El Socialismo en busca de unión y fuerza

En Santa fe, Bonfatti, Fein, Lifschitz y Galassi fueron los protagonistas centrales de un foro partidario de autoridades locales.

El socialismo se decidió a jugar fuerte y con todo en la interna del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) para vencer a los radicales en las primarias de agosto de 2015, y ayer hizo una demostración inequívoca en ese sentido en la ciudad de Santa Fe.

Pocas horas antes del acto, durante una visita guiada a la Casa Gris, se explicaba cómo es el traspaso del bastón y la banda de un gobernador a su sucesor. Antonio Bonfatti, quien será mandatario saliente en 2015, concurre al acto con la banda de su sucesor puesta, y esa, que ya fue confeccionada a medida del gobernador electo, es la que se saca y le coloca al sucesor. Dos funcionarios socialistas que pasaron cerca del contingente de escolares y escucharon al guía comentaron jocosamente: «Ojalá que Bonfatti no esté incomodo en el acto (de diciembre de 2015) con una banda varios números menor que su talle».

Aunque la alusión cuadra también al candidato a gobernador del PRO, Miguel Del Sel, de estatura sensiblemente menor a la del actual gobernador, a la luz de las Paso privilegiaría al precandidato radical Mario Barletta pero es, ante todo, un tan inusual como eficaz ejemplo del clima que se vive en la coalición de radicales y socialistas del FPCyS. Tal vez se trate del más tenso momento interno que mantiene crispados a unos y otros.

La puja interna. En este escenario el Partido Socialista dio inicio real a su campaña electoral hacia las primarias para lograr que su correligionario Miguel Lifschitz y no el radical Barletta sea el candidato a gobernador con que el FPCyS compita con el ex Midachi en las generales de octubre.

Fiel a su estilo, los socialistas armaron en la víspera un acto institucional en la ciudad de Santa Fe: la instalación del Foro de Autoridades Locales.

En rigor, fue, como queda dicho, el inicio mismo de campaña electoral con, al menos, tres objetivos tácitos pero inequívocos: 1) destruir la idea de que el partido de la rosa carece de estructura, referentes y espacios institucionales fuera de Rosario y zona de influencia, 2) liquidar de cara a la ciudadanía pero sobre todo hacia los militantes propios y asociados la discusión acerca de que la precandidatura de Lifschitz tendría algunas resistencias internas en su partido y 3) frenar las provocaciones radicales, que se asientan en esas dos premisas.

La intención, al parecer deliberada por ahora, de separar la compulsa local del escenario nacional fue sindicada por algunos dirigentes socialistas como un cuarto fin. Esos mismos destacaron la ausencia de referentes nacionales (léase Hermes Binner) y el afianzamiento de la nominalidad de la masiva convocatoria que llenó el muy céntrico complejo de salones donde tuvo lugar la reunión.

«El nuestro no es un partido personalista», diría a la prensa el ministro político, Rubén Galassi. En otras palabras ayer buscaron mostrar que son muchos más que Binner y las figuras rutilantes del socialismo provincial. De allí que no en vano el acto de ayer se hubo llamado «foro» en alusión a que se trata de un ámbito horizontal en el que todos los funcionarios socialistas discuten en igualdad de condiciones. Un liderazgo personalista verticaliza decisiones, lo que al estar de lo que dijo el ministro no sería lo que pasa en el socialismo.

Ese «foro» instalado ayer está integrado por «autoridades» del socialismo que no son cualquiera sino las «locales». Es decir, no son autoridades nacionales del socialismo sino aquellas cuya jurisdicción se extiende en el territorio provincial. La semiótica del nombre alude directamente al primer objetivo que busca horadar uno de los argumentos más repetidos por el candidato radical, quien alienta a los suyos a ganarle a los socialistas porque mientras éstos carecen de estructura en todo el territorio fuera de Rosario y zona de influencia, la UCR no sólo gobierna muchos municipios y comunas sino que tiene comités abiertos en cada barrio.

El acto de ayer se inició con una mesa en la que se sentaron Lifschitz, el senador al que toda la estructura reunida reconoce como el candidato único a la sucesión; la concejala capitalina Vanesa Oddi, para dar localía a la manifestación, y el gobernador Bonfatti, quien por su investidura aportó el cariz institucional del encuentro. Al fin y al cabo, los socialistas negarán que se haya tratado de una tribuna de campaña. De hecho, todos los que expusieron a este diario las explicaciones que se desgranan en esta crónico lo hicieron bajo reserva de nombre.

Pero los discursos y declaraciones dieron suficientes pistas ratificatorias de los argumentos revelados en off. Oddi habló del «enclave de lo local y el alto nivel de representatividad a partir de los lugares conquistados» llamando a «consolidar este proyecto transformador; este proceso de territorialización de desarrollo partidario». El senador mandó un mensaje: «Creemos en la política frentista —aclaró—, y respetamos las aspiraciones legítimas de cada sector, pero también hay que tener en cuenta que no hay Frente Progresista sin un Partido Socialista grande y fuerte».

El ministro Galassi, por ejemplo, hizo una enumeración casi idéntica a la que hacen los radicales, pero el suyo fue un inventario de las fuerzas socialistas desplegadas en el territorio santafesino. Un mensaje a sus socios-adversarios de que disputarán metro a metro y voto a voto.

«Este foro refleja lo que es el socialismo en la provincia de Santa Fe: gobernamos la provincia en alianza con varios partidos, nuestro gobernador es socialista pero también hay compañeros socialistas que gobiernan ciudades como Pérez o Rosario, tenemos 40 comunas gobernadas por hombres de nuestro partido, concejales en prácticamente la mayoría de las ciudades más importantes de la provincia por su tamaño, en las elecciones del año pasado compañeros nuestro ganaron las elecciones en Rafaela, Firmat, Santo Tomé, Rosario. Hoy, además de hacer esta presentación en sociedad, vamos a trabajar para analizar políticas comunes», dijo con meridiana claridad Galassi.

(La Capital)