El ENAPRO, más conflictos que armonía

El trayecto del Enapro

Luego de épocas de esplendor que otorgaron importancia global al puerto de Rosario un repaso de su historia cercana lo encuentra atravesando crisis recurrentes. En los 80´ se da lugar a la conformación de un lobby regional para concretar obras de dragado que finalmente se realizaron enancadas a un reclamo ciudadano y a la infatigable tarea de figuras de la política santafesina como Gualberto Venesia, Jorge Obeid, Angel Dambrosio entre otros y contó con el apoyo de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Los reclamos por un puerto en la región

En esa circunstancia se generó un reclamo para que el puerto, todavía dependiente del gobierno nacional sea administrado desde la región.

Al descontento con las administraciones radicadas en Buenos Aires se sumaba un importante fervor localista. El puerto, mas allá de sus crisis, siempre fue un símbolo del potencial económico y cultural de la ciudad. También se sumó al reclamo la concreción del dragado de la vía navegable troncal, la obra conocida como Hidrovía que vigorizó el transporte en el país permitiendo traer el océano hacia la región núcleo, también la ley nacional de puertos autorizaba la radicación de instalaciones portuarias privadas en la región y se crearon los entes portuarios de la provincia, además de Rosario Santa Fe, Villa Constitución y Reconquista.

Los principales problemas se vinculaban con el financiamiento, los conflictos laborales y la relación con los concesionarios.

Las sucesivas crisis económicas no alcanzaron a opacar las gestiones que en general aportaron esfuerzos para encausar el funcionamiento portuario.

El gobierno de Binner

Con la asunción de Hermes Binner en la gobernación de Santa Fe el Directorio del Enapro junto al Consejo Asesor conformado por instituciones de la comunidad portuaria abrió una nueva página en la historia del puerto local.

El primer servicio oceánico fue de la empresa Mediterránea Shipping Company M.S.C. Más tarde llegan a Rosario las principales líneas marítimas internacionales, por fin el Puerto de Rosario se transforma en la principal terminal multipropósito de contenedores de la región.

Paralelamente T.P.R. cambia su composición accionaria cerrando un capítulo y abriendo otro que inaugura un periodo de mejoramiento de las condiciones operativas incorporando nuevas tecnologías a través de una nueva asociación con un importante grupo internacional que le da mayor solidez al concesionario del puerto.

Terminal Puerto Rosario invirtió en equipamiento móvil moderno, dos grúas Sennebowen de primera línea, se construyeron caminos internos que mejoraron las conexiones de la terminal y se inauguraron nuevas instalaciones para los funcionarios de organismos públicos y privados que cumplen funciones en el puerto.

El scanner que adquirió la compañía y que opera la aduana, es de los mejores de la Argentina y la región.

La seguridad portuaria y las condiciones de trabajo mejoraron el funcionamiento de la terminal multipropósito que favoreció la relación con el sindicato.

El Enapro por entonces atravesó sus mejores años, impulsó una acción institucional potente que llevó al puerto rosarino a presidir el CPA, Consejo Portuario Argentino y el Capitulo Latinoamericano de la Asociación de Autoridades Portuarias de America, APPA. Creó el Polo Logístico Rosario, junto a la Agencia de Desarrollo Regional, ADERR y la Asociación de Transportistas de Carga de Rosario .

La iniciativa de Hermes Binner de construir en la zona portuaria la obra del genial arquitecto Brasileño Oscar Niemeyer, bautizada Puerto de la Música, generó otra disputa con los trabajadores del SUPA que acarreó un nuevo conflicto, la toma del edificio histórico del Enapro, que duró varios meses hasta que una gestión personal del nuevo gobernador Antonio Bonfatti consiguió retomar la normalidad aún a costa de perder la oportunidad de contar en Rosario con esta verdadera joya de la arquitectura moderna

El gobierno de Bonfatti impulsó gestiones con las autoridades de General Motors y en poco tiempo el gigante automotriz se sumó a la lista de grandes clientes que pasaron a operar en nuestro puerto. Las buenas relaciones con el gremio Supa continuaron con la adjudicación de un programa de viviendas durante la gestión de Miguel Lifschitz

El último cambio de autoridades

Las autoridades que asumieron hace 4 años comenzaron una fuerte persecución a los trabajadores del Enapro, del gremio APEDEFA y a funcionarios de la institución, abandonaron el Consejo Portuario Argentino, organismo creado por decreto del Poder Ejecutivo Nacional para promover los entes portuarios autónomos de todo el país y que el Enapro presidió por dos períodos. No solo eso, además dejaron de participar en la Asociación de autoridades Portuarias de América donde el Enapro tuvo una alta representación.

Si algo definió a la actuales autoridades del Enapro, fue la falta absoluta de políticas portuarias, la incorporación de empleados sin necesidad y la creación de un negocio gastronómico en la zona de la Fluvial.

Se priorizó un muelle altamente oneroso para el Enapro, ubicado en El Banquito, restando importancia a otros estratégicamente operativos y a la búsqueda de soluciones que deberian asentarse sobre lo público y lo privado como en el caso del acuerdo generado por la administración progresista de la reparación del muelle de la Unidad 6 de Servicios Portuarios, que le devolvió al puerto un importante volumen de cargas imprescindibles para el funcionamiento actual.

La crisis auto infligida

El grave conflicto que sacudió el verano de Rosario se inscribe entre los más importantes de la historia del puerto. Los que conocen la actividad saben de la necesidad de tener una adecuada relación con trabajadores y empresarios. Lo que hoy sucede es un dislate que parece evidenciar que la enemistad con el concesionario permite hacer y decir cualquier cosa. El sindicato luego de alentar el conflicto que se abrió por una iniciativa empresarial donde la compañía finalmente cedió en la mayoría de los puntos planteados. Además en el caso de los trabajadores con causas penales, también les otorgó el tratamiento de despido sin causa para morigerar las consecuencias del conflicto. La crisis dentro del gremio agregó otro elemento a uno de los conflictos más graves de los que se recuerdan.

Por ello las declaraciones del presidente actual del Enapro no fueron felices, se refirió a la situación mencionando la decisión de quitar la concesión a Terminal Puerto Rosario. Claramente una invitación a que las cargas se retiren de nuestro puerto dado que una controversia judicial de este tipo llevaría un prolongado tiempo, suficiente para perder nuestro principal activo logístico regional más las pérdida de centenares de puestos de trabajo.

Este último episodio demuestra también la indecisión del Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe, que quedó demostrada en la necesidad de recurrir al Ministerio de Trabajo de la Nación. Los desmanes agregaron una fuerte cuota de violencia que llegó como nunca a la Municipalidad y al Concejo Deliberante.

En este último tramo de gestión de las nuevas autoridades, se dió un lamentable hecho en relación a contaminación de contenedores. Un medio de comunicación de la ciudad de Rosario y la actual dirección del Enapro, volcaron críticas infundadas que solo sirven si lo que se quiere es convertir a nuestro puerto en puerto sucio y contribuir a que las cargas se vayan a otros puertos.

En la mencionada situación respecto de los contenedores se probó que no hubo responsabilidad de Terminal Puerto Rosario, por el contrario la propia compañía fue la que contribuyó a esclarecerlo.

Ninguna de las opiniones formuladas desde el Enapro acertó con la gravedad de la situación del daño provocado, ya que una contienda jurídica sobre la concesión dejaría sin operador al puerto por un largo tiempo. Este hecho de tal magnitud, daría por tierra el funcionamiento que se logró. La pérdida de puestos de trabajo sería mayúscula, el impacto sobre la cartera de clientes haría bajar la actividad económica del puerto.

Vale la pena recordar que este concesionario tributó en carácter de salarios, más de 200 millones de dólares.

La gestión actual del Enapro a cargo de Guillermo Miguel, no resolvió sino que agravó alguno de los problemas que el Enapro arrastra estructuralmente. Se ocupó de denostar la propuesta de prolongar la concesión, que tuvo el aval del directorio anterior del Enapro, que permitía una solución para resolver la crisis de los muelles.

La falta de políticas de desarrollo es un denominador común un gobierno provincial ausente como el de Omar Perotti.

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Ángel Elías

Especialista en temas portuarios. Ex Presidente Ente Administrador Puerto Rosario