Empate con sabor a poco

Rosario Central no pudo ante San Lorenzo y el partido en el Nuevo Gasómetro terminó en tabla 2 a 2. El empate no le sirve a ninguno. Boca celebró y espera ganarle hoy a Crucero del Norte para estirar su ventaja. Marco Ruben, el autor de los dos goles fue la figura del partido que tuvo al árbitro Delfino envuelto en la polémica.

Cambiante, intenso y abierto hasta al final. Así fue el empate 2-2 entre Central y San Lorenzo, un resultado que no le sirve a ninguno de los dos y que –justamente por eso- fue tan entretenido el juego. El que festejó fue Boca (58 puntos), que si gana este domingo quedará a seis del Cuervo (55) y a ocho del Canalla (53), cuando resten nueve por disputar.

El partido fue todo eso y lo fue desde el arranque mismo. A los 14 segundos el local abrió la cuenta a través de Villalba. Marco Ruben lo empató de penal y lo dio vuelta con un golazo, ya en el segundo tiempo. A los 32 minutos, Blanco lo niveló. Coudet fue expulsado antes de que se cierre la primera etapa por protestar.

De arranque, el Cuervo abrió la pelota rápida hasta los pies de Elizari que se abrió paso y metió un pase gol para Villalba. La primera pelota que tocó el delantero santo fue adentro del área y para marcar el 1-0, a los 14 segundos.

El partido se armó a pedido de Bauza y los suyos: Central con la obligación de ir y el local agazapado para la contra.

A los 23 minutos se vio todo el peligro que ese esquema implicaba para el conjunto del Chacho Coudet con una escapada de Villalba. El rápido delantero cruzó media cancha solo, llegó hasta el área y en lugar de ceder atrás para el gol quiso definir él. Lo tapó Caranta.

A los 25, otra vez Tito desnudó los problemas en el costado defensivo de Villagra pero sacó un pase largo a Blanco que diluyó el peligro. Todas las alarmas se encendieron en el canalla por esa fragilidad manifiesta.

Esas dudas no apagaron la ambición del auriazul y Ruben fabricó un penal en una corrida de un pase largo a los 28 minutos. En realidad, fue una torpeza de Caruzzo, que lo enganchó con su brazo al delantero del cuello. El juez de línea sancionó la falta y el goleador no falló.

El último cuarto de hora de la primera etapa fue puro nervios. Yepes y Ortigoza estuvieron cerca de ver la roja pero al final fue expulsado fue el Chacho, por protestar.

En el segundo tiempo, Central lució más entero y con mejores armas para llegar al arco rival. El 2-1 fue un verdadero golazo, por la definición del 9 -la figura del torneo- y por el armado colectivo.

A quince del final, más por empuje que por elaboración, el equipo del Patón llegó a la igualdad. Blanco anotó tras un error de Yeimar Gómez Andrade, que había ingresado por Villagra lesionado.

No hubo tiempo para otro gol y los dos vivieron el final como una derrota, una despedida de la lucha por el torneo. SI Boca le gana al débil Crucero del Norte este domingo, Central deberá esperar un milagro: quedará a 8 puntos sobre 9 en juego, más allá que la última fecha recibe al Xeneize. Quizá la pelea esté ahora centrada en el subcampeonato y el acceso a la próxima Copa Libertadores.

(Rosario3)