Central no jugó bien y perdió ante River en el Monumental

Los canallas no hicieron pie en el Monumental y perdieron 2 a 0 con el conjunto de Gallardo. Los goles del Millo, Teo Gutiérrez a los 16’ del primer tiempo y Pisculichi a los 34′ del complemento. El local le copó el mediocampo y dejó desconectadas las líneas auriazules, que sufrieron el desarrollo y casi no inquietaron a Chiarini.

No estuvo a la altura de las circunstancias. Esa frase, tan utilizada para graficar grandes defecciones ante grandes expectativas, le cae perfecto a la producción que Central exhibió en el Monumental. O mejor, a lo que el conjunto de Russo no exhibió ante un rival mucho más consistente, que mereció lo que obtuvo y que le ganó con justicia por 2 a 0.

Fue una tarde negra la del Canalla. Después del esperanzador segundo tiempo ante Quilmes, cuando torció un marcador adverso con más coraje que fútbol, había esperanzas de plantársele mano a mano a un River que llegaba obligado a ganar de local tras el 1-1 con Gimnasia. Pero con actitud, todo el equipo, pero sobre todo el mediocampo millonario, se encargó rápidamente de mostrar cuál sería el desarrollo del pleito.

Bien plantado en el círculo central, con la dinámica de Kranevitter y el criterio de Rojas, el local se estacionó en terreno centralista, presionando alto y ahogando la salida auriazul. Central quedó perplejo ante este panorama y pese a que en algún momento tuvo espacios para contraatacar, nunca pudo sentirse cómodo en ese terreno. Ni que hablar cuando Teófilo Gutiérrez, a los 16 minutos del primer tiempo, empujó un gran centro de Vangioni para poner el 1-0.

La dupla Musto-Domínguez quedó colapsada desde el inicio. Ferrari, muy expuesto ante el flojo partido de Medina (salió en el mismo primer tiempo para que entre Becker, que aportó poco) y Delgado sufrió horrores con Sánchez y Mora. Lo que mantuvo aislados a Abreu y Niell, que perdieron durante toda la tarde con los marcadores riverplatenses. Si se fueron al descanso sólo 1-0, fue porque River no estuvo fino para definir, como en esa ocasión increíble que Rojas estrelló en el palo.

En el complemento, nada cambió. Al principio, River aflojó la presión y le dio una tregua con cierta displicencia a la Academia, que no tuvo las luces ni la fuerza para insinuar el empate. El ingreso de Barrientos no aportó claridad y sólo se cuenta un choque de Niell con Chiarini como lo más peligroso, pese a que lució acertada la decisión de Abal de no cobrar penal ya que no hubo ni intención de golpear ni uso excesivo de la fuerza. Muy poco para aspirar a llevarse algo a Rosario.

Y a los 34’, Pisculichi quebró definitivamente las escasas ilusiones centralistas con un gol de alta factura tras dos enganches. Desde allí, sólo hubo que esperar el pitazo final, que le bajó el telón a una de las más flojas producciones canallas en los últimos tiempos. Central jugó en el Monumental con una clara inferioridad asumida de antemano. Y nunca pareció convencido de poder obtener alguna unidad. Que fue, al cabo, lo que sucedió. Justamente.

(Rosario3)