EEUU: El desempleo bajó al menor nivel en 50 años y la economía crece a tasas inéditas

En el mes de septiembre se crearon 134.000 empleos y los salarios subieron un 2,8%.

La Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos informó que el desempleo bajó al 3,7% en septiembre y se ubicó en el nivel más bajo desde 1969. De esta manera, se ratifica el buen sendero de la economía norteamericana que viene creciendo a un ritmo inédito durante la administración Trump.

De acuerdo a los últimos datos, en el segundo trimestre del 2018 el PBI tuvo un alza del 4,2%, logrando el mayor nivel en cuatro años. A su vez, las estimaciones prevén que este desempeño continuará al menos durante los próximos dos años, con un crecimiento promedio por encima del 2%. Si estas previsiones se cumplen, el 2018 terminará con una suba del PBI por encima del 3%, algo que no sucedía desde el año 2005.

La mejora en el mercado de trabajo se dio gracias a un incremento de 134.000 puestos laborales, donde el mayor dinamismo se dio en el sector de servicios (54.000 empleos), salud (30.000), transporte (24.000) y construcción (23.000).

«Da la sensación de que el programa de baja de impuestos es la reforma más sustancial del modelo Trump. Está generando beneficios tanto para las empresas como para los trabajadores que se reflejan en los extraordinarios números de la economía, con un fuerte aumento de la inversión como no se veía hace años», manifestó el director de la consultora DNI Marcelo Elizondo.

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Además de esta reforma impositiva que permitió -entre otras cosas- reducir del 35% al 21% el tributo a sociedades empresarias, otro de los pilares de la política económica de Trump fue el control sobre el comercio exterior.

Apelando al riesgo a la seguridad y la soberanía nacional, aumentó los aranceles de diversas industrias claves de la economía como la del acero y el aluminio. A su vez, comenzó a negociar de manera muy intensa en el ámbito bilateral y reformuló todos los tratados de libre comercio para adaptarlos a su esquema de defensa de la economía, como se vio en la reciente firma del nuevo NAFTA. Ello le permitió un crecimiento de las exportaciones (10%) mayor al de las importaciones (9%), que comienza a reducir el enorme déficit comercial estadounidense.

Por otro lado, los salarios aumentaron en torno al 2,8% anual, lo que según la Fed, está permitiendo un mayor consumo de los hogares y un afianzamiento de la inversión. Ya en 2017, los ingresos de la clase media habían alcanzado los niveles previos a la recesión del 2009.

Los datos marcan un fuerte contraste con la situación argentina, donde el desempleo no para de aumentar y de acuerdo a la consultora Ecolatina, el salario formal promedio llegaría a caer un 13% interanual en el próximo mes.

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«Donald nos está marcando el camino, pero nos empecinamos en hacer lo opuesto y los resultados están a la vista. Abrimos la economía cuando no está preparada para competir con los países más avanzados y liberamos el tipo de cambio sin tener reservas suficientes», indicó el analista de mercados Francisco Uriburu, quien continuó marcando las diferencias con la macroeconomía local.

«Trump baja los impuestos y no pierde recaudación porque hace crecer la economía. En Argentina el ajuste del gasto en plena recesión te intensifica el déficit porque al no consumir no se pagan impuestos», agregó.

El ámbito energético es otro de los campos de diferencian a ambas economías. Mientras que Estados Unidos paga el gas a un precio en torno a los 2,5 dólares el millón de BTU que le otorga una enorme productividad a sus empresas, en Argentina se subsidia el gas de Vaca Muerta a 7,5 dólares profundizando los desequilibrios fiscales y haciendo inaccesible el pago de la energía por parte de empresas y usuarios particulares. (LaPolíticaOnline)