Sancor dejó de ser cooperativa y se asoció con Adecoagro

Una asamblea en Sunchales le puso un cierre al tortuoso camino de la histórica compañía láctea: los socios aprobaron constituir una sociedad anónima y vender el 90% de las acciones a la empresa agroindustrial

Los asociados de Sancor aprobaron este jueves por unanimidad la conformación de una sociedad anónima (SA) a la que se le transferirá la totalidad de los activos de la cooperativa para, posteriormente, venderle el 90% a Adecoagro mediante una asociación de ambas empresas.

A través de un comunicado, Sancor informó que “se celebró una asamblea extraordinaria en la cual se consideraron y aprobaron por unanimidad los términos y condiciones de la oferta de inversión y asociación presentada por Adecoagro SA”.

La cooperativa creada en 1938 con sede en Sunchales, indicó que también “se autorizó al Consejo de Administración para que realice todos los actos necesarios para la constitución de una SA y transfiera a ésta las plantas productivas, personal, centros logísticos, las marcas de Sancor y demás activos y pasivos incluidos en la oferta”, informó la empresa a través de un comunicado.

A partir de esto, “Sancor Cooperativas Unidas Ltda. venderá a Adecoagro no menos del 90% de las acciones de la nueva SA”, si bien no se informó de manera oficial el monto de la operación.

De esta manera, Sancor pasará a participar en dicha asociación en un 10%, aunque fuentes cercanas a la empresa indicaron que la participación accionaria en esa nueva sociedad podría crecer hasta el “20% ó 25% según algunas cosas se vayan cumpliendo”.

Según algunas versiones extraoficiales, la deuda de la cooperativa alcanzaría los 10.000 millones de pesos, además de deberle 2.000 millones a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).

Días atrás, en otra asamblea extraordinaria, esta vez con sus acreedores, Sancor logró la aprobación del Acuerdo Preventivo Extrajudicial, paso necesario “para poder evitar la quiebra y convalidar el saneamiento de la compañía”, expresaron fuentes cercanas a la cooperativa.

Desde Sancor indicaron que en la asamblea de ayer se cumplió con “otra instancia de las contempladas en el marco del Plan Sancor, dando continuidad al plan de reestructuración organizativa de la cooperativa”, indicaron desde la empresa.

Se explicó además que “finalizada esta operación, Sancor continuará su actividad productiva como cooperativa de productores de leche, gestionando la materia prima producida por sus asociados, y promoviendo el desarrollo lechero a través de la asistencia técnica y la prestación de servicios relacionados”.

De esta manera, quedó formalmente excluida la oferta de la cooperativa neozelandesa Fonterra, ya que la misma habría ofertado por la totalidad de la marca Sancor, incluida la parte que quedó en manos de la aceitera Vicentín, empresa que tasó su línea de frescos en 140 millones de dólares, o sea, 40 millones de dólares más que el valor al cual la compró.

Por tal motivo, Adecoagro, empresa que se constituirá en la accionista mayoritaria de la nueva sociedad a crearse, logró sacar del camino a una de las principales empresas lácteas del mundo.

Por su parte, desde Adecoagro indicaron que una vez concluida la operación, Sancor “aportaría sus plantas procesadoras, marcas y gente mientras que Adecoagro su producción de leche fluida de alta calidad y su solidez financiera y económica”.

La empresa, que cotiza en la bolsa de Nueva York y que posee negocios vinculados al sector azucarero, de biocombustibles y de granos en Argentina, Brasil y Uruguay con 8.000 empleados directos, posee dos tambos de alta tecnificación, con 7.000 bocas de ordeñe y una producción de 280.000 litros de leche por día.

Ocaso de Sancor

De esta manera, finaliza un camino tortuoso que se cargó a la mayor cooperativa del país. Sancor atravesó problemas financieros desde hace más de diez años, que incluyeron una inyección financiera de los gobiernos provincial y nacional por 450 millones de pesos.

Además, el camino de la reestructuración incluyó la incorporación de socios estratégicos para sumar fondos frescos y se desprendió de muchos de sus activos, como la venta del 50% de las acciones de la planta Afisa, en Porteña, Córdoba, por 35 millones de dólares al grupo sueco-danés Arla Foods.

Se desprendió de cuatro plantas que se encontraban paralizadas: la de Centeno (Santa Fe) volvió a abrir bajo el comando de La Tarantela, la de Coronel Moldes (Córdoba) fue a parar a manos de la Cooperativa Láctea Huanchilla, El establecimiento de Brinkmann (Córdoba) fue vendida a la española Alaisa, mientras que la planta Coronel Charlone (Buenos Aires) es la única que se mantiene sin definición. (El Ciudadano)