La política toma impulso aceleradamente

La reincorporación de la Presidente Cristina sus funciones , y la manera en que lo hará, junto al deterioro de la economía y cierta paranoia anticipatoria del 2015, contagian peligrosamente a la clase política, enloquece los mercados y excita a la población.

El debate público por la inseguridad y el avance del narcotráfico seguirá siendo vano e inocuo si los políticos y funcionarios lo siguen utilizando para intentar ganar terreno político partidario derivando responsabilidades en lugar de combatirlo de manera eficiente y ajustada a las leyes vigentes sin politizarlo, moralizarlo ó teñirlo de insulsas posiciones ideológicas que solamente consiguen hastiar y enervar aún mas a la indefensa población y enconar a delincuentes y narcotraficantes.

Uno de esos debates se dio entre legisladores santafesinos: mientras el diputado peronista Eduardo Toniolli pretende eliminar la potestad de la policía de detener a una persona para averiguación de antecedentes, el senador radical Lisandro Enrico recordó que «el artículo 10 bis de la Ley Orgánica de la Policía 11516, es muy claro, con disposiciones razonables y brinda a la autoridad policial un mecanismo eficiente para la prevención de las personas».
Toniolli fundamentó su pedido en los abusos policiales que se producen cuando una persona es detenida y trasladada a una comisaría para averiguación de antecedentes. Enrico le contestó que «en el marco de la legalidad las fuerzas policiales deben utilizar todas las herramientas que estén a su alcance para poder combatir la inseguridad, entendiendo que al ser desprendimiento del poder público Estatal, uno de sus principales objetivos es el de garantizar la seguridad de la población».
Naturalmente nadie avala los excesos policiales, y va de suyo que hay que castigarlos severamente, pero de ahí a que los sospechosos caminen por las calles y circulen con motos al acecho de sus víctimas sin que la policía pueda siquiera demorarlos un instante para pedirle documentos y preguntarles qué están haciendo, y llegado el caso realizarle un cacheo (lo mas probable es que en la mayoría de los casos hallen armas de fuego o blancas) hay un paso que la sociedad no tolera. Ahora, si a esto lo vamos a considerar una actitud «fascista» del gobierno estamos en serios problemas.
El narcotráfico: mientras el Gobernador santafesino Antonio Bonfatti pide poco menos que a gritos que el país político (es decir, los 23 Gobernadores, Macri y el poder central) se aboque de manera decidida al combate contra la fabricación, circulación y consumo de drogas en el país, otros se enfrascan en bizarros debates sobre si la culpa la tiene el drogadicto o quienes lo proveen. Si es una cuestión de salud pública (Gabriela Cerruti, periodista) ò policíaca. O si habría que estudiar legalidad de la venta como en Uruguay. O derribar aviones en fronteras no radarizadas dentro de un país sin aviones de combate.
Si el narcotráfico y la complicidad policial es atribuible sólo a Santa Fe y Córdoba, cuando su circulación y penetración es nacional y los principales centros de consumo están en el conurbano bonaerense y la mismísima Capital Federal.
La Iglesia fue – como siempre – clara y precisa: el narcotráfico se instala en el país con la complicidad de los funcionarios. Así lo señaló Jorge Lozano, titular de la Comisión Pastoral Social del Episcopado quien juzgó imposible que las bandas se instalen «sin el visto bueno, sea por coima o por extorsión».
El ex titular de la PSA y hoy diputado bonaerense oficialista Marcelo Saín, criticó duramente la lucha contra el narcotráfico llevada adelante por el gobierno nacional y aseguró que «el Estado participa del negocio del narcotráfico». Sain pidió «asumir que las policías hacen parte del negocio del narcotráfico y hay que empezar a trabajar seriamente en una depuración dentro de la fuerza y en segundo lugar la creación de un nuevo espacio institucional policial». Expertos señalan que la reestructuración policial encarada por el Gobernador Bonfatti en Santa Fe está pasando la factura.
«No puede ser que el gobierno nacional no cuente con una agencia federal específicamente abocada a este tema y a otras modalidades del crimen organizado», pidió Saín, quien acusó a la DEA de no permitir que el Gobierno no lo haya hecho.

Un poco de politica
«Mientras el peronismo siga dividido, el FPCyS seguirá gobernando la Provincia, y si en el 2015 reparten los candidatos a senadores entre los sectores de Massa, Scioli y el FPV junto a Del Sel, ganamos casi todos los Departamentos», se ilusionaba un dirigente radical al escuchar que el sector de Agustín Rossi dará batalla dentro de dos años por la gobernación.
Precisamente ese fatídico – para el peronismo – axioma radical es el que quiere evitar el «Grupo de los seis» senadores de La Juan Domingo que, en principio y en defensa propia, salieron a buscar al «elefante blanco» para pelear con dicha el Sillón del Brigadier, mientras se ilusionan con el virtual pase al Pro de dirigentes territoriales radicales y demoprogresistas disconformes con la alianza frentista «de cúpulas».
En el menú a la carta que se ofrece dentro de la sigla partidaria peronista no hay mucho para elegir: Omar Perotti ó María Eugenia Bielsa. Nunca juntos.
El «rossismo» seguramente armará con el «Chivo» a la cabeza aunque sea para asegurar bancas en la Cámara de Diputados de la Provincia que les permita seguir discutiendo política y, si aún es posible, poder. Una prueba de ello – y de lo que pueda llegar a pasar en el país entre tantas versiones con la salud presidencial – fue el elevado voltaje político con proféticas lecturas incluídas del multitudinario encuentro Federal de la Corriente Nacional de la Militancia de este fin de semana en Rosario capitaneado por Agustín Rossi y el influyente Secretario Legal y Técnico de la Presidencia Carlos «Chino» Zanini.
Este deprimente panorama, abonado por el lúmen del kirchnerismo Ricardo Forster de Carta Abierta al exaltar que «no hay un solo peronismo, porque siempre hubo disputa» aseverando que «el kirchnerismo es el peronismo de la liberación, el de Perón y Evita» y que «los jóvenes deben ir por más, para seguir enloqueciendo la historia», llevó a los senadores de La Juan Domingo a explorar el sinuoso y empinado camino entre desfiladeros hacia el Pro, con reuniones varias y comidas compartidas incluso con operadores nacionales.
La idea es que Miguel Del Sel sea el «elefante blanco» que el peronismo santafesino necesita. Los contertulios, apasionados ajedrecistas en un tablero de dominó buscan meter el barquito en la botella: que Del Sel afiliado y presidente del Pro sea candidato de Massa (o Scioli) en Santa Fe. ¿Alguien le preguntó a Del Sel si se quiere dejar? (convencer).

¿Y la reforma constitucional?
Seguramente durante el vuelo que trasladó al Gobernador Bonfatti y su «Premier» Rubén Galassi hacia el comando electoral de Michelle Bachelet en Chile, habrán pasado lista a la agenda institucional y política, entre ella la demorada convocatoria a los Partidos políticos con representación legislativa (en primera instancia) para delinear aspectos de una futura reforma de la Constitución santafesina.
El entusiasmo inicial de Bonfatti declinó cuando observó en el peronismo «que tiene la llave de la reforma», al decir de Galassi, una preocupante diáspora conceptual y política sobre ése y otros temas. «Yo no podría decir que la reforma va al freezer; vamos a convocar pero aceptando que las posibilidades son remotas porque depende de otras fuerzas que tienen posiciones encontradas», razonó un alto funcionario.