El pedido de justicia fue resonante en los actos por Salta 2141

Al igual que en los emotivos actos de la mañana, familiares de las víctimas de Salta 2141 renovaron por la noche las críticas a Litoral Gas y a autoridades políticas y judiciales. El arzobispo Mollaghan encabezó una misa y rezó por los 22 fallecidos. Cerró Soledad Pastorutti con una canción, frente a un bulevar Oroño colmado de gente y de emoción.

Una misa, música en vivo y gran cantidad de gente reunida en la esquina de Salta y Oroño le dieron marco este miércoles a la noche al renovado y enérgico reclamo de justicia que sostienen los familiares de víctimas de la peor tragedia de Rosario, al cumplirse el primer aniversario del hecho. Y más lágrimas, muchas, incontenibles.

Luego de las sirenas y los emotivos discursos de la mañana frente al muro donde se erigían los edificios derrumbados tras la explosión, a mitad de cuadra en Salta al 2100, pasadas las 18 se reanudó la recordación con una ceremonia religiosa a cargo del arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan. A continuación hablaron familiares y cerró, con una canción especial, Soledad Pastorutti.

Monseñor Mollaghan, que en un par de semanas dejará su cargo al frente de la Iglesa local, rezó por las 22 víctimas fatales que dejó el siniestro del 6 de agosto de 2013 y pidió justicia.

“Rezamos porque es una forma de solidaridad”, expresó ante cientos de personas que se agolparon frente al escenario montado en la esquina, de cara al bulevar. Habló de “el anhelo de justicia y la confianza de la esperanza”.

Antes de la misa, a la que llegó desde calle Balcarce, pasó por el mural del 2141, donde oró frente a las cruces, levantó ramos de flores caídos por el viento y caminó luego hacia el escenario, tramo en el que tomó contacto con la prensa y dejó una frase del Papa Francisco sobre las “cicatrices” que dejan para siempre estos hechos.

“Las llagas quedan abiertas, no se cierran fácilmente, y cuando se van cerrando se transforman en cicatrices. Y las cicatrices, como decía el cardenal (Jorge) Bergoglio, no se pueden maquillar, siempre se llevan y se ven”, expresó el arzobispo.

Reclamos y más críticas

A su turno, algunos familiares de víctimas subieron para hablar desde el micrófono del escenario, con una pantalla gigante de fondo. Leyeron cartas o se expresaron directamente desde el corazón y desde la impotencia por que sienten que por ahora están lejos de tener justicia.

Uno de ellos fue Adrián Gianángelo, hermano de Débora, una de las chicas que perdieron la vida un año atrás. El joven es el mismo que lanzó cara a cara, por aquellos días, un desesperado pedido a Cristina Kirchner para que dedicaran todos los esfuerzos en buscar a las personas por entonces desaparecidas, mientras la presidenta recorría la zona del desastre.

Ahora centró su crítica en Litoral Gas. “No es una empresa líder en servicios sino una empresa líder en lucrar”, dijo, y le reclamó a la compañía inversiones para evitar que la tragedia pueda repetirse.

La más dura fue Claudia Vaio, mamá de Santiago Laguía y una de las caras más visibles del reclamo. Sostuvo que lo que pasó fue “un crimen social, no una tragedia”. Agradeció por enésima vez a todas las personas que se solidarizaron este año y aquellas que trabajaron durante la búsqueda de cuerpos luego de la explosión y el derrumbe del edificio.

Destacó, especialmente, a los bomberos de Villa Gobernador Gálvez: “Ellos trajeron el agua –para combatir las llamas– porque los bomberos de Rosario tenían las mangueras pinchadas, mientras acá se jactan de ser la segunda ciudad del país. Vergüenza deberían tener la intendenta (Mónica) Fein y el gobernador (Antonio) Bonfatti”, fustigó.

La Sole dijo presente

Soledad Pastorutti fue la encargada del cierre de los homenajes. Ante un numeroso público cantó una sola canción, de letra y música muy sentidas, y todo fue emoción.

“No pude decir que no”, expresó la artista de Arequito a la prensa antes de presentarse ante la gente. Dijo que el momento “es duro” pero que la manifestación en el lugar de la tragedia “es una manera de decirle al mundo que nos acordamos que hace un año desaparecieron 22 vidas”.

El recuerdo vivo durante todo el día

Pasadas las 9.30 sonaron las sirenas de los bomberos tras un minuto de silencio y las lágrimas empezaron a brotar sin pausa. Para los familiares de las víctimas de calle Salta, para los que estaban en el primero de los actos del primer aniversario –se acercó realmente mucha gente– y para los que lo seguían en vivo y en directo por televisión.

No pudo ser más emotiva la ceremonia. En el escenario, los familiares de las 22 víctimas fatales de la tragedia se abrazaban, se tocaban, se contenían entre ellos, como durante estos doce meses de dolor ininterrumpido. Y del reclamo de justicia que se hizo fuerte en el acto. La intendenta Fein, presente en el lugar, se mostró muy emocionada.

(Rosario3)