Mañana puede ser verdad

Mientras trabajaba en la recolección minuciosa de datos para elaborar una columna periodística, la información que recogía me llevaba inexorablemente a una conclusión: Había relación entre la generación de lo que se denominó la Guerra Fría, el control mental a distancia y los indicios de vida en Marte.

Para avanzar en esta línea de pensamiento vamos a comenzar por la primera de las cuestiones: La Guerra Fría y de entrada nos encontraremos con el desacuerdo, ente los historiadores, acerca de cuándo comenzó exactamente.

Algunos señalan que se inició apenas concluida la II Guerra Mundial, mientras que otros se remontan en el pasado y argumentan que todo comenzó a fines de la primera contienda bélica que ocuparon a casi todo el orbe, de manera directa o indirecta.

Estos primeros posibilistas históricos hicieron referencia a las tensiones existentes entre el imperio ruso y el británico, con un tercer protagonista estelar: Estados Unidos.

Los que apuntan al final de la II Guerra consumen sus hipótesis profundizando en el choque ideológico entre comunismo y capitalismo que derivó en erosiones casi permanentes en las relaciones ruso-estadounidenses.

Décadas trascedentales

La décadas 1970 a 1990 fueron cruciales para el inicio de estudios de control mental a distancia –el primer nexo al que hacíamos referencia-, cuando los rusos comenzaron a formar en apartadas ciudades soviéticas “videntes remotos”.

Las indagaciones rusas también tocaron el campo de la telepatía utilizando una droga que denominaron telepatina y que también mencionaban con el nombre de yage, que –supuestamente- incrementa la sensibilidad telepática.

Los rusos estudiaron la posibilidad de inducir estados de obediencia automática y esclavitud mental a distancia. El escritor William S. Burroughs, en su libro “Queer”-página 59- hace mención a la cuestión.

El proyecto Stargate

La inteligencia norteamericana, advertida de dichas investigaciones comenzó a trabajar en el “Proyecto Stargate”, en el que –nos dicen-, se invirtieron 20 millones de dólares de ese tiempo. Es más, el primer aporte económico alcanzó los 50 mil dólares.

Los estudios definitorios se iniciaron en 1991 y concluyeron en 1995, tras lo cual el programa fue cancelado y, obviamente, las motivaciones se desconocen.

Entre las múltiples “versiones” que se manejaron en su oportunidad, algunas refieren a “interacciones con extraterrestres” en las que se tuvo acceso a “otros tiempos, otros países, otros planetas”. Oficialmente esos datos –era esperable que así ocurriera- no fueron nunca confirmados por fuentes científicas norteamericanas.

Sí se informó por parte de la NASA, que el 25 de setiembre de 1992, en una sonda dirigida a Marte, se “perdió transitoriamente” la misma y se dejó trascender que otra nave no identificada “la atrapó” según las visiones obtenidas mediante videntes entrenados en control mental a distancia.

Otro de los secretos mejor guardados por la NASA tuvo que ver con experiencias de control mental a distancia realizadas en marzo de 2010. En este caso nueve “viajantes videntes” estuvieron mentalmente en Marte y habrían “detectado” habitantes bajo tierra y sus laboratorios.

La CIA también habría intentado, en 1995, -utilizando contratistas privados del área de Defensa-, estudios de control mental a distancia, en la ciudad de Austin, Texas y en 1997 los dio por concluidos. Los resultados se desconocen, aunque se pudo saber que las investigaciones con videntes estaban relacionadas con la intención de “expandir las mentes”.

Los videntes estaban siendo preparados para trabajar en planificación estratégica con el objetivo de manipular el libre mercado y lograr ventajas corporativas, fundamentalmente en el área del petróleo. Las precisiones habrían alcanzado un 85% de lo intentado.

La segunda fase de las investigaciones iba a ser utilizada para perfeccionar estrategias militares a partir del conocimiento de los movimientos del enemigo y por último, -ya en el terrero de la especulación pura-, la intención era lograr, en forma total o parcial, el control gubernamental del enemigo y, si fuera posible, de algunos aspectos del futuro.

De esta forma se denota otra de las relaciones apuntadas: control mental a distancia y la vida extraterrena.

Estallidos

Un año después de informar que Curiosity, el robot explorador de la NASA no había hallado evidencia de gas metano en Marte, el explorador norteamericano dio cuenta de estallidos del gas que duraron, al menos, dos meses.

Los científicos también confirmaron la existencia moléculas orgánicas de carbono en rocas, lo que da peso a la posibilidad de que Marte tenía los ingredientes requeridos para la vida y que aún podría tenerlos.

No es el objetivo de esta columna el de detallar indicios actuales de vida en Marte –ello sería el objetivo de otras columnas-, sí podemos adelantar, a modo indiciario, que en el cielo marciano, hace 4 mil millones de años, hubo vapor de agua y los ríos formaron valles en el marco de un clima cálido y húmedo.

A nivel introductorio sí podemos apuntar que la intención de la NASA es poner en la superficie de Marte a los primeros humanos que podrían viajar en estado de hibernación.

Quien esto escribe, en esta columna, sólo pretende poner la piedra fundamental de una serie de datos que seguramente interesarán a quienes ven como posible en el tiempo, hacer realidad la conquista, por necesidad, de otros planetas, ya que a nadie se le escapa que la desaparición inexorable de La Tierra tiene un plazo fijo, aunque felizmente, no perentorio.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com