Policía de franco mató a ladrón que intentó asaltarlo

Fue la madrugada de ayer en el Parque Scalabrini Ortiz. El suboficial dormía en su auto cuando un piedrazo rompió la luneta del vehículo y lo despertó

A las 3.30 de la mañana de ayer tres detonaciones de un arma de fuego sacudieron el aire húmedo que cubría el Parque Scalabrini Ortíz. Fueron los disparos que efectuó un suboficial de la policía rosarina que estaba franco de servicio y que mató a un hombre de 28 años que, según la denuncia, intentó asaltarlo junto a dos cómplices cuando estaba en el interior de su auto estacionado sobre la avenida Mongsfeld al 500, en el carril oeste-este que corre paralelo a las vías del viejo ferrocarril Mitre. El suboficial contó a sus pares que fue abordado por tres hombres que de un piedrazo le rompieron la luneta del auto con «intención de robo» y que repelió la agresión con su arma reglamentaria. También refirió que tras el piedrazo bajó del vehículo y corrió a dos de los supuestos ladrones sin éxito, y que al volver sobre sus pasos se dio cuenta que había herido de muerte a un tercer atacante.

Minutos más tarde, cuando a la escena del crimen llegó un móvil del Comando Radioeléctrico, los uniformados encontraron junto al cadáver de quien fuera identificado como Axel Brian Nicodemo un revólver calibre 32 con dos proyectiles en su tambor. La hipótesis del fiscal es que hubo «un enfrentamiento».

«Como a las 3.30 se escucharon tres disparos. En el parque no había nadie. Anoche no hubo boliche y después, como esta zona es un desastre y llovía, qué te vas a andar asomando. Por usted nos enteramos que hubo un asesinato, porque acá lo continuo son los robos. Donde pasó el crimen es un lugar del parque donde llegan transeros y hacen la suya. Y ese tramo (unos 250 metros a partir de avenida Alberdi al este) porque si van mas adelante los toma la cámara de seguridad», ubicada cerca de un carrito de comidas, comentó una vecina que reside en el barrio Inglés de los ferroviarios, distante a unos 100 metros de la escena del crimen.

«Esta zona cambio mucho desde que balearon a la chica que hacía running (Andrea Benítez, herida la tarde del 29 de mayo de 2015 mientras corría por el parque). Desde ese momento la dinámica del lugar cambio mucho. Antes veías gente casi a toda hora. Desde ese incidente la gente viene al parque a correr o a hacer alguna actividad recreativa y se va. No se queda haciendo otra cosa», agregó otra vecina del barrio (ver aparte).

Una noche en el auto

Ayer a la mañana en la escena del crimen sólo quedaban restos de vidrios, un trozo de cascote y la cinta de «Peligro» utilizada para cercar el perímetro donde cayó el muerto. Allí podía verse a simple vista un hueco en el alambrado perimetral de la playa de maniobras del ferrocarril Nuevo Central Argentino (NCA) que concuerda con el sitio del cual, según el policía, salieron los supuestos ladrones.

Del lado de las vías hay un antiguo cabín en desuso dejado por los nuevos concesionarios ferroviarios como un respetuoso símbolo de lo que fuera el ferrocarril en Argentina. En las inmediaciones del cabín hay montículos de basura, ropas y algunas cajas de vino como señal de que al caer la noche el lugar se torna una zona de refugio o aguante.

Lo que sucedió la madrugada de ayer sobre avenida Mongsfeld al 500 es investigado por el fiscal de la Unidad de Homicidios Ademar Bianchini, quien delegó el trabajo sobre el territorio en la División Judiciales de la Unidad Regional II, modalidad que se adopta cada vez que un efectivo policial es blanco de una investigación judicial.

Dentro del hermetismo reinante en cuanto a la información, denominador común en este tipo de casos, se pudo saber que a la hora señalada el suboficial Juan Pablo R., de 34 años y adscripto a una comisaría de zona norte, había estacionado su Ford Fiesta Max a la altura de un playón municipal ubicado frente al parque Scalabrini Ortíz. El auto estaba a unos 150 metros de avenida Alberdi y a 200 de una cámara de videovigilancia o domo colocada cerca de un carrito de comidas.

A partir del diálogo con distintas fuentes y uniformados que conocen al suboficial Juan Pablo R., tras una discusión marital el hombre se fue de su casa y decidió pasar la noche durmiendo en su auto. Por eso estacionó sobre la avenida Mongsfeld, a la vera del predio ferroviario del Nuevo Central Argentino (ex línea Mitre), y frente al parque. Los vecinos de la zona contaron que esa noche no hubo actividad en el boliche que se encuentra a unos 100 metros de allí, en Echeverría y Central Argentino, y tampoco shows o fiestas en Metropolitano.

Dos balazos

Todo lo que se conoce sobre el incidente es a partir del testimonio del suboficial. Dijo que sintió un fuerte golpe en la luneta de su auto, que una piedra la había hecho añicos. Que tres hombres se le acercaron armados y amenazándolo de muerte para robarle y que entonces se defendió con su arma reglamentaria.

Oficialmente desde Prensa de la Fiscalía Regional se indicó que hubo un enfrentamiento. Que el policía y los supuestos ladrones «comenzaron un forcejeo y que posteriormente hubo un intercambio de disparos de armas de fuego provocando el fallecimiento en el lugar del hecho de uno de los tres atacantes, las otras dos personas se fueron del lugar».

Juan Pablo R. también indicó que corrió a esos dos hombres y que al regresar vio que había herido de muerte al tercero. Entonces advirtió lo sucedido al 911 y un móvil del Comando Radioeléctrico llegó a la escena. Los efectivos reportaron que Nicodemo tenía dos impactos de bala (zona lumbar y brazo izquierdo) y que cerca del cuerpo había un revólver calibre 32 con dos proyectiles en el tambor.

Un dato que trascendió, y que no pudo ser chequeado ya que el fiscal no realizó declaraciones a la prensa, es que además de las heridas de bala el cuerpo del muerto tenía tres heridas cortopunzantes en el hemitórax derecho.

El fiscal Bianchini ordenó que el suboficial Juan Pablo R. quedara detenido y que se le secuestrara su arma reglamentaria para ser peritada junto al revólver calibre 32 secuestrado junto al cadáver.

Anoche la víctima fatal fue identificada en el Instituto Médico Legal (IML) donde se realizó la autopsia correspondiente bajo el protocolo de Minnesota. En tanto, deberá analizar por qué delito imputará en audiencia al suboficial de 34 años en las próximas horas.

El recuerdo de una maratonista baleada en el mismo lugar

Podría decirse que el viernes 29 de mayo de 2015 la contadora Andrea Benítez volvió a nacer. Su historia fue recorada ayer por vecinos del Parque Scalabrini Ortiz. Aquella tarde, mientras entrenaba con el grupo de running Rosario Calle y Pista sobre la avenida Mongsfeld al 500, a 100 metros del barrio Inglés, dos muchachos en moto asaltaron violentamente a la mujer que estaba a su lado, y para lograr su cometido dispararon al menos dos balazos que impactaron en Andrea. «Fue todo muy rápido. Me di vuelta al escuchar que forcejeaban y lo único que hice, por instinto, fue incorporarme porque estaba en el piso. Recuerdo haber querido salir de ahí. Y después los disparos. Dicen que fueron tres, uno al aire… los otros dos me dieron de lleno en el lado izquierdo del cuerpo. Algunos testigos mencionan que dispararon ambos muchachos al mismo tiempo, uno de adelante, el otro de atrás», contó entonces la víctima. A partir de ese momento Benítez, madre de dos hijos adultos, vivió un calvario. Pasó más de ocho meses internada, sufrió una decena de cirugías, paso dos meses bajo internación domiciliaria, tuvo que requerir 180 dadores de sangre para asistirla, debieron realizarle una traqueotomía, perdió un riñón y tuvo que aprender a caminar y a escribir otra vez. Recién el domingo 17 de diciembre de 2017, por su coraje y esfuerzo, pudo volver a correr un maratón. (La Capital)