Nuevo objetivo espacial: Instalar una estación de servicio en Marte

La conquista del espacio exterior por parte de la civilización terrestre para sobrevivir a la segura desaparición de la Tierra dentro de aproximadamente 8.000 millones de años, ha obligado a científicos a dar una vuelta de tuerca para amartizar y, fundamentalmente, sobrevivir en el planeta rojo.

Entre las hipótesis que se barajan está la de generar combustible en Marte, planeta al que se enviaron cuatro misiones entre 1996 (Viking) y 2012 (Curiosity), actualmente funcionando en una ladera del monte Sharp)[1].

Las travesías se acometieron en un lapso de 7 meses a un año, dependiendo del tipo de órbita que se utilice al momento del despegue.

Los científicos de la NASA, al planificar un misión sin tripulación humana a Marte lo hicieron en función de una nave de 30 a 50 toneladas de peso que tuviera un objetivo básico y primordial: Mediante un mecanismo automático instalar una “estación de servicio”, tras lo cual proceder al envío de otra misión -esta vez tripulada-, que amartice y se provea del combustible.

Debido a la exposición a la radiación el regreso se produciría a los dos años, decidiéndose el despegue en el 2021. Sólo resta un quinquenio para enviar una tripulación en la que seríamos los “extraterrestres” en Marte. Ironía del destino.

La decisión final a tomar por parte de los científicos de la NASA no es fácil de tomar. Si bien es cierto que el ambiente marciano tuvo las condiciones requeridas para que surgiera la vida y que hubo agua, nitrógeno, fósforo y compuestos orgánicos, aún no se pudo establecer si existieron microbios.

Son los mismos científicos, -como el argentino Miguel San Martín-, quienes piensan que quizás haya otros seres inteligentes en el universo preparados tecnológicamente como para lograr contactarnos.

Especialistas de la NASA, en sus permanentes búsquedas lograron encontrar en el planeta rojo la sonda espacial Beagle 2, que se creía perdida y, de manera paralela, científicos de la Universidad de Colorado, en Boulder, aseguran haber detectado la vida microbiana a la que hacíamos referencia, en la cuenca de un lago seco recientemente descubierto.

Son esos últimos especialistas los que aseguran que Marte estuvo sumergido bajo vastos océanos hace miles de millones de años e incluso se estima que hace 3.600 millones de años el agua todavía se hallaba en la superficie.[2]

Comparativamente, si quisiéramos comparar el paisaje marciano con la Tierra, seguramente deberíamos remitirnos a los salares argentinos. En Marte se habrían originado fruto de la evaporación del agua de los mares, quedando la sal como residuo, la que permitiría establecer la cantidad de agua que existió en la superficie en el pasado, a pesar de que el viento hizo durante millones de años su trabajo erosivo. Se estima que cuando existía vida en la Tierra el lago marciano estaba activo.[3]

Por otra parte, en el mar de teorías existentes sobre lo que determinó la situación actual imperante en Marte, prevalece la que señala que “se enfrió su núcleo líquido, se solidificó y el efecto magnético que protegía a la atmósfera del viento solar se detuvo e hizo que la atmósfera casi se perdiera, convirtiéndose en hostil para la vida.[4]

Vida extraterrestre

A pesar de todos los elementos negativos enunciados, en la NASA respecto de Marte, estiman que en 9 años se detectará vida extraterrestre ya que se están hallando vestigios de agua en lugares impensados.

“Ola de descubrimientos asombrosos”

Ellen Stofan, jefa científica de la agencia espacial estadounidense firmó que: “han proporcionado una ola de descubrimientos asombrosos relacionados con el agua en los últimos años que nos inspiran a seguir investigando los orígenes y las fascinantes posibilidades de otros mundos y la vida en el universo», tras lo cual agregó: “vamos a tener fuertes indicios de vida más allá de la Tierra dentro de una década, y creo que obtendremos también evidencias definitivas dentro de 20 o 30 años. Sabemos dónde buscar y cómo buscarlo».

Agua en otros mundos

Los astrónomos creen que hay varios mundos que poseen agua líquida debajo de sus superficies y muchos más los que tienen agua en forma de hielo o vapor, ya que se piensa que las atmósferas y los interiores de los cuatro planetas gigantes -Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno-, contienen enormes cantidades de agua y con sus lunas y anillos ocurriría lo propio, fundamentalmente en las lunas heladas de Júpiter y Saturno, planetas que –según los especialistas-, muestran una fuerte evidencia de la existencia de océanos bajo sus superficies[5], esto es Ganimedes, Europa y Calisto en Júpiter y encelado y Titán en Saturno.

Incluso se detectó a través de la nave Cassini de la Nasa, la probabilidad de que Encelado pueda tener actividad hidrotermal en el fondo de su océano, generando ello la probabilidad de la existencia de organismos vivos.

Incluso en la Luna, -que ha sido olvidada desde hace tiempo por los investigadores del universo-, hay indicios de la existencia de agua como la Tierra[6].

Es más, los científicos norteamericanos han dejado trascender que Marte tuvo, en un tiempo aún no precisado debidamente, agua en estado líquido suficiente como para formar un océano que ocupó casi la mitad del hemisferio norte marciano, el que en algunas zonas habría alcanzado la profundidad de 1,6 kilómetros, habiéndose valorado la existencia de vida tal como la conocemos los terrícolas.

No está aclarado dónde se fue el agua, pero en la resolución de la cuestión está trabajando la misión Mayen de la NASA, que orbita la superficie marciana, presumiéndose que lo sucedido “está íntimamente ligado a la forma en que la atmósfera del planeta rojo interactúa con el viento solar. Las misiones Stereo, Observatorio Dinámica Solar y Solar Probe Plus, también cumplen funciones específicas para esclarecer las razones debidamente[7].

Astrónomos de distintas parte de nuestro planeta elaboran teorías que conducen a una definición: En el Sistema Solar muchos mundos podrán estar cubiertos por océanos y como ejemplo de ello podemos nombrar la Dawn que estudia Ceres; Juno, que analiza Júpiter; y Kepler, que hace lo mismo con la zona habitable alrededor de muchos tipo de estrellas.

Dominar La Tierra desde el espacio

Hasta aquí hicimos referencia a la conquista de Marte, entre otros planetas, por la necesidad pura de sobrevivir como especie ante la seguridad de que la Tierra sucumbirá inexorablemente.

Ahora lo haremos desde otro punto de vista: el de la lucha científica por conquistar la Tierra desde el espacio. Y en ello tienen que ver los avances que se logren para anticiparse a la decisión unilateral de alguna superpotencia de decidir, por si misma, el inicio de un conflicto nuclear devastador.

Dos datos que son casi desconocidos: Ya en 1963 EE.UU tenía en su poder 32.000 ojivas nucleares y Rusia, más cerca en el tiempo, habría realizado pruebas con armas nucleares en el espacio, e incluso la NASA, tas detectar esa probabilidad, a través de su gobierno pidió pruebas fehacientes a los soviéticos para determinar si hicieron intentos de probar dicho tipo de armamento en la Luna.

La NASA habría extraoficialmente hecho mención a que, en 1967, se detectó una ola masiva de radiación en la atmósfera selenita y una explosión de origen no precisado en nuestra galaxia. Por medio de ese tipo de comunicaciones pudo saberse que se habría detectado una profusión importante de rayos gama cerca de la Luna. Obviamente, en su momento, Rusia negó lo referido por la NASA.

El proyecto Black Star

Para concluir, respecto de las investigaciones presuntamente puestas en marcha para suplantar todo lo realizado hasta el presente para controlar bélicamente nuestro planeta desde el espacio, Estados Unidos puso en funcionamiento el proyecto Black Star.

Especialistas en estas cuestiones dicen a quienes quieran escucharlos que oculta tras la mascarada de una propuesta de desarrollo para transportar cargas logísticas a la nave espacial internacional, está la posibilidad de poder desde el transportador X-373 , como se lo denominó en la NASA, atacar otras naves espaciales.

El X-373, estuvo a prueba 18 meses orbitando la Tierra y su control puede hacerse a distancia, por lo que no necesita conducción humana, lo que posibilita su prueba secreta.

Y como si esto no fuera suficiente, la NASA ya comunicó oficialmente que la misión que simula un año en Marte está a punto de lograr, esta semana, su objetivo con seis voluntarios aislados sobre un volcán de Hawái, a 2.400 metros sobre el nivel del mar.

Pero a esa misión ya nos referimos en otra columna.

[1] El 29/09/14 el Rover Curiosity de la NASA recogió su primera muestra de suelo de una montaña estratificada en Marte, cuyo encanto científico llevó a los responsables de la misión a elegirla como lugar de amartizaje. El taladro martillo del Rover realizó un agujero de 6,7 centímetros de profundidad en un afloramiento basal en el Monte Sharp y recogió una muestra en polvo. Los datos y las imágenes recibidas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California, confirmaron el éxito de esta operación. El polvo recogido por la perforación se mantiene temporalmente en el mecanismo de manejo de la muestra, situado en el brazo del Rover.

La intención fue examinar las capas más altas y expuestas en las colinas cercanas para formar una imagen del medio ambiente en el momento en que la montaña se formó y luego creció», dijo el científico del proyecto Curiosity Ashwin Vasavada. En agosto de 2012 la nave que nos ocupa, mediante análisis de las rocas rebelaron un antiguo lecho de lago de más de 3 billones de años de antigüedad que proporcionó ingredientes químicos y la energía necesaria favorable para los microbios. Curiosity recorrió para lograr ese propósito más de 8 kilómetros en 15 meses.

Curiosity también investigó el afloramiento marciano “Pahump Hills” con piedras sedimentarias y analizó sus ingredientes químicos y la posible composición de fluidos en ese lugar de Marte para identificar la química y mineralogía del origen rocoso.

[2] Business Insider.

[3] Brian Hynek , investigador del laboratorio de la Universidad de Colorado, quien según el periodista Marcelo Larraquy, en una nota realizada a Miguel San Martín, espera que el lago seco se torne más popular, “logrando atraer allí las investigaciones”.

[4] “Hoy sólo es el 1 por ciento de la atmósfera terrestre”. Miguel San Martín.
[5] Detecciones realizadas mediante el Telescopio Espacial Huble.
[6] La Vanguardia.
[7] La Vanguardia.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com