El inquietante programa nuclear de Irán

El programa nuclear de Irán se encuentra en una situación alarmante, según analistas internacionales de seguridad, debido a que la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) encendió sus alarmas sobre los propósitos nucleares de control y verificación internacional de instalaciones sensibles que se encuentran en Teherán y Natanz, entre otras ciudades iraníes.

En Natanz se encuentra la planta de enriquecimiento de uranio más investigada por la OIEA en razón que la actitud presuntamente ilegal de los iranios, quienes no permiten comprobar el cumplimiento de las obligaciones emergentes del plan de acción integral conjunto del grupo integrado por Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia y China (2015).

Las obligaciones tienen que ver con los mecanismos de salvaguardia relacionados con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

El TNP es un tratado abierto a la firma desde el 1 de julio de 1968 y entró en vigor el 5 de marzo de 1970 para impedir la proliferación de armas de destrucción masiva.

La mayoría de las cámaras desactivadas por Irán corresponde al Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) y ello afectaría seriamente a las negociaciones para la reincorporación de Estados Unidos al acuerdo del G 6.

Sin embargo, también afectan los controles en el marco del TNP y hay que hacer notar que la actitud obstruccionista iraní no es nueva. En febrero de 2021 canceló el pleno acceso de los expertos de la OIEA, dejando el sistema de vigilancia en un estado de suma debilidad.

La falta de transparencia de Irán

Irán dispone de una cantidad importante de uranio enriquecido que se estaría acrecentando en su crecimiento mediante nuevas centrifugadoras avanzadas. Así, en muy poco tiempo, la OIEA podía garantizar que Irán no está siguiendo un camino similar a Corea del Norte.

Lamentablemente, hay falta de transparencia de Irán frente a los inspectores internacionales. El director general de la OIEA, el argentino Rafael Grissi señaló más incertidumbre, dando a entender que no se debería descartar propósitos de descontrol de las medidas de seguridad.

La trama iraní en Argentina

El Boing 747 UV 3531, con bandera venezolana fue utilizado por las Fuerzas Quds de Irán para dar apoyo logístico a terroristas en Medio Oriente y para transportar tropas del Hezbollah, acusado por los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA.

Se investigó al piloto del avión Gholahmreza Ghasemi, comprobándose que no es un homónimo del que fuera parte de las Fuerzas Quds, una división de los cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, especializado en guerra asimétrica y en operaciones de inteligencia militar.

La s Fuerzas Quds son parte del ejército regular iraní y realizan tareas de inteligencia militar, a la vez que llevan adelante operaciones extraterritoriales regulares y apoyan a grupos terroristas del Líbano, Hamas y Hezbollah, así como de la Jihad palestina, los Hutíes de Yemen y los milicianos Chiitas en Irak, Siria y Afganistán.

Vale recordar, además, que Irán designó en 2021 como nuevo ministro de Asuntos Económicos a Mohsen Pezai, uno de los imputados como supuesto autor intelectual del atentado contra la AMIA, de 1994 en nuestro país, habiendo ocupado el cargo Ahmad Vahidi, quien también posee un pedido de captura internacional de Interpol, como ministro del Interior.

Presunto objetivo

Es fundamental apuntar que, en los últimos días, en nuestro país se intensificaron versiones que señalaban que un periodista que habitualmente escribe columnas sobre cuestiones de Medio Oriente, en un medio capitalino de nuestro país, podría ser objetivo del Quds.

Renuevan pedidos de captura

Interpol renovó órdenes de captura contra acusados por el atentado a la AMIA.

Las alertas rojas vencen cada quinquenio y el juez Daniel Rafecas hizo el correspondiente pedido de extensión hasta 2017, ya que vencen el 7 de noviembre de 2022.

El atentado ocurrió el 18 de julio de 1994, causando la muerte de 85 personas y el expediente se encuentra en instrucción con el involucramiento de Mohsen Rezai, Mohsen Rabbani, Ali Failahilamijan, Ahhad Rezza Asghari y Ahmad Vahidi.

Las alarmas forman parte del sistema de Organización Internacional de Policía Criminal y la renovación y el pedido forman parte del informe sobre individuos de los iraníes bajo investigación fue notificada a la Unidad Fiscal de Investigación del atentado a la AMIA.

Debe recordarse que la fiscalía requirió un sobreseimiento para la denominada “conexión local” pero esas “resoluciones de fondo las debe tomar el juez titular de la causa, luego de Hacer un exhaustivo análisis del expediente”.

Se debe hacer notar que el concurso para ocupar el juzgado de Canicoba Corral ya está terminado, mientras la investigación está delegada en la fiscalía de Sebastián Basso, quien espera el nombramiento del magistrado definitivo, mientras una cámara de casación estudia la cuestión.

El caso Vahidi

Es interesante el derrotero de Ahmad Vahidi, el ex comandante de las Fuezas Quds traído a esta columna por imperio de las circunstancias a la cuestión aquí analizada.

Vahidi fue nombrado en el gabinete del presidente Ibrahim Raisi, -apodado “el verdugo de Teherán”-, como ministro del Interior, habiendo anteriormente ocupado el Ministerio de DDefensa yla comandancia de las Fuerzas Quds.

Vahidi nació en la histórica ciudad de Shiraz, situada al suroeste del país y a unos 900 kilómetros de la capital. Con el surgimiento de la Revolución Islámica, en 1979, inició su camino en la Guardia Revolucionaria, una especie de ejército paralelo que debe su lealtad al líder supremo iraní.

Una fuente señaló que “fue parte del aparato operativo del régimen, responsable de la realización de atentados en todo el mundo, el más famoso de ellos en 1994, Fue Vahidi un componente de su comando sobre la Fuerza Quds entre 1988-1997”.

Una fuente gubernamental israelí –quien prefirió preservar su identidad-, en clara referencia al atentado contra la AMIA, interpretó la designación de Vahidi como el traspaso de la postura militar vinculada con la expansión de la influencia iraní en el exterior hacia el ámbito interno, ya que bajo sus funciones tendría el monopolio del uso de la fuerza para apaciguar las protestas que desde hace meses tienen lugar en el país, potenciadas por el fracaso del gobierno en el manejo de la pandemia y una economía en crisis constante.

El doctor Raz Zimmt, especialista en Irán e investigador en el Instituto INSS de la Universidad de Tel-Aviv, coincide con tal pronóstico y en diálogo con Infobae explicó: “Lo más importante es que es de los fundadores de la Fuerza Quds y refleja el proceso de militarización de Irán. Su designación como ministro de Interior lo demuestra”.

Zimmt enfatiza la importancia de Vahidi en la política interna del régimen y argumenta que el hombre con circular roja “comandará las fuerzas de Seguridad internas previa intervención de la Guardia Revolucionaria” y detalla que “junto con el ministerio de Interior, el Ministerio de Exteriores y el Ministerio de Inteligencia, son los únicos nombramientos que requieren la autorización del líder supremo iraní”.

Si bien para el público general Vahidi podría pasar desapercibido, para la Justicia argentina su nombre es bien conocido.

Ya en 2006, el fiscal Alberto Nisman se ocupó de señalar el papel central que protagonizó Vahidi en el trágico atentado contra la AMIA.

En un documento judicial acreditó la reunión en Mashhad, donde según múltiples testigos se originó el plan para volar la sede judía en pleno centro de Buenos Aires. Vahidi, por ese entonces, comandaba las Fuerzas Quds, a cargo de las operaciones clandestinas en el exterior.

“Fue durante una reunión en agosto de 1993, a las 16,30, en el Consejo Supremo de Seguridad que se tomó la decisión de efectuar acciones en Argentina”, había redactado Nisman en tal sentido y procedió solicitando su extradición junto a otros cinco sospechosos que luego fueron requeridos bajo orden de captura con circular roja de INTERPOL.

Para ejemplificar la trascendencia de Vahidi en el mapa del poder iraní vale mencionar que su cargo fue ocupado posteriormente por el famoso general Qassem Souleimani, ultimado en 2019 por Estados Unidos durante un ataque aéreo en la capital iraquí y es de las pocas figuras dentro del régimen con innegable cercanía hacia el líder supremo.

Vahidi forma parte de un selecto grupo de expertos que componen el Consejo Superior, órgano de la teocracia iraní cuya responsabilidad incluye la definición de la estrategia a seguir, como por ejemplo la postura del país respecto al acuerdo nuclear.

Entre 2009-2013 ocupó el ministerio de Defensa bajo la presidencia de Mahmoud Ahmadinejad y luego presidió la Universidad de Seguridad Nacional en Teherán, academia militar subordinada al ejército local.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com