El bar que debió abrir hace 3 años, a un paso de perder la concesión en barrio Martin

«Si no lo resuelven esta semana les vamos a caducar el permiso y se llamará a licitación», sentenció el secretario de Gobierno Gustavo Leone

Esta semana será clave para conocer el destino del bar ubicado sobre terrenos públicos en la barranca del parque Urquiza. Es que la Intendencia quiere definir en estos días si le quita la concesión a la firma Cuatromasuno, que desde 2013 debió abrir las puertas del comercio y solicitar la habilitación para poner en marcha el emprendimiento. Las dilaciones se basan en una polémica en torno al uso del local, ya que los vecinos se oponen a que sobre la barranca de Necochea y avenida Libertad se despliegue actividad bailable. El secretario de Gobierno municipal, Gustavo Leone, adelantó que de no regularizarse la situación, caducará el permiso y se volverá a concesionar el espacio.

Resulta curioso que en plena temporada de verano, el grupo inversor que además tiene la cadena de bares Queens no explote comercialmente uno de los sitios más codiciados de barrio Martin, sobre el espacio verde del parque Urquiza.

Sin embargo, desde el 12 de junio de 2013 el concesionario está facultado a abrir sus puertas ya que resultaron ganadores de una licitación que despertó polémica.

El rubro «salón de eventos» trabó las negociaciones. Mientras el privado pretendía desarrollar fiestas y actividad bailable, el municipio insiste en que el lugar no es apto para baile y música a alto volumen. En concreto desde el Palacio de los Leones remarcan: «Bar-restaurante con amenizacion y salón de eventos sin actividad bailable». El dato no es menor. Los vecinos de barrio Martin alzaron su voz contra el desembarco de un «boliche» en vez de un emprendimiento gastronómico.

Y si bien las obras exigidas fueron finalizadas en septiembre del año pasado, Cuatromasuno no se decide a solicitar su habilitación. Ayer, y consultado por La Capital el secretario de Gobierno municipal confirmó lo que ya este diario había publicado en su edición del pasado 27 de enero, pero agregó un dato.

«Están en plazo para presentar papeles, pero si no lo resuelven esta semana les vamos a caducar la concesión. Se recibieron las obras y ya se los intimó a que presenten el pedido de habilitación por los rubros que decía la concesión. Ahora estamos a la espera de que los aporten. Pasada esta semana se vencen los plazos y podemos avanzar en revocar y llamar a nueva concesión», detalló el funcionario quien insistió en que hará un «último intento» para reunirse durante este semana con los responsables de la concesión.

A puertas cerradas

Cabe recordar que en noviembre pasado, la Municipalidad había intimado a Cuatromasuno para que ponga en marcha sin más demoras la explotación del espacio público concesionado.

Si embargo, la situación llegó al máximo de los plazos. Además de la pérdida de un sitio de recreación y área gastronómica para los rosarinos, las arcas municipales se ven impedidas de cobrar 11 mil pesos de canon locativo, a un plazo de diez años que se cuentan a partir de 2013.

Ya en enero, el director de Concesiones había decretado un plazo tope hasta fin de ese mes e incluso no se descartaron acciones judiciales.

Haciendo un breve racconto, la salida del anterior concesionario (Espacio Once) había sido traumática. En 2011, el ex concesionario, se decidió a entregar en forma anticipada la explotación del bar conocido durante décadas como Munich.

Con el apremio de ponerlo en marcha, la Intendencia llamó hace seis años a una licitación que fue prorrogándose por falta de interés privado. Tras varios ensayos, Cuatromasuno firmó por una década de servicios gastronómicos con la imposición previa de una serie de obras de remodelación y ampliación del lugar.

Sin canon y plazos vencidos.

En la nota del pasado 27 de enero, el titular de la Dirección de Concesiones, Guillermo Arbio admitió que la entrega de las obras se había completado recién en septiembre.

El 2 de noviembre del año pasado ya se había intimado al inicio de la habilitación, situación que se mantuvo invariable. Incluso se había puesto una fecha límite del 31 de enero pasado. «Están intimados. Si no cumplen, veremos el curso legal a seguir. En última instancia se puede llegar a rescindir la concesión», había declarado Arbio, una postura que ayer el propio Leone se encargó de reforzar. (La Capital)