A los 91 años, murió Amalia Lacroze de Fortabat

María Amalia Sara Lacroze Reyes Oribe de Fortabat Pourtale, más conocida como Amalia Fortabat o simplemente «Amalita», falleció hoy a los 91 años producto de complicaciones por su avanzada edad. Se trataba de una de las empresarias más importantes del país, además de dedicarse a la filantropía y a las colecciones de arte.

Nacida el 15 de agosto de 1921 en una familia aristocrática, se casó a los 21 años con Hernán de Lafuente, con quien tuvo a su única hija, María Inés, en 1944.

Pero su principal relación sería con otro miembro de la aristocracia, Alfredo Fortabat. Su historia es propia de una novela: se enamoró de «Amalita», a quien le llevaba 27 años, antes de que se casara con su primer esposo y llegó a seguirlos en sus vacaciones por Europa. Finalmente, Amalita y Alfredo se separaron de sus respectivas parejas, provocando un gran escándalo para la época, y se casaron.

Con el fallecimiento de su marido, el 19 de enero de 1976, Fortabat heredó una de las mayores fortunas del país, que incluía 160 000 hectáreas de tierra, propiedades en tres países, miles de cabezas de ganado, tres aviones, un helicóptero, un barco y varios automóviles. Y, fundamentalmente la cementera Loma Negra, de la cual se hizo cargo en persona.

«Yo trabajé con mi marido, pero muy poco. Cuándo él se fue, a mí se me cayó todo encima. Así que me puse a trabajar como si entendiera de todo. Y al final entendí. Entendí muy bien», recordaría Fortabat, convertida en una de las mujeres más poderosas del país. Su empresa y sus riquezas aumentaron gracias a su buena relación con la dictadura, necesitada de cemento para obras públicas.

También en 1976, Amalita inauguró la Fundación Alfredo Fortabat y Amalia Lacroze de Fortabat, que lleva donados más de 40 millones de pesos a hogares infantiles, escuelas y centros culturales. Su interés por el arte también la llevó a presidir el Fondo Nacional de las Bellas Artes en 1992.

Durante la última década comenzaron los problemas y las deudas. En 2000 dejó a su nieto, Alejandro Bengolea, a cargo de la empresa, pero éste renunció dos años después.

En 2005, a los 84 años, Fortabat vendió Loma Negra al grupo brasileño Camargo Correa y se concentro en sus actividades filantrópicas y de impulso de las artes. En 2008 inauguró el Museo Fortabat, en Puerto Madero, que alberga 400 obras de arte de su colección.

Además comenzó a sufrir por su salud: en 1999 se fracturó la cadera izquierda por una caída en su departamento. También sufrió neumonía, anemia y problemas musculares. En 2008 debió ser internada en el Fleni por descompensación cardíaca producida por una trombosis. En los últimos años prácticamente suspendió todas sus apariciones públicas. (Perfil)