Europeos y rusos enfrentados a EE.UU. tras el objetivo final de precisar si hay vida en Marte

Sobre el volcán Mauna Loa (Hawai) seis voluntarios estuvieron realizando un experimento único: Simular vivir aislados, a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar, con recursos limitados, en el planeta rojo.

Lo hicieron en el marco del Programa Analogía y Simulación de la Exploración Espacial (Hi –Seas) y en franca competencia con la misión europea Exo Mars que ha iniciado, tras un viaje de siete meses, el descenso de 72 horas hasta la superficie marciana, luego de separarse del satélite Trace Gas Orbiter, con la finalidad de determinar si hay o hubo vida en Marte.

La nave europea es la resultante de la coalición europea-rusa que pretende erigirse en la primera que establecerá definitivamente la existencia de seres vivos o si los hubo a 54,6 millones de kilómetros de nuestro planeta Tierra.

El Módulo Schiaparelli deberá ahora atravesar la atmósfera marciana, calcular el descenso en paracaídas y desprenderse de su escudo protector ovalado de más de 500 kilos de peso, así como poner a prueba los avances tecnológicos europeos desarrollados desde hace 10 años a esta parte.

Este miércoles la sonda ingresará a la atmósfera marciana a 21.000 kilómetros /hora mientras frena su descenso a 1.650 Km/h hasta que se encuentra a 11 kilómetros de la superficie, momento en que sólo deberá tener una velocidad de 7 km/h hasta situarse a un par de metros de la superficie.

Llegado a este punto la Exo Mars deberá medir la velocidad del viento, los campos eléctricos, la radiación solar y desde su antena trasmitir los datos obtenidos al TGO.

La Exo Mars es la primera de dos misiones previstas. La segunda se concretará en el 2020 y tendrá como anexo un vehículo de exploración que competirá con el Curiosity de la NASA.

Desde una base con una antena DS 3, instalada en Malargüe Mendoza, Argentina aporta su granito de arena en la misión de la Exo Mars. Hay otra estación, de similares características en España, así como una tercera en New Norcia, en Australia.

Vale apuntar que las comunicaciones Tierra-Marte y viceversa, demoran 20 minutos y quelos avances científicos que damos cuenta dejaron en el camino a muchos visionarios de las letras entramadas con la ciencia pura, e incluso con la ciencia ficción. La NASA los dejó mal parados ya que la llegada del hombre a la Luna sirvió como trampolín a otros planetas y exo planetas, de lo que surge la infinitud de la imaginación humana.

Mientras los científicos europeos y rusos esperan al borde de la crisis de nervios, la llegada del Exo Mars, la NASA utiliza sus energías para desarrollar el traje que sus astronautas usarán en Marte, ya que uno de los grandes desafíos de caminar sobre el planeta rojo es lidiar con el polvo, que es muy dañino y corrosivo, tanto para salud como para las máquinas y herramientas del habitáculo.

Es por ello que debe haber una cámara entre el exterior y el interior que limpie y guarde el traje. El astronauta debe poder salir rápido de allí e ingresar en el habitáculo que, de esta manera, se mantiene limpio del polvo exterior.

Una vez en Marte, la tripulación deberá permanecer allí más de un año. Ya que debe esperar a que los planetas se muevan hacia una posición que minimice la distancia del viaje.

Esto les da a los primeros astronautas suficiente tiempo como para llevar a cabo sus experimentos y explorar la zona recolectar material. Para no limitarse a distancias de a pie, deben contar con algún vehículo que sea lo suficientemente robusto, confiable y versátil: El MMSEV, desarrollo para cubrir largas distancias, salidas y entradas rápidas, y protección contra la radiación. En caso que al vehículo se le pinche una goma, simplemente se eleva y continúa la marcha.

Ya hemos anteriormente, -en una de nuestras columnas-, avanzado en la teoría científica de instalar en Marte la primera “estación de servicio” para proveer de combustible de regreso a las naves. Lo que acabo de señalar no es una “locura” de quien esto escribe. Por el contrario, un especialista argentino, que trabaja en la NASA se ha explayado sobre la cuestión.

Tenga en cuenta el lector que en la superficie marciana no habrá plantas eléctricas y casi no hay viento, por lo que la energía solar será un verdadero tesoro.

Y es entonces que los paneles solares serán los que producirán la energía necesaria para sobrevivir, produciendo más de la necesaria. Ello implica su utilización ante fallas de energía o emergencias.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com