selección local, porque arriesgó y fue a buscar en todo el momento el tanto de la victoria.

Mala fortuna, pelotas fortuitas y mala definición fueron un combo que Argentina no pudo superar, por lo que llegaron los penales.

Ahí, a suerte y verdad, Uruguay también fue más práctico, no improvisó, contó con la lucidez de Muslera y terminó con el sueño argentino de la Copa América. Otra decepción de la Selección Argentina, y van…