El caso Agustín Goiburú

En el marco del 22º aniversario -21/12/14-, del descubrimiento del que se denominara el Archivo del Terror, vale recordar al defensor de los derechos humanos en Paraguay, Martín Almada, quien descubrió los archivos secretos de la policía de Alfredo Stroessner.

Martín Almada es abogado, recibido en la Universidad Nacional de Asunción en 1965, así como licenciado en Ciencias de la Educación de la referida alta casa de estudios en 1968 y doctor en Ciencias de la Educación, de la Universidad Nacional de La Plata, en 1974.

Almada se desempeñó como consultor de la UNESCO para América Latina en el período 1978/1992, mientras que desde 1993 al 2010 lo hizo como presidente fundador de la Fundación Celestina Pérez de Almada, de Defensa de los Derechos Humanos y Protección del Ambiente. Fue presidente fundador del Centro de Energía Solar, en Suiza, durante el año 1996, a la vez que se desempeñó como presidente del Museo de las Memorias, actuando, además, como docente investigador de Derechos Humanos en la Universidad Nacional de Asunción en 2012.-

Entre las distinciones que recibió, vale mencionar el premio Derechos Humanos otorgado por la República Francesa, en 1994; el denominado Chico Méndez de la Resistencia, en Río de Janeiro, Brasil, 2001; Premio Europa Solar 2005, Berlín; la condecoración del gobierno argentino en el grado de Commendador, 2007 y Visitante Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, en 2008.

Además, fue declarado Hijo Ilustre de la ciudad de Asunción, en 2009 y Visitante ilustre de Bonn, Alemania; a la vez que recibió el premio Tomás Moro, de la Universidad Católica, por su coraje en defensa de los derechos Humanos.

Almada, vale apuntarlo, permitió con su hallazgo profundizar los alcances de la Operación Cóndor, esto es la coordinación represiva de los militares en el Cono Sur y como ejemplo de ello expondremos evidencias que permiten colegir que en la desaparición del doctor paraguayo, Agustín Goiburú, refugiado en Argentina, fue secuestrado el 9 de febrero de 1977.

La documentación obtenida por el National Security Archive – que puso en línea 60.000 registros de la Policía Secreta del dictador referido- permitió establecer que Goiburú fue seguido minuciosamente desde un año atrás y hasta solo pocas horas de que fuera secuestrado.

La información que detallamos en esta columna incluirá desde un informe de los servicios de inteligencia militar de Paraguay, a partir del cual se solicitaba la “localización y detención del doctor Agustín Goiburú”, en nuestro país, a finales de 1975, pasando por una reunión de la coordinación entre la Policía Federal Argentina con la policía de Asunción, en 1976, hasta el seguimiento diario de espías argentinos en enero de 1977 y los informes del cónsul paraguayo sólo 48 horas antes de la desaparición del profesional.

El director del Proyecto para el cono sur del organismo informante Carlos Osorio, en 2007 apuntó que “los documentos no dejan dudas sobre que las autoridades paraguayas tuvieron los medios, la motivación y la oportunidad de concretar el secuestro”.

Goiburú, dirigente de la oposición a la dictadura de Stroesssner, se escapó de la prisión paraguaya y se refugió en Argentina, en 1970. En 1977 se hallaba viviendo en Paraná, donde actuaba como dirigente del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO) al momento de desaparecer el 9 de febrero de ese año por personas desconocidas, con armas de fuego e introducido en un automóvil Ford Falcon, según indicaron testigos circunstanciales.

La documentación hallada en el archivo aludido permitió ordenar la extradición del ex ministro de Interior paraguayo Sabino Montanaro y la condena, a 10 años de prisión del ex cónsul paraguayo en la ciudad de Posadas, Francisco Ortiz Tellez.[i]

Documentación

El 8 de octubre de 1975, en el informe confidencial Nº 62, -publicado originalmente en “Es mi informe”-, se indica: “El agudo interés de todo el aparataje de seguridad paraguayo por atrapar al doctor Goiburú, refugiado hace cinco años en Argentina, transpira de este informe de agentes especiales paraguayos con asiento en Buenos Aires. Retransmitido por la Dirección de Inteligencia del Estado mayor General de las Fuerzas Armadas de Paraguay (D-2 ESMAGENFA). El informe requiere la “localización y detención del doctor Agustín Goiburú” y termina diciendo que si el mismo es capturado “se solicita informar de inmediato, a fin de que viaje personal que traba en este caso”.

Ocho meses más tarde –junio 1976-, se emite un memorándum del jefe de investigaciones para “Su excelencia, el presidente de la República”, publicado también en “Es mi informe”.

Allí se indica: A pocos meses que el golpe de Estado instalara la dictadura militar y desatara una ofensiva contrainsurgente en Argentina, el jefe del Departamento de Investigaciones de Asunción, Pastor Coronel, informa directamente a Stroessner que “dos altos delegados de la Policía Federal Argentina se reunieron con el que suscribe para coordinar labores”.

Pastor Coronel da cuenta del intercambio de información y de detenidos. También señaló que “no tendríamos inconvenientes de entregar a Amílcar Santucho, hermano del líder guerrillero argentino Roberto Santucho, capturado en Asunción, desde mediados de 1975, siempre y cuando tengamos también de parte de ellos la misma respuesta sobre algunos subversivos nuestros”.

La coordinación ente la inteligencia paraguaya y argentina para monitorear y capturar a Goiburú dará un salto de envergadura hacia adelante a mediados de 1976, produciendo como consecuencia la elaboración de numerosos informes de seguimiento a Goiburú.

En junio 18, de 1976 se emite otro informe de inteligencia sobre Goiburú, de parte de la policía paraguaya y en el mismo sus hacedores se dedican a la historia política del investigado.

Se considera al mismo como miembro del Ejército Popular Revolucionario (EPR), apoyado económicamente por la Junta Coordinadora Revolucionaria y se hace mención a sus contactos con el MIR chileno, el ERP argentino, el ELN uruguayo e incluso con él, dirigente del MLN boliviano Juan Torres, ya fallecido.

Así quedaba plasmada la coordinación de los aparatos de seguridad e inteligencia de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, conocida como Operación Cóndor. Mientras se emitía este informe, paralelamente eran asesinados el senador uruguayo Zelmar Michellini; el ex presidente boliviano Juan José torres y varios opositores de izquierda chilenos, uruguayos y bolivianos refugiados en nuestro país.

Goiburú venía siendo investigado desde, probablemente, enero de 1977, ya que se estima que es la inteligencia argentina la que le suministra a la paraguaya sus antecedentes, los de su familia, su cuenta bancaria, su horario de actividades, sus relaciones laborales, sus amistades y sobre sus accionar cotidiano, luego de un seguimiento que duró cinco días consecutivos, desde el 5 de enero al 11 de enero de 1977. El informe cuenta, además, con ocho fotos tomadas en Paraná, junto a su hijo, su residencia y su auto.

El informe “reservado” siguiente se elaboró el 6 de febrero de 1977, desde la ciudad de Corrientes, tres días antes de la desaparición de la víctima que nos ocupa Fotograma 00050F 1830).

Ese informe cita uno anterior relacionado con una reunión realizada en Paraná entre opositores del régimen paraguayo el 29 y el 30 de enero de 1977, de la que habría participado el secuestrado Goiburú.

Los participantes, señala el informe, llegaron en tres vehículos “con patentes de Asunción, Nº 18559-18572 y 18573” y concluye: “se continuará investigando”.

El cónsul de Paraguay en Posadas le comunicó en febrero de 1977 al ministro del Interior de Paraguay que “según informaciones del Ejército los paraguayos opositores, residentes en Paraná, habrían tenido una reunión a finales de enero, entre las que se habría encontrado la víctima de este material periodístico.

En otro informe posterior, de marzo del 77 Paraguay tomó contacto con los datos que conformaron la nómina de las personas que pasaron a nuestro país en enero del 77.

Los aparatos de inteligencia de Argentina y Paraguay no aceptaron responsabilidades en el secuestro de Goiburú aunque un informe señala que “…el auto de éste, estacionado frente a su casa fue embestido y al salir a ver lo ocurrido, fue reducido mediante armas de fuego cortas por el conductor e introducido en un Ford Falcon, despareciendo con rumbo desconocido”.

[i] La evidencia fue acumulada gracias a la investigación de los paraguayos Rosa Palau, Alfredo Boccia paz y Miriam González resumidos en el libro “Es mi informe: Los archivos secretos de la policía de Stroessner(Asunción: CDE, 1994)

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com