Central empató ante Belgrano en un amistoso

Jarlan Barrera mostró una grata carta de presentación y Fito Rinaudo fue de menor a mayor.

El ensayo informal fue el pretexto ideal para mostrar el grueso de las cartas que tendrá Central para afrontar la montaña de desafíos importantes que se avecinan de verdad. Sea en el plano local como internacional. El campeón salió anoche a escena con un repertorio poco seductor. Se movió sobre el rectángulo del Gigante con bastante limitación frente al muletto de Belgrano. Puso la mejilla enseguida y pintaba para quedarse con la derrota de cajón. Pero pudo conseguir de la galera el empate (1-1) antes de que la campana lo sentenciara socialmente. Claro que luego puso la otra mejilla en la definición de los penales (4-2). Lo saliente es que presentó a un interesante Jarlan Barrera y a Fito Rinaudo, que fue de menor a mayor. Ellos tuvieron más luces que la bastante oscura puesta en escena del Patón Bauza.

No caben dudas de que los auriazules pueden ilusionarse de los pies de Barrera. El volante ofensivo colombiano tuvo un bautismo más que aceptable. Intentó desequilibrar mientras duró en cancha. Tiró un taco de movida. También ensayó una chilena. Se adueñó de la pelota parada ante la ausencia del Colo Gil. Rindió.

Pensar que su arribo estuvo a punto de truncarse en cierto momento porque el jugador, según deslizaron desde Tigres y Central, había firmado una especie de precontrato con ambas instituciones. Sin embargo, el hecho de que la dirigencia canalla buscó el diálogo directo con los mexicanos en pos de tener al jugador terminó llevando la negociación a buen puerto. Tal es así que Jarlan terminó desembarcando días atrás en Arroyito, pese a que aún falta que se firme el préstamo con las condiciones.

Mientras tanto el Patón Bauza ni bien pudo lo incluyó entre los titulares. El entrenador buscó de entrada que se vaya adaptando al sistema auriazul. También que comulgue el mismo idioma que sus compañeros y a la vez que aporte esa cuota de fútbol punzante y alegre que lleva en el ADN . Y el cafetero respondió con creces, porque logró hacer grandes ensayos. Ni hablar que anoche el público que se acercó al Gigante se llevó una buena impresión.

Ni bien pisó el césped del estadio los ojos críticos, desconfiados y hasta de algunos optimistas, se depositaron sobre su figura sin anestesia. Para la comunidad canalla, que sigue destilando felicidad por todos los rincones tras la conquista de la Copa Argentina, la presencia de Barrera no pasaba desapercibida. Había expectativas de toda índole.

Y el volante no defraudó. Salió a la cancha dispuestos a hacer algunas diabluras. Tiró un taquito antes del minuto de juego. Buscó asociarse al buen juego rápidamente con el capitán Ortigoza, quien al tener al lado a Fito ahora puede jugar más adelantado. Los dos juntos pueden ser dinamita pura.

Quiso definir de chilena en el primer tiempo. Se adueñó de las pelotas paradas. Corrió bastante y siempre abrió las manos en clara señal de que quería que le dieran el balón a cada instante. Era todo nuevo para él. Pero no se apichonó jamás. Le cometieron un par de infracciones y hasta quedó tendido en dos claros pasajes. Sin embargo, se levantó y siguió intentando ir al frente.

Le faltó asociarse más con Ortigoza. Aún tiene margen para pulir muchas cosas también. Pero está claro que el juego canalla pasará por ellos cuando llegue el momento de la Superliga, la Libertadores y la Supercopa Argentina. Lo de Jarlan anoche fue más que aceptable.

Mientras que otro que tuvo su debut en el club fue Rinaudo. Fito fue de menor a mayor. Le costó al principio amalgamarse con el resto de los volantes. Hasta pifió un par de pelotas. Pero luego se fue aplomando. Tiene oficio. También buena técnica. Estuvo bien en líneas generales, pese a que el volante aún puede dar mucho más porque tiene mucho hilo en el carretel.

La primera experiencia del año no fue lo que esperaba la gente. Habrá que ver también qué habrá pensado por dentro una vez que le bajó la adrenalina y la calma volvió a apoderarse de su figura tras el flojo partido ante Belgrano.

La performance auriazul fue endeble. Quizá le machaquen que todo fue por culpa de la pretemporada, donde lo físico es prioridad por ahora. Sin embargo, el Patón tiene que ajustar las clavijas en varios sectores porque así la máquina no llegará tan lejos como muchos esperan o presagian en un primer semestre por demás de intenso.

De regreso

Otra cara nueva canalla fue la de Jonás Aguirre, que volvió precisamente de Belgrano, ya que su DT Diego Osella no lo tuvo en cuenta. Entró en el complemento por Federico Carrizo.

Mirada al frente. Rinaudo la lleva. El ex Gimnasia no lució pero cumplió como tapón.

(La Capital)