«Tognoli tomaba las denuncias de los vendedores y después esa gente nos amenazaba»

Norma Castaño integra Madres Solidarias, organización desde la cual viene desde hace años denunciando al ahora ex jefe de la policía santafesina.

La titular de Madres Solidarias, Norma Castaño, dijo que la detención de Hugo Tognoli en la causa en la que se lo investiga por presuntos vínculos con narcos le trajo una mezcla «de alegría y tristeza».

«Alegría porque ahora me van a dar la razón de las denuncias que veníamos haciendo hace dos años, y tristeza porque lamentablemente mi provincia ha quedado en las páginas de diarios a nivel nacional», dijo Castaño esta tarde.

Castaño, quien inició su tarea con Madres Solidarias para recuperar a su hijo de la droga, recordó que cuando estaba Tognoli al frente del área de Drogas Peligrosas de la policía santafesina le solicitaron una entrevista. «»El (por Tognoli) nos convence y nos dice que nos va a ayudar, como madres, para terminar con la droga. Nosotras le llevamos las denuncias con nombres y apellidos de gente, pero esa gente después salía a amenazar a las madres que los habían denunciado», contó la mujer.

La sospechas sobre Tognoli para la mujer eran concluyentes, ya que él era el contacto directo que recibía estas denuncias: «El no quería que hablemos con nadie más que con él y recibía los datos aportados por la madres de forma verbal, y luego las anotaba».

La titular de Madres Solidarias recordó que, ante la adicción de su hijo, comenzó a seguirlo, para averiguar con quien se juntaba y, en definitiva, quien le vendía la droga. «Siguiéndolo —describió— me doy cuenta quién era el que le vendía droga, y ahí descubro la connivencia que había en ese tiempo entre la policía y los malvivientes».

«Ahí no aguanté más y lo hice público, porque no puede ser que un vendedor tenga la droga tan fácilmente y después que pase un policía a recaudar 500 pesos por semana», evocó la mujer. Dijo entonces que allí comenzó a vivir un infierno, ya que mientras recorría pasillos judiciales para realizar las denuncias, sufrió amenazas y hasta su hijo fue secuestrado un día entero «para que retirara la denuncia en contra de los policías».

Recordó también en «El Informador» la mañana que le llevó a Tognoli los datos de dónde vivía un dealer, y que horas más tarde el automóvil particular del propio jefe policial se encontraba estacionado en las puerta del narco. «Automáticamente llamé a su celular, me empiezo a enojar con él y le digo muchas cosas. Y me dice que estaba en el despacho. Yo le digo: no podés estar en el despacho porque la mamá (una de las denunciantes) vive enfrente del narco y te esta mirando por la ventana. Y él me dice: no, lo que pasa es que vine para asesorarme bien, porque el trabajo lo quiero hacer yo mismo, quiero investigar bien».

Por la noche, contó Castaño, el propio narco fue hasta la casa de la vecina que lo denunció y la amenazó diciéndole que le iba a incendiar la casa «porque ella es una botona, y que él le pagaba a la policía y que va a seguir vendiendo». (La Capital)