Newell’s perdió la punta con San Lorenzo

Newell’s se olvidó el libreto en el segundo tiempo, se dejó llevar por el clima y finalmente cayó ante San Lorenzo por 3 a 2 luego de ir ganando cómodo 2 a 0, con goles de Pérez y Muñoz. Gigliotti, dos veces, y Bueno lo dieron vuelta.

Newell’s se olvidó el libreto en el segundo tiempo, se dejó llevar por el clima y finalmente cayó ante San Lorenzo por 3 a 2 luego de ir ganando cómodo 2 a 0, con goles de Pérez y Muñoz. Gigliotti, dos veces, y Bueno lo dieron vuelta.

A priori, cualquier hijo de vecino podía imaginar el planteo rojinegro del partido ante los azulgranas: atento a las urgencias del equipo de Boedo en zona de descenso directo, y con la presión que significa jugar en el Nuevo Gasómetro, había que aguantar el embate de los primeros minutos y después tratar de ser preciso en ataque cuando la oportunidad se presentara.

Y algo de eso ocurrió: San Lorenzo copó la parada desde el inicio y hasta los 13 minutos había creado cuatro situaciones de gol, que por Peratta y compañía y también por propia impericia terminaron en nada.

A los 14, Pablo Pérez la capturó en tres cuartos, se cerró y con una gambeta larga se sacó la marca de encima. Pisando el área sacó un furibundo zurdazo que hizo estéril el esfuerzo de Migliore y se clavó contra el palo derecho.

Y llegaron los nervios locales y el traslado prolijo visitante, que con la posesión del balón se transformó en amo y señor del partido. Y a los 30 Alvarado se equivocó en la salida de los de Caruso y Muñoz agradeció el regalo y la clavó arriba ante la salida desesperada del arquero.

Desde allí hasta el final de la etapa, el equipo de Martino se tranquilizó aún más y aplicó el libreto que tan bien aprendió. Es cierto que debió sufrir un par de veces más, sobre todo en una de Giglitti luego de que se le escapara la pelota a Peratta en un centro cruzado.

Pero el descuento no llegó y el primer tiempo se consumió con centros y más centros azulgranas, fáciles para la última línea de los del Parque, que con la victoria parcial miran a todos desde arriba en soledad, por lo menos hasta que juegue Boca.

Pero el segundo tiempo fue bien distinto. Newell’s sucumbió al clima, se enredó y perdió la brújula. Se dejó llevar contra su arco por la vehemencia azulgrana, que salió en busca de la igualdad con todo.

Y esta vez no falló: a los 5, un córner de Romagnoli, que le cambió la cara a su equipo, fue peinado en el primer palo y Gigliotti se zambulló en palomita para conectar de cabeza ante las narices de Peratta y el estatismo defensivo.

A los 9 Bufarini mandó el centro desde la derecha y Bueno, que recién había entrado, cabeceó entrando por atrás y la clavó al palo opuesto. En una ráfaga, San Lorenzo empataba un partido que se tornó emotivo desde todos los ángulos.

El equipo de Martino se aferró a su libreto y el partido se hizo de ida y vuelta. Lo tuvieron ambos, las chances de gol se dilapidaron en uno y otro arco, aunque siempre el local estuvo más cerca de desnivelar. Hasta que a los 42 otra vez Romagnoli encaró y pasó a todos por la izquierda y mandó el centro para el cabezazo goleador de Gigliotti, que antes se había perdido uno increíble.

El gol desató el delirio en el Nuevo Gasómetro y marcó la desazón rojinegra, porque Newell’s se olvidó en el segundo tiempo de que estaba jugando para ser líder del torneo y dejó venir a un rival necesitado, que con más amor propio que otra cosa se lo dio vuelta y dejó sin festejo a los del Parque. (La Capital)