Nobel de la Paz para tres luchadoras de los derechos de las mujeres

La presidenta liberiana, Ellen Johnson-Sirleaf, y su compatriota Leymah Gbowee, quien movilizó a las mujeres de su país contra la guerra civil, ganaron hoy el  galardón, junto con la activista yemení Tawakkul Karman. El premio es una fuerte señal a favor de la participación de las mujeres, especialmente en el mundo en desarrollo.

 

Oslo – El Comité Noruego Nobel distinguió con el premio a las tres mujeres “por su lucha pacífica por la seguridad de la mujer y por los derechos de las mujeres para participar de lleno en las labores de construcción de paz”.

La liberiana Ellen Johnson-Sirleaf realizó una carrera meteórica antes de convertirse en la primera mujer en llegar a ser jefa de Estado en Africa en 2006.

La mandataria de 72 años estudió en la universidad de Harvard en Estados Unidos y se hizo un nombre poco a poco en instituciones internacionales como la ONU o el Banco Mundial. En 2006 llegó a la cima de su carrera al juramentar como presidenta de Liberia.

“Esto abre la puerta a mujeres en todo el continente”, comentó entonces Johnson-Sirleaf. “Y estoy orgullosa de ser la que abre esa puerta”, agregó. Pese a su fama de ser una “dama de hierro” íntegra, inquebrantable y de voluntad férrea, la tarea que debía afrontar era especialmente difícil.

La economista nacida en 1938 en Monrovia asumía la presidencia de un país al borde del abismo tras más de diez años de guerra civil. Una de las prioridades que se impuso la presidenta, madre de cuatro hijos y abuela de ocho nietos, fue desde el comienzo la reintegración de niños soldados traumatizados por la guerra.
Johnson-Sirleaf creó también una Comisión de la Verdad y la Reconciliación inspirada en el modelo sudafricano, que debe investigar las atrocidades de la guerra civil y contribuir a restaurar la paz y la estabilidad en el país africano.
La revista “Newsweek” la colocó en 2010 en la lista de los diez mejores jefes de Estado del mundo, “The Economist” la calificó también como la mejor presidenta de la historia de Liberia. Johnson-Sirleaf ya había recibido numerosas conderaciones antes de obtener el Nobel de la Paz 2011.

 

Tawakkul Karman es una mujer de 32 años, madre de tres hijos, que encabeza el grupo de derechos humanos Mujeres Periodistas sin Cadenas. Ha sido una destacada figura en las protestas contra el presidente yemení Alí Abdalá Salé, que comenzaron en enero como parte de una ola de revueltas contra el autoritarismo que ha convulsionado al mundo árabe.

“Estoy muy, muy feliz por este premio”, dijo Karman a The Associated Press. “Le dedico el premio a la juventud de la revolución en Yemen y al pueblo yemení”.
El presidente del comité del premio, Thorbjoern Jagland, destacó que el trabajo de Kamran comenzó antes de las revueltas árabes. “Muchos años antes de que las revoluciones comenzaran, ella se levantó contra uno de los regímenes más autoritarios y autocráticos del mundo”, dijo a los reporteros.
Karman ha sido nombrada “Mujer de hierro”, “Madre de la Revolución” y “El espíritu de la revolución yemení” por otros manifestantes.

Leymah Gbowee, la tercera ganadora del Nobel, organizó un grupo de mujeres cristianas y musulmanas para desafiar a líderes militares liberianos y fue reconocida por movilizar a las mujeres “a través de las líneas divisorias étnicas y religiosas para poner fin a la guerra en Liberia y para asegurar la participación de las mujeres en las elecciones”.
En 2009 ganó el Premio al Perfil del Valor -premio que adopta el nombre del libro con el que el ex presidente de Estados Unidos John F. Kennedy obtuvo en 1957 el premio Pulitzer- por su trabajo para inspirar valor a las mujeres en Liberia. (LaCapital)