No fue ley: El Senado rechazó el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo

En una larga sesión, las voluntades contrarias al aborto legal se impusieron por sobre las que lo avalavan. El proyecto no podrá volver a tratarse hasta el año que viene.

El rechazó por 38 votos contra 31 y dos abstenciones el proyecto de legalización del aborto. Tras una maratónica e histórica sesión, la media sanción proveniente de Diputados finalmente no logró prosperar en la Cámara alta y fue bloqueada por la negativa de la gran mayoría de los parlamentarios. El tratamiento del proyecto, que involucró más de seis semanas de debate en el plenario de comisiones de Salud, Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales por los que pasaron más de 140 especialistas a favor y en contra de la iniciativa, deberá esperar hasta el año siguiente para regresar al debate.

Minutos después de la votación con final negativo, un grupo de efectivos de la Policía de la Ciudad se enfrentó con militantes que estaban a favor de la norma, que resistieron la decisión de la Cámara alta con cánticos y fogatas. Hubo varios detenidos.

Según revelaron testigos al canal de noticias C5N, la policía intentó apagar las fogatas y las personas que mantenían un acampe sobre la avenida Entre Ríos se negaron, forcejearon y luego los uniformados respondieron con gases lacrimógenos y algunas detenciones.

Los disturbios comenzaron cuando se registraba la votación y se prolongaron minutos después de que la gran mayoría de personas identificadas con los pañuelos verdes desconcentraron en forma pacífica.

La iniciativa de Interrupción Voluntaria del Embarazo llegó esta mañana al recinto con un duro revés. El tucumano José Alperovich, uno de los dos últimos indecisos, junto al santafesino Oscar Perotti, ingresaba al Palacio legislativo del brazo de su hija embarazada anunciando su voto negativo. Así, el «no» sumaba 38 las voluntades con las que finalmente concretó el rechazo. El sí obtuvo 31 votos de apoyo.

Al comenzar la sesión tanto Perotti como la neuquina Lucila Crexell pidieron que se tuvieran en cuenta durante el debate sus proyectos de despenalización, una suerte de manotazo de ahogado para no irse con las manos vacías. Ambos necesitaban para tratarse, los dos tercios del pleno por no haber pasado por comisiones, algo que no se concretaría.

Con el correr de la tarde, quedó claro que no había voluntad política ni de los «celestes», ni de los «verdes» para avanzar con este tratamiento, por lo menos en esta jornada.

«Les pido que avancemos en este proyecto que estoy proponiendo para no dejar a la mujer en el mismo lugar que ahora», pidió Perotti, cuando llegó su turno de hablar.

«He presentado este proyecto que toma muchas de las cosas conversadas con ustedes. Ninguno quiere a la mujer presa y este proyecto lo garantiza. Todos quieren educación sexual y planes de salud reproductiva y este proyecto lo incluye», expuso el santafesino, que aspira a convertise en el próximo gobernador de Santa Fe.

El proyecto tratado fue la media sanción tal cual llegó de la Cámara de Diputados, sin las modificaciones que proponían un sector de los «verdes», ya que no lograron las firmas para consolidarse en dictamen de mayoría en comisión.

Al comenzar el debate, el titular de la Comisión de Salud de la Cámara alta, el radical Mario Fiad, quien votó en contra del aborto legal, explicó que «el proyecto venido en revisión establece la legalización hasta la semana 14 sin ningún tipo de razones que lo justifiquen más que el deseo de la mujer o persona gestante» y consideró que es «violatorio de la Constitución Nacional, de los tratados internacionales suscriptos por nuestro país e incorporados a nuestro derecho con jerarquía constitucional».

La legisladora justicialista por La Pampa, Norma Durango, una de las «verdes», con el pañuelo de la Campaña por el aborto legal en su muñeca, explicó que «las mujeres abortan poniendo en riesgo su vida, sin el acompañamiento del Estado, en condiciones inseguras y en un marco de clandestinidad» e instó a los senadores a no permitir esa situación.

«El debate hoy es: legal o ilegal. Esta ley no obliga ni recomienda a nadie abortar, defiende el derecho a elegir», indicó.

El bonaerense Esteban Bullrich, inició su alocución con una disquisición cuasi filósofica. «¿Qué es la vida? La vida es lo que nos hace estar hoy acá, sin vida el resto no existe. Así de importante es», expresó, para luego afirmar hacia el final de su discurso: «el aborto no va a ser menos trágico porque se haga en un quirófano. Va a ser igual de trágico y va a dejar el mismo dolor. Aspiremos a más. No me resigno a que el aborto es la única solución».

La enterriana del PJ, Sigrid Kunath, otro voto a favor de la iniciativa, destacó que más allá del resultado de esta jornada, este es un debate «sin retorno». «Creo que inexorablemente este tema queda incorporado en la agenda de políticas públicas», indicó.

En el mismo sentido, la senadora del FPV Chubut, Nancy González expresó: «Si esta ley no sale hoy, va a salir pronto porque que esta ola verde no la podemos parar y no la para nadie. Señores senadores: no seamos conservadores, qué estamos esperando, esto a la larga o a la corta va a ser ley».

A su turno, la senadora «celeste» Miriam Boyadjian, planteó la necesidad de buscar soluciones superadoras que «protejan ambas vidas». «El aborto nos pone en un dilema: es una lucha de poder entre el niño por nacer que reclama la vida y la madre que reclama el derecho a elegir si quiere continuar o no con esa vida, sentenció.

Por su parte, la senadora tucumana Beatriz Mirkin insistió: «Tenemos que ampliar posibilidades, no restringirlas. La ley no obliga a ninguna mujer a abortar, en todo caso obliga al Estado a hacer lo que deba hacer para que no haya abortos clandestinos. A mí me votaron para legislar y la ley no es pétrea, la ley se puede cambiar, se puede mejorar y mejorarle así las condiciones de vida a las ciudadanas».

Uno de los derrapes de la jornada, lo protagonizó el salteño Rodolfo Urtubey quien lanzó una frase que causó un fuerte rechazo de la opinión pública por referirse a casos de violación contra mujeres en el ámbito intrafamiliar, justamente una realidad que en el norte del país es responsable de gran parte de los embarazos de niñas y adolescentes.

«Hay algunos casos donde la violación no tiene esa configuración clásica de la violencia sobre la mujer, a veces la violación es un acto no voluntario con una persona que tiene inferioridad absoluta de poder frente al abusador, por ejemplo en el abuso intrafamiliar, donde no se puede hablar de violencia pero tampoco se puede hablar de consentimiento, sino de una subordinación, de una sujeción. En esta discusión de las causas sería sano avanzar en esa ausencia de la voluntariedad, entendido con cierta amplitud, que no es la violación clásica», expresó. Más tarde, tuvo que volver a tomar la palabra en el recinto para tratar de justificar sus injustificables dichos.

En tanto, Alfredo de Angeli, mezcló su infancia, con la familia numerosa y el pan casero para afirmar: «Los que venimos de una familia numerosa, como es el caso mío de diez hermanos, valoramos mucho el encuentro. A esas familias, jamás se les pasó por la cabeza abortar un hijo, lo criaron con humildad».

«A mi madre, como a muchas, jamás se le hubiese pasado por la cabeza practicar un aborto. Y no era por ser religiosa, era por la dignidad de ser madre. Cuántas veces la ví sentada frente a la máquina de coser haciéndonos las ropa. O el pan casero, porque éramos muchos y no alcanzaba. No nos dejaba faltar nada», agregó.

A su turno, la senadora nacional por Catamarca Inés Blas, quien había anunciado su voto negativo tras permanecer indecisa hasta la última semana del debate, informó que puso «a disposición» su «renuncia» a la presidencia de la Banca de la Mujer de la Cámara alta.

«Como militante siempre trabajé en defensa de los derechos de la mujer y puedan dar testimonio de ello miles de mujeres en mi provincia. Sin embargo, pongo a disposición mi renuncia a la Comisión Banca de la Mujer», sostuvo la legisladora. Su falta de apoyo al aborto legal le había costado fuertes críticas del movimiento de mujeres y de diversas organizaciones como Amnistía Internacional.

La neuquina Lucila Crexell reflexionó durante su discurso que votar por el rechazo significaba «desconocer que hay una fuerte demanda social que puja por ampliar sus derechos y que nuestra legislación resulta anacrónica».

«Creo que hubo una fuerte indiferencia por parte de un sector que se aferró a la Constitución y no se movió ni un centímetro para entender que hay posiciones válidas que permiten avanzar en la despenalización del aborto», señaló para agregar con contundencia: «esto es el fracaso de esta institución nacional y es el fracaso de la política».

La mendocina del FpV, Anabel Fernández Sagasti, indicó: «Si esta ley no sale hoy muy lejos estaremos de ‘salvar las dos vidas’ como dice el eslogan. Lo que tenemos que decidir acá es si seguir sosteniendo el statu quo y la hipocresía o si vamos a escuchar a miles de mujeres y diseñar políticas públicas para ellas».

«¿Por qué este congreso va a seguir insistiendo con una norma que ya ha fracasado? ¿Por qué insistir en penalizar en vez de ampliar derechos?», continuó.

Una de las voces más esperadas de la noche, llegó en la etapa de cierres. Si bien, Cristina de Kirchner no es jefa del bloque del FpV en el Senado -el líder es el neuquino Marcelo Fuentes-, fue la encargada de dar las palabras finales como representante de su espacio.

Acusada de no haber dado el debate por el aborto legal en los 12 años de gobierno kirchnerista, Cristina cambió su postura para dar el visto buena a esta iniciativa, aunque su apoyo no alcanzase para lograr la media sanción. «Lo más grave de esta noche: se puede estar de acuerdo o no, se puede proponer una modificación, pero estamos rechazando un proyecto sin proponer nada alternativo y la situación va a seguir siendo la misma», sostuvo.

«En este caso puntual, la sociedad reclama derechos y deberíamos todos hacer un esfuerzo para dar una respuesta», concluyó. (Ámbito.com)