Murió una chica tras caer de un balcón en un séptimo piso

Era su día libre y un acto de irracionalidad terminó en dolor, tragedia y muerte. Apenas minutos después de las 13 de ayer, Georgina Zanotti, una joven de 20 años proveniente de Villa Cañás, intentó salir a realizar unas compras, pero olvidó las llaves en su departamento del octavo piso del edificio de Juan Manuel de Rosas 1570. Estaba con una amiga de su misma ciudad de origen y como no pudo ir hacia el exterior, decidió subir y pedirle a los vecinos del séptimo que la dejaran escalar a través del balcón. Fue una situación extraña, sumamente riesgosa, que finalizó en un auténtico drama, en una fatalidad que conmovió a toda la zona. Porque esta chica, en su desmedido afán por trepar para recuperar las llaves, perdió el control de la acción, cayó de alrededor de 20 metros al suelo, y su estado de extrema gravedad derivó en su fallecimiento, alrededor de las 18.30. Así lo confirmaron anoche sus familiares y las autoridades del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde fue intervenida quirúrgicamente.

En algún momento de la tarde, el círculo más cercano de Georgina se esperanzó con una reacción posible debido a que estaba consciente mientras la ambulancia del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) la trasladaba al Heca. Pero las consecuencias de los severos politraumatismos que sufrió le pasaron una trágica factura.

«La paciente ingresó cerca de las 13.30 con traumatismos cerrados muy graves por una caída de altura. Estaba estable hemodinámicamente, por lo cual, luego de una serie de estudios se intervino quirúrgicamente», comenzó a explicar el doctor Gonzalo del Grego, uno de los médicos que atendió a la joven en el Heca.

Y describió la crítica situación: «Allí encontramos en el abdomen un traumatismo del bazo, del páncreas, y un traumatismo hepático con bastante sangre en la cavidad abdominal. Y en el tórax una contusión muy grave, muy compleja, en el pulmón izquierdo. Fue intervenida por parte de cirugía general, con el apoyo de traumatología, por un traumatismo severo en miembro superior izquierdo».

Georgina superó la cirugía y pasó a cuidados intensivos, pero luego de más de dos horas de reanimación, no lo logró reponerse y falleció a las 18.30.

El médico reconoció que hubo una esperanza inicial porque después de haber caído tan alto, llegó con vida al hospital. «Pero siempre la paciente estuvo muy grave», advirtió el profesional, quien remarcó que «se realizaron todas las intervenciones necesarias, pero no las pudo superar».

Este doctor apuntó que la principal complicación «estuvo en la parte respiratoria, ya que tenía una contusión muy importante, y era muy difícil que pueda superar ese estado».

El golpe fue realmente muy fuerte. «Tenía un traumatismo cerrado múltiple, también tenía fracturas, en apófisis transversa, en vértebras, lo que demuestra el trauma severo que sufrió. Tenía fracturas costales, en el sacro, y las complicaciones en la cavidad abdominal. Tenía muchos órganos comprometidos», admitió sin rodeos el médico.

Estudiaba y trabajaba. Georgina vivía sola en ese departamento del macrocentro. Estudiaba para instrumentista quirúrgica en un instituto privado y trabajaba como moza en el bar Piacere, de avenida Pellegrini. Como era su día libre, estaba esperando que fueran a buscar a su amiga, quien tenía planeado regresar a Villa Cañás.

Chica de familia. Según algunos vecinos, era «una chica de familia, absolutamente normal», sin ningún tipo de antecedente que permitiera intuir qué la llevó a tomar semejante decisión. «No sabemos por qué cometió esa locura», «no lo podemos creer», comentaban a viva voz en la planta baja.

Alrededor de 15 minutos antes del hecho, su novio Denis Roldán, quien trabaja como radiólogo en el Hospital Provincial, se había marchado del departamento. El la visitaba habitualmente y tenía un segundo juego de llaves, que tampoco estaba a disposición, situación que habría fomentado la incomprensible determinación de Georgina de trepar para tratar de recuperar las suyas.

«Se dijeron muchas cosas, pero la verdad es que no se tiró, nunca antes había hecho algo así; fue un accidente tonto, absurdo, que terminó de la peor manera», confió anoche su novio, para despejar dudas y especulaciones.

El terrible accidente provocó un angustiante estado de conmoción y congoja entre todos los ocupantes del edificio.

(La Capital)