El Banco Central va por los dólares chinos para ampliar las reservas

A pesar del hermetismo oficial la nueva cúpula del Banco Central se apresta a reactivar las negociaciones con su par chino, el Banco Popular de China (PBoC), con el fin de ampliar el actual swap de monedas. De esta manera el binomio Luis Caputo-Gustavo Cañonero tomarán la posta dejada por Federico Sturzenegger quién días antes de dejar la presidencia del BCRA había iniciado las gestiones formales con el PBoC solicitando un aumento de la línea vigente entre ambas entidades. En realidad, Sturzenegger iba a cerrar la extensión del swap durante la Asamblea Anual del BIS, aprovechando la presencia de su par chino, Zhou Xiaochuan, pero fue desplazado días antes de viajar a Basilea.

Lo cierto es que tanto en la gestión anterior como en la actual reconocen que en aras de contener la corrida cambiaria el ente monetario necesita disponer de más poder de fuego, o sea, más reservas disponibles para intervenir. Porque tras lo pactado con el FMI, el BCRA ya enfrentaría el nivel mínimo de reservas netas requerido por el organismo internacional. De modo que urge aumentar el stock de reservas netas disponibles para apuntar la estrategia de ventas diarias por parte del Tesoro, que de por sí tienen un límite, los u$s7.500 millones desembolsados por el Fondo.

Según fuentes extraoficiales, el BCRA apuntaría a negociar una ampliación del swap chino por el equivalente de entre 5.000 y 7.000 millones de dólares. Vale recordar que el swap vigente es equivalente a 70.000 millones de yenes que representan aproximadamente más de u$s10.000 millones. Por ende, la idea es llevarlo hasta u$s17.000 millones.

En el mercado especulan con que las negociaciones estarían en cabeza del vicepresidente Gustavo Cañonero dado su expertise y contactos en organismos financieros internacionales, a diferencia de la gestión anterior donde este tipo de operaciones las llevaba, celosamente, adelante el propio presidente del Central. Claro que, según fuentes del ente monetario el tema no se trató en directorio. Lo que no extraña porque tampoco en la gestión precedente fue tema del orden del día.

El aparente apuro por reabrir las negociaciones con China surge a partir de que tanto el Departamento del Tesoro de EE.UU., como la Fed y el FMI, no le habilitan ninguna línea adicional para reforzar la posición de reservas. Si bien el Gobierno no se da por vencido con respecto al Fondo, sabe que los tecnócratas del organismo no están convencidos de flexibilizar el uso de las reservas del BCRA, o sea, bajar el nivel mínimo de reservas netas, para enfrentar la corrida cambiaria. Por ello, la única ventanilla, aún, abierta, es la china.

El swap fue acordado originalmente en 2014 y luego renovado a mediados de 2017 por el mismo monto. El acuerdo establece que el BCRA tiene disponible una línea en yenes que incorpora a su stock de reservas internacionales y que no conllevan ningún costo. Salvo que, en el caso de que active el swap, o sea, quiera cambiar los yenes a dólares, en ese caso corren los intereses pactados. (Ámbito.com)