Con la incorporación del moyanismo, asumió la nueva conducción de la CGT

El Congreso Nacional Ordinario de la central obrera eligió un nuevo triunvirato para liderar la central obrera durante los próximos cuatro años. Se aprobó la reforma del Estatuto para incorporar un 30% de mujeres a la conducción.

La CGT renovó ayer su conducción por cuatro años con la reincorporación del sector que responde a Hugo Moyano y un caudal de adhesión inédito desde el retorno de la democracia, y con la garantía para los “gordos” de los grandes gremios de servicios de que continuarán en gobierno de la mayoría accionaria de la central obrera. El mecanismo acordado fue la consagración de un nuevo triunvirato donde continuarán Héctor Daer y Carlos Acuña y al que se sumará Pablo Moyano. La nueva estructura contará también, aunque en cargos subalternos, con el metalúrgico Antonio Caló (UOM), quien pretendía un lugar en la jefatura colegiada, y con el bancario Sergio Palazzo, otro de los que permanecía al margen por decisión propia desde 2016.

La nueva conducción, que implicó no sólo una victoria política de los “gordos” y de los “independientes” de buen diálogo con todos los gobiernos sino, sobre todo, un resurgimiento para el gastronómico Luis Barrionuevo, fue convalidada por el 90% de los sindicatos que participan de la vida interna de la CGT al cabo de un Congreso normalizador realizado en el predio de Parque Norte que contó, por primera vez en décadas, con la integración de todos los sectores internos de la organización. El otro eje de la renovación fue que por primera vez en los 90 años de historia de la central, el Consejo Directivo tendrá una constitución casi paritaria con mujeres a partir de una reforma estatutaria que consagró la presencia de ese cupo en todos los cargos por debajo de la Secretaría General.

La “nueva” CGT nació con la premisa de respaldar al gobierno de Alberto Fernández en el plano electoral y en la gestión pero al mismo tiempo de no constituirse en un “apéndice” de esa administración y de oficiar de valla de contención contra los proyectos de flexibilización laboral enunciados por la oposición política. En el documento difundido al cabo del Congreso y en los discursos de los dirigentes quedó plasmado el rechazo del sector a la inflación y la necesidad de defender el crecimiento del empleo como un ordenador de la vida económica y social.