Skull y Bones, la red secreta plutocrática de infinitos tentáculos

Para los menos avisados, debemos comenzar apuntando que Skull y Bones es una sociedad secreta o “un privilegiado club iniciático”, según la fuente consultada con tentáculos por doquier que, además, no sólo detenta espacios de poder, sino que, además, posee millonarios negocios relacionados con sitios de recreación.

La secta que nos ocupa habría ejercido el liderazgo de agencias de control y comando estratégico del espionaje internacional y de medios de comunicación.

Skull y Bones, denominada también Logia de Cráneo y Huesos se apoya en la diosa de la elocuencia y patrocina todos y cada uno de los ideales iniciáticos de los cofrades que la componen.

Expertos en el tema la consideran como una asociación secreta exclusiva, pseudodemocrática y segregacionista según su conveniencia en distintas épocas de su existencia en el orbe.

Se la conoce también como “La hermandad de la Muerte”, “Capítulo 322”, “La cripta Sy B”, “La elite de los Yale” y como “El club de la logia”, remontándose los orígenes a 1832, en Alemania.

Quizás por ello también se la conoce como “Caballeros de Eulogia”, “Bodle Boys”, “Bonesmen”, “Boodle Girls” o “Ladies of Eulogia”.

William H. Welch (1850-1934), expuso sus lazos con la Logia en una colección de escritos de johus Hopkins[1].

S y B, está conformado por bonesman que utilizan el místico signo de los cuernos, también denominado entre los seguidores de la secta “sólido luciferino” que se hace con los dedos índice y meñique de la mano derecha, aunque vale indicarlo, otros lo hacen con la izquierda o con ambas manos, utilizando el pulgar como 3º asta.

Cada cofrade S y B es interdependiente, dentro de la plétora, coordinaciones y enlaces a través de los cuales pueden conducirse en diversas misiones que le encargan sus superiores a quienes respetan. Vale dejar claro que los cofrades son individualistas, aunque poseen una fuerte identidad ancestral, ya que preservan la autoridad, la fidelidad y los contactos oligárquicos.

Aparecen –según historiadores-, como poseedores de una propiedad en una isla, donde se llevaron adelante retiros secretos para el ocio (Deer Island), esto es siete acres. Decimos “llevaron” debido a que fue vendida a Samuel Miller, en 175 dólares.

Si salpicamos el relato con hechos históricos, no podemos dejar de mencionar que W. Averell Harriman, al que se lo considera un “veterano de Skull y Bones desde 1913 y los datos obtenidos lo reflejan como un adorno de la política vietnamita bajo la presidencia de Lyndon Baines Johnson.

Y precisamente, bajo las órdenes de Jhonson, Mc George Bundy permanecía como consejero de Seguridad Nacional hasta que asumió la presidencia de la Fundación Ford, la Agencia Filantrópica exenta de impuestos más grande de Estados Unidos.

Precisamente Bundy ayudó a financiar el movimiento de guerra anti-Vietnam. Skull y Bones tenía un Comité de Movilización Nacional, conducido por David Belinger, un graduado de Yale, quien hizo amistad con William Sloan Coffin, un bonesman y activista de la Iglesia Episcopal, quien actuaba en el Movimiento de Protesta Antiguerra que habría sido formado por la Central de Inteligencia norteamericana (CIA).

La Orden, según quienes la estudiaron profundamente, tenía puestas sus manos en elementos críticos del desastre de aquella política de la segunda mitad de la década del 60, esto es: Ayudaron a dar forma a la estrategia de la guerra limitada de Vietnam mientras otros componentes se dedicaban a contribuir al crecimiento de la contracultura de la trilogía conformada por droga-rock-sexo, de la que se nutrió la izquierda de ese tiempo.

La alianza entre Bundy y Kissinger

Siendo Richard Nixon triunfador en las elecciones de 1968, se sirvió de la colaboración de Kissinger como asesor de Seguridad Nacional y en ese tiempo éste último se sirvió del patrocinio de Bundy, un destacado componente de la Universidad de Harward y consejero de un colaborador inmediato de Kennedy.

En esos años la CIA debió enfrentar los escándalos del gobierno de Nixon, los que sirvieron para multiplicar su pésima gestión en torno a la guerra con Vietnam. La “Agencia”, para revertir su imagen, puso su granito de arena para voltear al presidente aportando datos con el caso Watergate.

El accionar de los espías le vino al dedillo a la cúpula de Skull y Bones y comenzaron a regresar silenciosamente al poder a través de la presidencia de Gerald Ford en 1974.

Y uno de los primeros actos concretos de la secta fue llevado adelante con hacer lo indecible para reemplazar a William Colby, al frente de la CIA, en enero de 1989, colocando en ese preciado lugar a George Bush.

Vale indicar que la familia Bush, que comulgaba con la política oscura de Skull y Bones estaba muy lejos de Kissinger, que junto a David Rokefeller no dejaron de asistir a los encuentros del grupo Bilderberg, al que habrían utilizado para beneficiarse con la cesión de yacimientos petrolíferos y los negociados emergentes de la “reconstrucción de Irak”.

Los analistas de la política internacional han tenido siempre claro que Kissinger quería subdividir a Irak, en tres porciones (sunita, chiita y kurda) con la ayuda de la Organización de las Naciones Unidas. Una de las porciones quedaría para Skull y Bones y lo restante sería prorrateado entre los “siete cófrades” y los grupos de magnates vinculados.

William Casey[2], integrante de Los Caballeros de Malta –según se comentaba extraoficialmente en la Casa Blanca-, fue el arquitecto del trato “armas por rehenes” que luego trascendió a la luz pública como el “Escándalo Irán –Contras”.

Casey también tuvo el control de la asistencia encubierta enfocada a la resistencia Mujaha Deen (Guerreros Santos) en Afganistán, a la vez que se comunicaba con el director de la inteligencia de Pakistán.

Era obvio que Casey formaba parte del Nuevo Orden Global que busca la sumisión humana en la cual se pierde la capacidad de decisión de cada uno para dársela a una autoridad superior utilizando como elementos coadyuvantes la confusión y la hipocresía.

Sala de meditación

A título de curiosidad, se puede agregar un comentario generalizado entre quienes estudian a las sectas en su conjunto: Existiría en la mayoría de las mismas la “sala de la meditación” o “cámara de reflexión”, espacio utilizado para formar en los secretos de iniciación a los aspirantes o “recipiendarios” de las sociedades herméticas que analizamos.

Secretos

Para Skull y Bones cada secreto es considerado un paso en la “senda de la sabiduría”, que se dirige al conocimiento de sí mismo y del universo[3].

La elite secreta que intentamos poner al descubierto monopolizaría selectas relaciones internacionales en el Council on Foreing Relations (CFR). Sus componentes se mueven como señoriales contertulios en la Isla Der, donde la logia brilla.[4]

Skull y Bones y la CIA

Al gestarse la CIA, ésta fue una cueva de los bonesmen. En la universidad todos los alumnos calificados recibirían la propuesta –tras recibirse-, de trabajar un año en la Central de Inteligencia Americana.

Los elegidos son considerados la crema de la cosecha y tienen lazos con la francmasonería y la Orden Iluminatti para cumplir con el propósito de conspirar.

[1] Carpeta 67/13-15. Yale Colllege “Skull y Bones (1871-1933) .Gacetillas de Weich Serie II (patriarca bonesman)

[2] William Casey (13/03/1913- 06/05/1987). Director de la CIA en el período 1981/ 1987. Casey nació en el distrito neoyorquino de Queens en 1913. Abogado, trabajó para la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), predecesora de la CIA, donde llegó a convertirse en jefe del Área de Inteligencia Secreta estadounidense en Europa. Tras trabajar durante un tiempo en Derecho Corporativo en la ciudad de Nueva York, Casey pasó a formar parte de la administración Nixon, como presidente de la Comisión de Seguridad y Cambio de Estados Unidos, cargo que ostentaría hasta 1973.En este período, se hizo conocido por ser testigo de cargo contra el anterior Ministro de Justicia, John N. Mitchell, y el anterior Secretario de Comercio, Maurice Stans, en relación al caso de tráfico de influencias que se originó a raíz de la contribución de 200.000 dólares por parte del financiero internacional Robert Vesco a la campaña de reelección de Nixon. Entre 1973 y 1974, Casey ejerció como subsecretario de Estado en materia de Asuntos Económicos.

[3] En ese universo están interrelacionados los kabalistas herméticos, según aquellos que siguen el derrotero de las sectas.

[4] El Klan de Hitler. P. Allegretti. (2006)

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com