El jefe de Gabinete de Macri podría ser convocado a la Legislatura a dar explicaciones por el derrumbe

Tras la presencia ayer del director y de funcionarios de la Agencia de Control Comunal, un grupo de diputados porteños, insatisfechos con las explicaciones brindadas, quieren escuchar a Larreta. El dato fue revelado por Gonzalo Ruanova, legislador de Nuevo Encuentro y confirmado por Eduardo Epszteyn, de Diálogo por Buenos Aires.

Epszteyn manifestó, que «cada vez hay más evidencias de que en la Agencia de Control Gubernamental funciona una red de corrupción ligada a empresarios de la noche para conseguir habilitaciones ’pseudolegalmente’ de recitales y shows en vivos en locales sin las exigencias que se requieren».

«Las autorizaciones provisorias con las que funcionan algunos boliches son prácticamente permanentes y se negocian una por una cada fin de semana», agregó.

En las últimas horas se conoció que el boliche derrumbado en la madrugada del jueves pasado había sido clausurado el 22 de abril del 2008 y el 2 de junio del año pasado, según consta en el expediente que posee la Agencia de Control Comunal porteña, una de cuyas áreas había recomendado no volver a habilitarlo.

La información, a la que tuvo acceso Télam, da cuenta de que el local ubicado en Scalabrini Ortiz 1638 había sido clausurado hace dos años por «obstrucción al procedimiento inspectivo», mientras que el año pasado lo habían cerrado por funcionar como local de baile clase C «sin encontrarse inscripto en el Registro Público de Lugares Bailables ni contar con la respectiva habilitación otorgada».

Frente a ese escenario, el área de Fiscalización y Control de la propia Agencia había recomendado el 3 de agosto del año pasado que se rechazara la habilitación solicitada.

En diálogo con Télam, el legislador por Nuevo Encuentro, Gonzalo Ruanova, afirmó que «en la Ciudad de Buenos Aires desde diciembre de 2007 hay 97 boliches de Clase C, pero hay 112 casas de fiestas privadas. De esas 112 Macri habilitó 45, de lo que surge que hay una cantidad inmensa de lugares que funcionan como boliches pero están habilitados como casa de fiestas privadas».

En ese sentido, el legislador porteño señaló que «hay dos formas de funcionar como boliche sin habilitarse como tal: sacar la habilitación de casa de fiestas privadas y la otra es la utilización de una norma, la 1010, que es una excepción que le permite a un pub o a un restaurante funcionar como boliche pero excepcionalmente».

A pesar de eso, la sociedad El Viejo Sabio presentó tres días después un pedido para ampliar sus permisos al rubro «Casa de Fiestas Privadas» y le fue otorgado a los 18 días corridos, en un tiempo récord.

Ruanova recordó que «desde el inicio de la gestión de Macri hubo cuatro directores de la Agencia de Control Gubernamental, lo que manifiesta improvisación e ineficiencia en la política inspectiva y el control de las actividades en la Ciudad».

Agregó que también «manifiesta que el Ejecutivo porteño no estaba preparado y que no tenía un plan para una de las áreas más sensibles de Buenos Aires».

«Lo que Macri no puede explicar es por qué el Estado fue nueve veces a Beara a controlar y no se dio cuenta o no quiso darse cuenta que en ese lugar funcionaba un boliche», dijo Ruanova.

Por último, advirtió que «los cuatro directores y los nueve controles indican que el Estado no quiso ver lo que ahí funcionaba y mediante una desvirtuación de las normas se permite que en Buenos Aires locales que no tienen las condiciones mínimas de seguridad funcionen como boliches». (telam)