Con duras críticas al Movimiento Giros, militantes abandonaron el Frente Ciudad Futura

La Unión de Pueblo de Rosario, colectivo militante que formaba parte del Frente Ciudad Futura, encabezado por Movimiento Giros, decidieron abandonar la mencionada coalición política por diferencias con la fuerza conducida por Juan Monteverde.

En este sentido, hace semanas, Unión de Pueblo emitió una suerte de carta/comunicado de prensa, en el cual expresaba sus posiciones de cara a salida del espacio.

A continuación, Cuna de la Noticia, reproducirá el documento aludido.

Por qué ya no somos parte del Frente Ciudad Futura. Perspectivas actuales. Carta abierta de la Unión del Pueblo de Rosario.

La Unión del Pueblo de Rosario, es una fuerza pequeña, apenas una semilla de lo que estamos intentando construir con gran esfuerzo militante. Es muy probable que muchos rosarinos y rosarinas ni se percataron que en un momento sumamos nuestras modestas fuerzas al Frente Ciudad Futura (FCF), pero que hace un tiempo dejamos de formar parte de él.

No obstante, hubo quienes sí lo hicieron, sí preguntaron y quisieron saber cuál era la razón del alejamiento con ese proyecto que les habíamos propuesto acompañar, que nos habían visto impulsar con convicción y esfuerzo.

Si bien en su momento no hicimos públicas las razones de nuestro apartamiento del FCF, hoy, en el marco de una campaña que se inicia y de ciertos discursos que, como cantos de sirenas, volvemos a escuchar, nos vemos en la necesidad de plantear algunas cuestiones que tienen que ver con nuestra experiencia en ese “Frente” y que entendemos sirven también para pensar en las formas y estrategias de construcción de una alternativa política del pueblo y para el pueblo.

Acercamiento e integración al FCF

“Debemos ir construyendo fuerza suficiente para avanzar en estas ideas. Somos conscientes que con nosotros solos no basta”. Esto concluíamos en nuestra Asamblea del 26 de Mayo del 2013, donde habíamos definido, de manera abierta y democrática, nuestro programa de acción política.[1]

Meses antes habíamos conocido a militantes de GIROS cuando nos acercamos a solidarizarnos con el Tambo del barrio Nuevo Alberdi. Ahí nos enteramos que estaban pensando participar de las elecciones. En ese momento eran todas coincidencias en cuestionar la construcción política de los partidos tradicionales y la inexistente ligazón de sus propuestas con el pueblo.

Partiendo de estos acuerdos y de lo resuelto en la Asamblea de la Unión del Pueblo, aceptamos la invitación para ser parte del Comando de Campaña del FCF y luego, una vez pasadas las primarias, integrarnos más plenamente. Nos sumamos sin discutir candidatos ni integrar las listas. Esto habla a las claras de la verdadera vocación de unidad que tenemos (ya en el 2011 habíamos apoyado a Carlos Del Frade sin siquiera ser parte de su armado electoral). Desde 2007 venimos planteando la importancia y centralidad de la disputa en el terreno electoral por parte de las organizaciones populares y de izquierda. En ese sentido, nuestra participación es concebida no como una mera construcción electoral sino, al mismo tiempo, como una apuesta a la organización y participación del pueblo. De allí que los cargos y títulos los hemos considerado secundarios si analizamos que el Frente se construye con ese fin.

¿Un Frente que convida? El problema de la participación

Cada cultura política difunde también sus prácticas a través de ciertos términos que los identifican. En el FCF se repetía mucho eso de “convidar”. Convidar y compartir no son sinónimos. En el convite se presupone un propietario que convida, que da algo de lo suyo, mucho o poco, pero suyo. En cambio compartir no tiene necesariamente un propietario, podemos compartir ideas, un espacio, unos mates o una construcción política.

Como en política no hay términos ingenuos, en la práctica concreta fuimos entendiendo qué era eso de “convidar”.

En las asambleas y reuniones del Frente sólo estaban en discusión las cuestiones de orden práctico: “dónde pegamos los afiches”, “cuántos volantes repartimos”. En cambio la orientación de la campaña y las consignas de la misma nunca llegaban al convite. Empezamos a notar que todas las decisiones de carácter político llegaban digeridas de antemano. Sólo un grupo reducido era parte de tales discusiones y, a pesar de integrarnos al Frente, nunca pudimos compartir nuestras ideas y experiencias.

En general tanto para adentro, como para afuera las propuestas llegaban “enlatadas”, “soluciones” como productos mágicos que todo lo resuelven. Tanto para la militancia como para el pueblo. Un convite de recetas.

En este sentido, en general notamos que no se presentan debates que politicen y planteen los problemas de fondo que nos aquejan. A cambio se presentan soluciones “rápidas y pre digeridas” (ley de víctimas, misión anti-inflación) que no ponen en cuestionamiento a los grandes responsables de los problemas (empresarios, el Estado, las transnacionales, etc.).

“Lo Nuevo” vs. “Lo viejo” (sólo contra la izquierda)

Algo que no compartíamos era esa estrategia de presentarse como “lo nuevo”. En la política Argentina post-dictadura hay muchos antecedentes de reivindicar la novedad. Para nosotros eso no es garantía de nada.

Pero lo más llamativo es que esta “diferencia” era siempre referida a otras organizaciones de izquierda o el campo popular. En muchas ocasiones la campaña se orientó a “pegarle” a la “vieja política de izquierda”, en particular a la candidatura de Cortés (PSA) y al FIT.

Sin embargo nunca fueron atendidas nuestras advertencia de que el PRO, la derecha (aunque para Monteverde ya no signifique nada este concepto) ligada al poder económico monopólico, venía creciendo fuertemente en las barriadas más pobres (como efectivamente sucedió).

En ese sentido no nos sorprenden demasiado las recientes declaraciones de Juan Monteverde en la prensa donde se evidencia la continuidad de esa estrategia.[2] Flor de favor se le hace al injusto sistema cuando se gastan fuerzas en golpear a quienes, más allá de las diferencias, están ligados a las luchas sociales y populares.

Por otro lado, nos sorprendió cómo era muy “coordinada” la campaña con el Tigre Cavallero. Sabíamos de las simpatías con el gobierno de CFK (caracterizado como “no retroceder”) pero ignorábamos que sobrepasaba el plano emocional y se expresaba en la praxis concreta. Esto tampoco lo aceptamos. Pero nunca existió la posibilidad siquiera de ponerlo en cuestión.

Las diferencias de fondo. El problema del Estado.

Un momento clave, donde las divergencias se acentuaron fue durante la invasión a Rosario por parte de las fuerzas de gendarmería.

En esa ocasión desde Giros se le dio una sutil bienvenida a las fuerzas federales. Decía su referente: “desde el Movimiento Giros y el Partido para la Ciudad Futura, ponemos toda nuestra militancia, nuestros recursos y nuestra energía, a disposición tanto del gobierno nacional como provincial y municipal para desarrollar las políticas sociales y económicas de que dispongan. Para que la necesaria intervención de gendarmería no sea sólo eso y no tengamos que limitarnos a denunciar “los excesos”.[3]

Por nuestra parte, difundimos un comunicado donde sosteníamos que “la ingenuidad de confiar en el Estado como mediador de las injusticias sociales por el discurso más o menos “progre” de los partidos políticos al frente del poder es una peligrosa “ingenuidad” que más que dar soluciones arrastra al pueblo a callejones sin salida”.[4]

Sospechamos que estas diferencias expresadas en sendos comunicados inclinaron a la dirección del FCF a promover nuestra salida.

El fin del convite

Llegamos a mayo con grietas profundas en cuanto a nuestra participación. Éramos plenamente conscientes y también respetuosos de las hegemonías al interior del Frente, y sabíamos de nuestra debilidad para hacer ver nuestros puntos de vista. Pero siempre tuvimos esperanza que podríamos encontrar acuerdos para seguir adelante, sobre todo porque como diría el pedagogo Paulo Freire: “no hay búsqueda sin esperanza, y no hay porque la condición del buscar humano es hacerlo con esperanza”.

Un día nos enteramos “por los diarios” que surgía una nueva propuesta del FCF: “la ley de víctimas”. No sólo no teníamos información alguna de la iniciativa, sino que, coherentemente, en la propaganda por vía electrónica ya no figuraba la Unión del Pueblo como integrante del FCF. Así sin más, sin ninguna reunión de por medio, sin comunicación formal ni informal, quedábamos fuera del Frente. El convite había terminado…

Nuestra concepción de Frente Político y la Participación electoral

Así se cerraba un capítulo de esta experiencia. Durante todo este tiempo preferimos seguir con nuestro trabajo de militancia junto al pueblo, y haciendo balances provisorios de nuestra participación en el FCF.

Algo que confirmamos es que detrás de la doctrina del horizantalismo y el autonomismo radical se escondía un viejo y tradicional verticalismo, acompañado de un electoralismo creciente.

Nuestra formación/preparación se basa en la concepción de que tenemos que tener muy presente que obtener una gran cantidad de votos o ganar las elecciones sólo lo lograremos en el marco de un auge de la lucha de las masas por aquello de que “la ideología dominante es la ideología de la clase dominante”. En momentos de pasividad sólo sería posible ganar las elecciones si nuestras fuerzas adoptaran las ideas hegemónicas que combatimos. El objetivo general de nuestra participación en la lucha electoral es el de confrontar a los distintos modelos capitalistas que ha padecido el pueblo y en particular los trabajadores desocupados y ocupados, con otra y superior forma de organizar la sociedad, en la perspectiva del socialismo.

Para ello la tarea política central es ampliar los canales de participación popular. En ese marco se encuentra nuestra concepción frentista. En ella el frente no termina en la suma de las organizaciones que lo integran sino que deben dar vida a una entidad superior: “el frente”, el cual debe contener a toda la militancia de las agrupaciones miembros, pero fundamentalmente debe dar origen a una identidad política de la cual se pueda sentir parte una enorme cantidad de militantes y activistas que no se sientan plenamente representados por cada una de las agrupaciones integrantes. Desde el punto de vista teórico es de una simpleza extrema, sólo en la visión estrecha que prima en la política socialista y/o progresista encontramos el principal de los escollos para hacerlo realidad.

Claramente estas concepciones chocaban con las demás fuerzas integrantes del FCF.

Nuestra perspectiva actualizada

Seguimos pensando que debemos construir un frente del Pueblo que se proponga impulsar y luchar por resolver las tareas que la “burguesía nacional” no supo o no quiere realizar. Fundamentalmente las de industrializar integralmente al país. Lo parasitario de esta clase se demuestra en la bajísima inversión de sus ganancias, con un despilfarro de las mismas en un nivel de vida digno de las monarquías y con una fuga de capitales inimaginable.

El cómo ir desandando este camino es lo difícil. Pero estamos convencidos que solo haciendo iremos resolviendo el dilema. Haciendo cuantos intentos sean necesarios, pues lo que está en juego es nada más y nada menos que el futuro de nuestras familias, de las generaciones posteriores, y el de la especie humana.

El próximo año saldremos más firmemente a seguir construyendo la Unión del Pueblo. En ese marco, también apoyaremos de manera independiente la candidatura de Carlos del Frade como referente para la provincia de Santa Fe. Porque nosotros no especulamos, sino que compartimos con él una forma de ver la realidad santafesina y su compromiso con las luchas, resistencias y esperanzas del pueblo trabajador.

En las vísperas del 19 y 20 de Diciembre, a 13 años de aquella rebelión popular, debemos recuperar nuestra esperanza en nuestras propias fuerzas y recordar que solo la brava movilización del pueblo puede hacer que las ideas o los programas políticos se conviertan en una realidad. Durante aquellas heroicas jornadas de lucha, el pueblo hizo sentir su “nunca más” con las propuestas de ajuste, de hambre y desempleo. Ahora estamos un escalón más arriba en cuanto a organización y debemos aprender a aprovechar ese terreno recuperado para el bienestar y felicidad de nuestros pueblos.

Unión del Pueblo Rosario, jueves 18 de diciembre de 2014

[1]http://uniondelpueblo.wordpress.com/2013/06/11/una-buena-noticia-asamblea-y-participacion-en-las-elecciones/

[2] http://www.elciudadanoweb.com/no-traicionar-a-los-rosarinos-que-depositaron-su-confianza/

[3] http://www.ciudadfragmentada.com.ar/?p=2887

[4] http://jgrosario.wordpress.com/2014/05/01/que-la-ocupacion-federal-no-ocupe-nuestras-conciencias/