El Senado de la Nación dio media sanción a la Ley de Etiquetado de Alimentos

La iniciativa establece la colocación de una serie de sellos frontales en los envases de alimentos con altos contenidos de sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas totales y calorías.

Tras convertir en ley el proyecto que declara de interés público la investigación, desarrollo, fabricación y adquisición de las vacunas contra el nuevo coronavirus, el Senado de la Nación dio media sanción este jueves a la ley de Etiquetado de Alimentos, con 64 votos a favor y 3 en contra.

Los votos negativos fueron de las senadoras tucumanas del Frente de Todos, Beatriz Mirkin, y de la UCR, Silvia Elías de Pérez, que consideraron que el proyecto conspira contra la industria azucarera de su provincia y de la riojana, Clara del Valle Vega, que planteó que era «inoportuna» por el contexto económico y social.

En el dictamen de comisión confluyeron 15 proyectos de ley de todos los bloques políticos. La iniciativa establece la colocación de una serie de sellos frontales en los envases de alimentos con altos contenidos de sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas totales y calorías.

Además, busca garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada a través de la promoción de una alimentación saludable, brindando información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas.

También, promueve la prevención de la malnutrición en la población y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles. Los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos deben cumplir con los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud.

El proyecto de ley está dirigido a fabricantes, fraccionadores y envasadores que distribuyan, comercialicen o importen, que hayan puesto su marca o integren la cadena de comercialización de alimentos y bebidas analcohólicas.

Al iniciar el debate, la senadora del Frente de Todos, Alma Sapag, indicó que “esta ley busca promover la prevención de la malnutrición y de enfermedades crónicas no transmisibles y evitables como la diabetes, las enfermedades coronarias, la obesidad y los accidentes cerebrovasculares».

«Para tomar la determinación de llevar o no un comestible una persona demora seis segundos. Por eso el sello debe ser grande, se debe diferenciar del colorido del empaque, y con pocas palabras para que la información llegue directamente», advirtió sobre la forma que deberá tener el etiquetado frontal.

A su turno, la senadora de Juntos por el Cambio, Gladys González, contraatacó las críticas recibidas por parte de la industria alimentaria a la iniciativa y señaló que “se trata de reconvertir la industria de los alimentos y no de destruirla. De darle lugar en las góndolas a los alimentos sanos y de que los consumidores tenemos el derecho de conocer, de acceder a información clara acerca de lo que comemos”.

El titular de la comisión de Salud de la Cámara alta, Mario Fiad, explicó que durante el debate en comisión hubo «23 expositores desde distintas miradas y posiciones que dieron sus opiniones, además de las áreas de gobierno con competencia en el tema, como son salud, agricultura e industria»

«El etiquetado frontal de alimentos es una herramienta muy valiosa», destacó. Sin embargo, pidió una legislación complementaria a la iniciativa para realizar aclaraciones ya que «varios de los productos cuyo consumo es recomendado por la Guía Alimentaria para la Población de la Argentina tendrán sellos, lo que mostrará una inconsistencia que podría generar confusiones».

La senadora tucumana de la UCR, Silvia Elías de Pérez, sentenció que “esta ley ataca al azúcar, la demoniza injustamente y por lo tanto intenta también una vez más traer desamparo a mi provincia”. «El azúcar es un nutriente natural y orgánico, en este proyecto no se hace distinción entre el azúcar total y el azúcar agregado, entonces, cualquier producto con pocos gramos de azúcar llevará un sello de advertencia que diga que no lo consuman», argumentó.

“Yo soy de las que reivindico el azúcar para endulzar la vida, un producto natural y argentino”, cerró al manifestar su postura contraria a la iniciativa.

Como respuesta, el senador jujeño del Frente de Todos, Guillermo Snopek, dijo que “no se trata de demonizar el azúcar, si no que los que tengan una enfermedad y no puedan consumirla tengan una advertencia”. “El desafío ahora es tener la soberanía alimentaria. Esa es la deuda que hoy tiene la política argentina y el Congreso Nacional. Nos queda esta gran deuda: erradicar el hambre de la Argentina”, cerró.

Por su parte, la senadora riojana del bloque Parlamentario Federal, Clara del Valle Vega, anticipó su voto en contra de la iniciativa, al sostener que “esta ley de etiquetado tiene muchas virtudes y muchas bondades pero la considero inoportuna». «¿Cómo nos vamos a dar el lujo de hablar de exceso de grasa o calorías en el día a día que sufre el argentino para llevar adelante la alimentación de su familia?», expresó.

Al momento de los cierres, el senador de Juntos por el Cambio, Julio Cobos, indicó que “este sistema de etiquetado es claro y advierte a la población sobre lo que está consumiendo”. Además, ”la publicidad engañosa va a estar prohibida” en los alimentos que contengan estas advertencias.

La senadora del Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti, expresó que “cuando decenas de senadores de distintas provincias y diferentes orígenes territoriales presentamos iniciativas similares o en igual sentido, quiere decir que miles y miles de argentinos y argentinas nos están pidiendo que resolvamos algo”.

“Mejorar la calidad de los alimentos que consumimos es una demanda social y quienes no vean esto están negando la realidad de Argentina y el mundo”, advirtió y señaló «la obligación de incluir a la Argentina entre los países que están luchando para evitar enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, y el gran costo al sistema de salud que esas enfermedades acarrean».