La desidia socialista

¿El impenetrable chaqueño? ¿La selva tucumana? ¿La Amazonia brasilera? No, la vieja y tradicional calle Tucumán de nuestra ciudad entre Ovidio Lagos y Callao, unos metros hacia el oeste, muy cerca de la casa donde supo vivir el gran cómico argentino Alberto «el Negro» Olmedo. Allí, un árbol, hace ya cinco largos días permanece atravezado en la vereda, estorbando la libre circulación de las personas que deben transitar a pié por ese sitio.

Según el testimonio de vecinos que no quisieron revelar su identidad, el añejo árbol se derrumbó como un coloso sobre la vereda. Directamente se desengancharon sus raíces de la base de tierra que lo sostenía, cayendo al instante, por suerte sin lamentar lesiones humanas. Luego de este episodio, solicitaron a la Municipalidad retire por favor los restos del árbol, pero no obtuvieron respuesta alguna.

No es la primera vez que la vereda queda obstruida en el lugar mencionado. No hace mucho tiempo se rompió un caño maestro de agua, y producto de los trabajos emprendidos para repararlo quedó un pozo de mediana profundidad totalmente expuesto, brotando el líquido elemento a borbotones del mismo, como si se tratara de un geiser, con la peculiaridad de estar emplazado en el paisaje urbano.

Este parece ser un ejemplo más de la desidia socialista, siguiendo a la perfección aquella famosa filosofía del dejar hacer-dejar pasar, sin realizar nada al respecto. Ni siquiera tratándose de la zona céntrica, la única existente para la miope mirada de su administración.