Obeid: «Cada vez que se buscó apoderarse del movimiento, esos intentos terminaron mal»

«La gente vio en el PJ unido la sociedad de los poetas muertos», sostuvo Obeid. Dijo que «es una porquería» el proyecto que impulsa cambios en el fútbol. Y agregó «al kirchnerismo le gusta alterar las reglas del juego».
Siempre fue crítico con la estrategia del PJ para el domingo. Votó a Rossi. Vivió el tercer lugar del peronismo con «dolor y bronca». Piensa que lo que pasa en el fútbol, pasa en el país.

Jorge Obeid hubiera preferido que en el título de la entrevista se hablara de cómo el peronismo santafesino sumó a sectores internos «sin construir una verdadera unidad».

Que las letras de molde dijeran que el PJ provincial apenas acordó en su congreso partidario de febrero «una sociedad» no la unidad, o mejor «la sociedad de los poetas muertos». Seguramente, dijo «le tiro un título», porque la poesía de Walt Whitman no es pasión de las multitudes, y porque todos vieron o supieron de la película con Robin William.

O porque lo poético -y en cierta medida lo mortuorio- resumen la situación política del peronismo santafesino, tras quedar relegado a un inverosímil pero muy significativo tercer lugar. Obeid había imaginado títulos, respuestas y preguntas pero lo traicionó la pasión por Unión, y por el fútbol. Antes de hablar de lo ocurrido en Santa Fe el domingo, necesitó expresarse sobre un entripado que lo ha llevado a maltraer desde el lunes a la noche, el del Fútbol para Todos, el campeonato multitudinario, los descensos prohibidos y un muy oportuno debate nacional.

-¿Qué pasa que el fútbol es tapa de Olé y de La Nación?

– Siempre el fútbol tuvo alguna conexión con la política. Se ha pretendido usarlo políticamente, a lo largo de la historia. Pero en los últimos años se ha transformado, más que nunca en una herramienta de la política. Se agrupa a los barrabravas en «Hinchadas unidas» y se los lleva a los mundiales y usa para que manejen los actos partidarios. A cambio se les da impunidad para que realicen actividades delictivas y la gota que colma el vaso es este proyecto de (Julio) Grondona de eliminar los descensos, armar un gran campeonato que va a repartir dinero en cifras siderales: se va a gastar más que en los programas sociales para ayudar a la gente pobre y todo eso tiene como objetivo complacer a las hinchadas, buscando algún tipo de adhesión. Y lo peor -demás de una injusticia y maltrato de dineros públicos- es que se eliminan los criterios deportivos que son las cosas que amamos los que amamos el fútbol desde hace años. Y que provoca que no se cumpla aquello de «que gane el más mejor» (risas).

– … salvo que River sea «el más pior».

– Son nuevos cánones: equipos grandes no pueden estar en la B. Y tengo que reconocerlo, sangro por la herida. Estuve siete años como hincha de Unión muriéndome de frío en la tribuna, sufriendo porque no podíamos ganar y finalmente logramos legítimamente el ascenso ¡y resulta que porque River se fue a la B, se modifica todo!.

– ¡Y volvemos a jugar con Defensa y Justicia!

– (Más risas) Sí. Y también lo digo por Colón que debió bancarse diez o doce años en la B o Atlético de Rafaela que también se ganó el ascenso. Si se lleva a cabo este proyecto se va a desnaturalizar aún más el deporte: se pierden los estímulos, la gente se va a ir de las canchas.

– ¿No será que el tema surge para provocar el debate que trajo. Que no se noten, o se noten menos, los resultados de Santa Fe y Capital?

– Algo de eso puede haber… Nunca se habló tanto de la Gripe A en este país como al otro día en que (Néstor) Kirchner perdió con De Narváez. Hubo grandes operativos, todos con barbijo y hablamos por 10 días de la gripe… También hay algo más: un intento por modificar las reglas de juego ya establecidas, algo que al kirchnerismo le gusta mucho, en beneficio de los poderosos y en perjuicio de los más débiles y sacrificados, los que cada año se esfuerzan por un ascenso. El proyecto es una porquería.

– A usted le tocó ser gobernador las dos veces en años difíciles y otros mejores. Los clubes le habrán pedido ayuda…

– Se acercaban, pero sabedores de las limitaciones del gobierno apenas pedían una ayuda mínima para sortear algún problema. Y los ayudamos, en mi segunda gestión lo hicimos: con todos los clubes que estaban en el campeonato de AFA. Eso sí, con equidad, la misma cantidad para vestuarios, reparaciones… A Unión, a Colón, a Central Córdoba, a Central, a Tiro Federal.

– ¿Ñuls?

– No lo aceptó. Estaba López y no lo aceptó. Fuimos parejos con todos. Y desde ya no eran grandes sumas, era para infraestructura.

– Desde el gobierno provincial hubo una ayuda millonaria a Colón y a Atlético de Rafaela. En un caso la excusa fue la Copa América y en el otro parece que pesó la camiseta del gobernador Binner.

– Insisto. Hay una tentación histórica en los gobernantes de la que traté de abstraerme, más allá de mi conocida adhesión a Unión. Está siempre la tentación de sacar provecho político. No me parece mal ayudar a instituciones deportivas que sacrificadamente tratan de progresar y no lo pueden hacer, en la medida en que sean ayudas criteriosas. Sobre todo porque la mayoría de los clubes no sólo tienen fútbol profesional, también forman parte de la red de contención social. Ahora que me acuerdo, en Unión ayudamos al Ipei, un instituto educativo, y en Colón se colaboró con el piso de madera del gimnasio.

– Claro, después de la inundación.

– Y sí. Ahí practican deportes miles de chicos. Todo eso me parece bien, lo que no creo correcto es usar las instituciones deportivas para mezclarlas con la política. Incluso en actividades que no tienen claro cuánto tienen de lícito e ilícito. Pero insisto: lo de Grondona es una agresión al fútbol. Ojalá no salga. Pero hay tanto dinero del Estado nacional de por medio ofrecido a los clubes que tengo mis dudas…

«El debate interno va a reconstruir al PJ»

El ex gobernador Jorge Obeid se quejó de la complejidad del mensaje que llevó el peronismo en esta elección y de sus pobres resultados electorales. Pidió debate y autocrítica sobre «estrategias equivocadas, decisiones erróneas y presencias y ausencias», que perjudicaron al PJ.

Afirmó que el kirchnerismo no supo hablarle a los votantes del peronismo, algo que -piensa- sí supo hacer Miguel Torres del Sel, a quien pide no confundir con justicialismo. Confirmó sin medias tintas que votó por Agustín Rossi y dijo que aún no sabe cómo votará a nivel nacional, donde habrá «más de un peronista», o más de una peronista para la presidencia. «La responsabilidad es de los candidatos», resumió sobre la paternidad, o maternidad de la derrota.

El diputado nacional piensa que el kirchnerismo no ha comprendido que «Perón fundó un movimiento» en el que «predomina la pluralidad, la diversidad de representación de sectores, no la hegemonía, ni el discurso único. Cada vez que se buscó apoderarse del movimiento, sobre todo tras la muerte de Perón, esos intentos terminaron mal», recordó. «A medida que escuchaba el resultado fui sintiendo pena, mezclada con bronca.

El peronismo no se merece que se lo haya ubicado en ese lugar, no está para salir tercero cómodo. El movimiento tiene un historia y un contenido ideológico que lo transforma en una opción para la gente», advirtió. «Evidentemente hubo errores. Lo digo con mesura, invito a reflexionar. En las listas del peronismo no estaban los que tenían que estar, se excluyó a mucha gente porque pensaba distinto que el gobierno nacional. Y estaban otros que no traían votos, ahuyentaban». «Se lavó mucho el discurso histórico del peronismo.

Se obvió la historia del peronismo local de los últimos 20 años, en los que Reutemann y yo construimos la posibilidad de que Santa Fe quedara al frente de las provincias argentinas. Eso se ignoró y los resultados están a la vista», afirmó. «El peronismo tiene toda la potencialidad intacta, lo prueban los buenos resultados como el de María Eugenia Bielsa», cuyo triunfo en Diputados, como el buen resultado de Eduardo Wagner en la ciudad, tienen algo en común: a ambos el ex gobernador les abrió las puertas del peronismo. «La gente no vio en el congreso del PJ -que me excluyó- la unidad del peronismo. La gente lo que vio, le voy a dar un título, es que se habían juntado en una sociedad los dirigentes peronistas, y armaron en definitiva una sociedad… Sí, la sociedad de los poetas muertos». (El Litoral)